"Se pueden arreglar campeonatos enteros, como el de Boca de Ischia." Javier Ruiz árbitro "Ehhehh, eh yo pienso de que ehhehh eeeehh (?)." DAP "No estén cagados." Daniel Passarella

domingo, 9 de marzo de 2014

¿Un partido en paz y con felicidad?



Saliendo a la cancha me doy cuenta que otra vez salgo preocupado y empiezo a recordar aquellas veces que salía de la mano de mi viejo saltando o las veces que me reunía con amigos para hacer una previa de asado y luego salíamos sobre la hora preparados para seguir con los festejos en la tribuna. Muy pocas veces salíamos decepcionados y muy pocas veces llegábamos preocupados por lo que había pasado la semana anterior. ¡Cómo cambiaron las épocas! Ahora salgo pensando en mil cosas menos en que voy a llegar y salir contento. 

Ya perdimos los lujos que llenaban nuestro corazón y admiración en algún momento del partido (justamente el domingo pasado tuvimos un taco en medio de un gol y antes de eso debo irme en el recuerdo en algún lujo de Orteguita o algún milagro entre esos 2 momentos), perdimos la alegría de ir con la seguridad de festejar goles (casi un año que solo festejamos un gol o nada), vamos con la preocupación de no saber como jugará el equipo, si será un espejismo un buen partido, si moriremos de angustia al no poder ver 2 pases seguidos u horrorizados porque los jugadores no pueden dar un pase correcto a 3 metros de distancia. Hoy las alegrías del domingo pasan por los amigos y por la esperanza de volver a ver a River Plate en el lugar que le corresponde y nos quitaron.

Entre tantas preocupaciones, volvemos a sumar los problemas de la violencia. Cuando era chico sabía que a la cancha se iba sin nada (otros tiempos, no existía la tecnología y lo peor que uno podía tener era el reloj o la billetera), a lo sumo alguna moneda para cuando venían un par de barras a pedir la colaboración para la bandera. Con el tiempo esa preocupación se alargó a los viajes en colectivo y preocuparse por no encontrarse con barras del otro equipo (tiempos en los que pensábamos que lo peor sería encontrarse con alguna trompada, supongo que cuando los barras bosteros mataron a 2 pibes de River que nada tenían que ver con la barra, marcó el cambio de política al respecto. La cuestión es que en esos tiempos ya se venían organizando en hacer una fundación (?) y ya se empezaban a organizar en el maridaje violencia/beneficios económicos (ya no era solo pedir a la gorra para el espectáculo y aprovecharse de los negocios de droga en la tribuna). El negocio lo terminó afianzando la idea de Aguilaucha (con el beneplácito del Padrino y el resto de la dirigencia, especialmente la de Liniers y su ¨ex¨ barra), algo así como relaciones carnales con la barra y que éstos fueran pibes del club (y si no lo era había que hacerlos). Las relaciones carnales ordenaron (?) la tribuna, ya no hubo quilombos dentro de la tribuna porque se respetaba una cadena de mandos pero esto se lograba con plata y permitiendo el ingreso de barras al negocio del fútbol (lentamente fueron disminuyendo los enfrentamientos entre barras de equipos rivales porque la preocupación era otra y empezaron a surgir los enfrentamientos internos por adueñarse del negocio. La última década nos encontró cada vez con personajes más violentos (demasiados delincuentes con prontuario interesados por la plata y poder ¨fácil¨ en lugar de hinchas violentos y ambiciosos), muchos grupos organizados y relacionados (formando bandos con mucho caudal de gente) y así la violencia fue creciendo en peligrosidad (hay que demostrar poder usando armas y asesinando líderes para mandar mensajes).

Ahora volvimos a los viejos tiempos con los vicios de los nuevos tiempos. Volvemos a estar presos de los barras y su ¨ley de tribuna¨ pero con un Estado ausente que solo se dedica a poner penas para hacer de cuenta que está actuando. Llegamos al colmo que la policía ya no se hace cargo de la seguridad (estan cada vez más lejos) y que los barras amenazan con hacer disturbios para que castiguen al club si no reciben algún beneficio (como le pasó a Independiente y pasó esta semana en nuestro club). Es cierto que cuando más se habla menos probabilidad de que pase algo (no son tontos y saben que los están esperando) pero también es cierto que hay momentos de no retorno en que todo puede pasar (como le pasó a los bosteros el año pasado) y éste es uno de ellos (veremos cuales son las soluciones que se encuentran.

Por lo pronto yo vuelvo a salir hacia el Monumental (¿con la inconciencia de todos los hinchas?), esperanzado de encontrarme con mis amigos, disfrutar un buen partido y volver a ser feliz viendo que los jugadores con la camiseta millonaria (millonaria de verdad) pueden hacer lujos que nos permitan admirarlos dentro de la cancha... bueno, por ahora me conformo con alguna pincelada de todo esto.

Salud River Plate y volvamos a ser de una vez por todas (y empecemos con el equipo del jefe)...

Por Charro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lamentablemente el Estado no esta ausente, está bien presente pero del bando contrario al hincha genuino y pacífico que quiere ver fútbol y alentar a sus jugadores. Policías, políticos, funcionarios y dirigentes están, desde hace años, del lado de los violentos.

Saludos
Aledb