

Estos hinchas invierten tiempo y trabajo de manera totalmente desinteresada por River y no solo para un partido al año, el Sábado vi como un grupo se pasó casi toda la tarde pintando el paredón de la calle Sáenz Valiente o todos los que se ofrecieron a pintar el estadio y podemos encontrar varios ejemplos más.
En contraposición a lo escrito arriba me generó mucha bronca la actitud de muchísimos socios que abusaron del derecho de canjear sus entradas (y de los familiares) con la idea instalada que cada socio tiene el derecho a una entrada y con ella hace lo que le plazca. No estoy para nada de acuerdo con esta afirmación, estoy convencido que quien tiene derecho a su entrada es aquel socio que quiera concurrir al partido.
Si la primera afirmación fuese valida, el carnet sería transferible y si yo no quisiese ir al próximo partido contra Lanús le “alquilo” mi carnet al mejor postor y también podría hacer lo mismo con el carnet de pileta y venderle el día a un sueco acalorado por el verano porteño (quedaría en su ética si se hace la revisión médica o no). Estos ejemplos demuestran la falacia de los que revendieron su entrada al dicho de “yo con mi entrada hago lo que quiero”. Agregando un hecho que no es menor, muchos lograron canjear las entradas de todos sus familiares (conozco casos de hasta 8 entradas) para revender mientras tanto muchísimos socios se quedaron sin la suya. La culpa de esto claramente es de la dirigencia pero por lo menos la actitud de estos socios es un acto de completa falta de solidaridad.
Durante la semana escuché a uno que canjeó sus entradas, las puso a la reventa pero él entraba a la cancha porque al estar cercano a algún candidato “chapeo en la puerta” y entro sí o sí, otro que deja su 4x4 en el estacionamiento que terminó arrastrándose para vender la entrada de sus hijitos a $100, otro que no pudo vender su platea Belgrano e iría el domingo a Udaondo a intentar venderla y si no quedaba otra entraba a la cancha.
Como muestra de la cantidad de socios que tuvieron esta actitud había que ingresar a Mercado Libre y ver la cantidad de páginas que aparecían cuando se buscaban entradas para el superclásico. Existen casos de socios que les vendieron entradas a otros socios que no llegaron a canjearlas (¿con qué cara?) y otros que directamente al tomar un poco de conciencia les dieron de sus entradas a socios que no habían conseguido. Inicialmente todos se creyeron que aparecería un turista medio alelado que le dejaría 200 euros por entrada y nunca contemplaron que competían con el aparato oficial.
La solución para este tema es simple, debería existir un doble control y exigir tanto la entrada de canje como el carnet, pero obviamente jamás van a instrumentar una medida que perjudique sus negociados. Por eso no tengo fe de que esto cambie en el futuro cercano, ya me veo dentro de un año a las 2 a.m. esperando en una cola por un derecho obtenido con solo tener la cuota social al día.
Por: Negro Enrique