De local en el Ducó...
¿Hace cuanto no nos dejan ir a ver un partido a otra cancha en la zona metropolitana de Buenos Aires? Por fin iremos a la cancha de otro equipo (?). Si un desprevenido se despertara hoy podría pensar que se solucionaron todos los males del fútbol argentino, sin embargo la realidad es que hoy jugamos en cancha de Huracán gracias a la desorganización de la AFA (se suponía que hoy River Plate jugaría de visitante pero por el desorden de AFA y presiones del gobierno, el inicio del actual torneo se atrasó una semana y ahora River Plate debe pagar fortunas para arreglar esta desorganización); en River Plate hoy no se jugará fútbol (tal vez hace rato que no se hace)... habrá un recital; jugaremos a media tarde con 30 grados de temperatura para que la barra
oficial pueda ganar fortunas a la noche delinquiendo en el Monumental; hay un elevadísimo peligro que se enfrenten las barras oficial y disidente (?); veremos si los hinchas seremos entregados como corderos para que el gobierno pueda demostrar que los dirigentes ¨amateurs¨ no pueden dirigir clubes sin fines de lucro y hay que convertirlos en sociedades anónimas; como las bandas delictivas que hoy se disfrazan de hinchas para ser parte del enorme negocio del fútbol no se identifican con los colores, alguna de las 2 barras podría unirse con la de Huracán (o con parte de ella, ya que también deben tener barra oficial y disidente); veremos un equipo que parece un rejunte (diezmado por las lesiones, por las malas compras, por la falta de confianza en los jueveniles...); un plantel campeón regalado que fue reemplazado por otro que intenta copiar lo mejor de aquella versión ganadora pero no logra tener su identidad ni encontrar el secreto del éxito; un presidente más preocupado y desbordado por las peleas políticas e internas (a nivel nacional, en el club, en la AFA, en la Conmebol y hasta en la FIFA) que elige despreocuparse y relegar el funcionamiento del club social para centrarse en lo económico, futbolístico y político; un club lleno de silencios y secretos en el que todos dan vuelta la cara.
Jugaremos en Parque Patricios porque no hay más remedio. El presidente del club intentó por todos los medios no jugar fuera del Monumental (lo dejó bien claro ante Defensa y Justicia y Arsenal) y sin embargo hoy se ve obligado a hacerlo (¿le doblaron el brazo? ¿es un problema con la policía de la provincia? ¿hay contactos con la policía metropolitana para que no haya conflictos y no puede conseguir lo mismo en la provincia?). Todo indica que seguimos en la misma situación de hace décadas (con los empeoramientos lógicos de los negocios que aumentan), barras que hacen lo que quieren (de ser cierto que se adelantó el partido para que la barra pueda hacer sus negocios durante el recital pasaría a ser otro hito de la vergonzosa historia de la organización y funcionamiento fútbol argentino), arreglos con la policía y poder judicial, dirigentes que no se juegan porque no tienen respaldo (lo que pasó esta semana con el presidente de Temperley es una vergüenza y solo posible por el silencio cómplice estatal, policial y periodístico. Lo grave no es que una banda de delincuentes amenacen a dirigentes e hinchas, lo imperdonable es que la policía, la justicia y los gobiernos los dejen hacer para que no perder parte del negocio).
Con ese presente, hoy iremos ingenuamente a Parque Patricios, con las mismas ilusiones con las que íbamos a visitar otras canchas, con la esperanza de ganar aunque no nos apoye la realidad del equipo, con las ganas de ver un gran partido y un gran equipo aunque no haya ningún sustento para creerlo, con la intención de creer que todo está bien aunque todos sepamos que el fútbol argentino, sus clubes y la sociedad entera seamos un castillo de naipes al que se golpea constantemente esperando a ver cuanto aguanta o si se puede voltear para que caiga del lado que eligen los poderosos.
Saldremos de la comodidad del fútbol ¨de local¨ y del presente sin contacto con la violencia (?), volveremos a encontrarnos entre amigos para viajar a otra cancha, planificamos el viaje, revisamos los lugares por donde caminar y/o estacionar, los mejores recorridos de los medios de transporte, la vestimenta para llevar (intentando que sea lo menos posible), algunos almorzarán en zonas cercanas a la cancha y otros esperarán cuando termine el partido a unas cuadras de la cancha tomando una cerveza o un fernet. Queda claro que el fútbol es un hecho cultural que ha sido golpeado y aprovechado por todos los poderosos, única explicación para que la gente no pueda ir todas las semanas a una cancha visitante, no pueda disfrutar de ir con amigos, familia o pareja y que vaya sin saber si volverá.
Una locura el fútbol sin visitantes, con violencia, con decenas de negocios que funden a clubes sin fines de lucro y con un gobierno que pretende que dejen de existir los clubes sociales para convertirlos en sociedades anónimas... la famosa locura argentina.
Por Charro.