Desunidos afuera

River Plate siempre fue un club politizado pero ante todo, se escuchaban entre todos.

Viendo el nuevo ¨amigo¨ que está aprovechando el espacio encontrado para expresar sus broncas y sabiduría, nada mejor que recordar cual es el objetivo de nuestro club a 7 semanas de terminar el torneo que nunca debimos jugar. Hace un año nos encontrábamos mirando incrédulos lo que sucedía mientras muchos se reían amargamente de los que hablábamos de tomar conciencia del abismo cercano. Un año después no aprendimos nada. Por un lado aparecen los que dicen que se asciende por historia, por negocio, por blabalbabla (sin hacer ningún mérito se llega) o los que a menos de 2 meses de finalizar el torneo hablan de destruir todo para armar desde 0 (ehcar al DT, o a Cavenaghi y el Chori). Hoy ven como un hecho celestial el ascenso y piensan que la supremacía histórica del club nos convertirá en el mejor equipo nacional. Piensan que para ascender se deben ganar todos los partidos o si no es así debemos agradecerles a los rivales que nos hacen ascender, mantenemos la soberbia de pensar que somos superiores a todos aunque a la hora de criticar decimos que no tenemos DT, no tenmos arquero, no tenemos enganche, no tenemos defensa, no tenemos equipo...

Hay gente que todavía no tomó conciencia del descenso y mucho menos del desastre en que dejaron a nuestro club. Mucha gente piensa que son herederos de los que puteaban a Carrizo o Perfumo exigiéndoles más y que ahora deben hacer lo mismo con Vega o Diaz como si fuera la misma situación. Son los que estan hartos de ver que se aliente al equipo y exigen la puteada, los que no soportan ver a nuestro equipo en la B con aplausos y piensan que las cosas volveran a ser como en el pasado si empiezan los insultos a los jugadores, las apretadas y las puteadas, los que piensn que este River Plate  volverá a ser el del pasado con solo obligar a un jugador a que sea como Alonso (como si hubiera en el plantel o en el fútbol argentino un jugador como el Beto).

Sobre todo esto cada uno tendrá su opinión y votará en las próximas elecciones por la opción que se acerque a su pensamiento, pero lo malo de esto no son las ideas enfrentadas sino los fundamentalismos de ambos grupos. Por un lado los que alientan sin aceptar una crítica porque se está contra el equipo y por el otro lado los reaccionarios de aquel grupo y que terminan siendo más fundamentalistas porque no aceptan los alientos, ni siquiera aceptan que se vea algo positivo en una cancha de fútbol (como si aceptar una buena medida implicara desconocer el presente). Los agoreros del desastre que no entienden que ya estamos en el desastre y que ya no es hora de destrucción sino de construcción, los que confunden crítica con descalificación y denigración, los que piensan que se apoderan de la razón cuando gritan más fuerte, los que no pueden aceptar otras voces y entonces es más fácil agredir y destruir. Ambos grupos fundamentalistas exigen que todos estemos alineados detrás de cada uno de ellos y buscan sus adeptos sin aceptar que muchos aborrecemos tanto la bosterización como el fundamentalismo de los que quieren hoy que de la nada nos convirtamos en lo que llevará trabajo lograr. La elección pareciera la bosterización o la racinguización.

Este camino es tan destructivo que hasta la propia dirigencia opositora se está mordiendo la lengua para no hablar y apuntalar desde el costado. Para algunos parecerá una decisión timorata y para otros una muestra de madurez, en todo caso es una tregua hasta junio, porque después de esa fecha será difícil que no aparezcan las críticas. Lo mismo se puede decir del grupo de jugadores y técnico, estan unidos conociendo todas las trabas que tienen en el camino. Escuchando como muchos piensan que el título de la B está ganado de antemano, mientras ellos salen a la cancha conociendo los esfuerzos que deben hacer, los que deben escuchar a la prensa condicionando a árbitros, promoviendo a los rivales y buscando el enojo de los hinchas.

Como siempre se dice, la mesa tiene 4 patas, el cuerpo técnico y los jugadores conocen el objetivo y hacen lo que está a su alcance, la dirigencia muestra la ineficiencia de siempre (destruir el campo de juego, hacernos jugar y practicar en otras canchas, aceptar vergonzosos arbitrajes, callar ante la manipulación periodística...) y los hinchas estamos más desunidos que nunca. Los campeones suelen festejar la unidad y conciencia de las 4 patas en un objetivo final.

Por Charro.