Caminar por Figueroa Alcorta significaba encontrarse con las mesas de D’onofrio y Caselli repartiendo de todo, el micro de Kiper, pero esto solo era el aperitivo para llegar a la puerta principal del Monumental, allí enfrente se podía ver el trailer de Caselli con sus bailarinas en un espectáculo conceptualmente lamentable (porristas al mejor estilo yanki junto a un muñeco inflable), la gente de D’Onofrio repartió el afiche del Enzo y los de Passarella repartían las mejores camisetas (superando tal vez a las de D’onofrio mostrando una gran imagen de Enzo). Entrar al club entregaba otra sorpresa, uno podía ver al grupo de Mera Figueroa repartiendo escobas como símbolo de la limpieza que necesita el club. (demostración de campaña austera y entregadas por los mismísimos candidatos presidenciales) Por todos lados se veían panfletos que se convirtieron en la nueva alfombra multicolor del club. Panfletos de Manolo Lanas presidente, Santilli presidente, la casellista revista FSP con la publicidad inexplicable de Ávila 2013 (tal vez una pauta pagada que hubo que llenar de alguna forma). En medio de todo esta fantochada solo pude conseguir las listas de D’onofrio y Mera.
¿Ya estaba todo? No, faltando menos de una hora, un grupo de Caselli quiso copar el hall central con una serie de cánticos contra Aguilar, la gente de D’Onofrio se tiró a un costado como esperando refuerzos y finalmente se tranquilizó todo cuando llegó gente de distintas agrupaciones y cesaron los cánticos. Las remeras de todos los candidatos se confundían en ese lugar.
Sin embargo todos supimos que este no era el final, la siguiente cita fue en el Monumental. La salida del equipo significó un sin fin de papelitos entre los cuales había un juego de palabras (“ahora somos nuevos delincuentes” por el afiche somos nuevos dirigentes y “vuelve un cagador” por el afiche vuelve un ganador; todo con los símbolos de Santilli y D’Onofrio. Otro bregaba por no votar al títere de Aguilar y tenía las fotos de Aguilar e Israel con la camiseta de la bosta, D’Onofrio como títere y Santilli como preso finalizando con el slogan “se va a cavar (sic) la dictadura de Aguilar”). Apareció una persona dando el primer folleto de Kiper con su plan de gobierno (haciendo una campaña mínima de una semana conseguir votos es un milagro), de Passarella solo se conseguía una revistita que decía “Sin líderes no hay futuro” con otro plan de gobierno, Caselli mostraba un folleto terriblemente vergonzoso con los nombres de las incorporaciones de aquí a junio del 2010. También podemos contar los folletos que castigaban a Passarella como bostero (incluyendo algo de una página de youtube). Si alguno ve algo interesante que avise y le scaneamos los grandes mensajes proselitistas.
Increíble, todavía no había empezado el partido. Estudiantes salió con todo ayudados por los defensores de River. Cabral y Sanchez volvieron a mostrar su peor nivel mientras los chiquititos de arriba eran contenidos por los defensores del campeón de América. Entre el desastre defensivo y la inexistencia del lado derecho de River, sólo Pereyra, el Keko y Buonanotte se mostraban por la izquierda haciendo daño, como siempre, el daño de poco servía porque no tenemos un 9 en el área. El segundo tiempo nos encontró más activos y con un poco más de agresividad ante un Estudiantes que se arrepentía de jugarse tanto en un partido que no valía la pena. Los últimos 20 minutos nos encontró a los hinchas enloquecidos viendo cierta reacción del equipo y así se los empujó hasta el desahogo final. Un gol de película para una tarde de acción, un gol “heroico” para un jugador de película, un desenlace para darle el toque final necesario a una buena película.
¿Este era el final merecido? No, faltaba un pequeño aperitivo para hinchas que ven apesadumbrados como hace 8 años gritábamos porque queríamos un título internacional entre tantos campeonatos nacionales y hoy festejamos desesperadamente un punto para alejarnos de la futura promoción. ¿Qué se podía cantar? “Hay que saltar porque el domingo se va Aguilar” y “se va a acabar la dictadura de Aguilar”, para gran parte del estadio fue un grito de desahogo; para los chupamedias, los cómplices y los que ven a la política como algo sucio sin entender que todos debemos participar porque si no le hacemos el caldo gordo a los delincuentes fue simplemente un momento de silencio. Todos vimos a la barra llamándose a silencio y los parlantes aumentando su volumen al máximo para tapar la voz del socio como hizo durante los últimos 8 años. 8 años dictatoriales a través de tablados, vallados, hall tapiado y con decenas de policías, parlantes ensordecedores, club dividido en partes para impedir que se juntara la gente, dirigentes escondidos y con custodia permanente, barras bravas pagas y silenciadoras, grupos de apoyo…
Este fue el último partido en River con Aguilar como presidente. Fue un sábado muy especial y sentido para los hinchas de River.
Por: Charro