Varias situaciones de gol que no se concretaron y finalmente el penal parecía sellar el resultado
Constantemente se viven sentimientos encontrados entre los hinchas de River Plate y el vaivén de las opiniones es un péndulo que nos deja parados de la desolación absoluta a la sonrisa amarga sin estaciones intermedias. La salida de la cancha marplatense fue de las peores que haya visto en mi vida en cancha visitante (exceptuando en los que hubo violencia), esa cancha no está preparada para albergar tanta gente y no se como nunca tuvo una tragedia. Miles de personas aplastadas en un embudo a 3 metros de altura haciendo lo posible para bajar una rampa mientras la policía brillaba por su ausencia (al igual que lo estuvieron en el ingreso cuando no hubo disturbios graves por el solo hecho que la gente está anestesiada, llegamos temprano y la policía no fue tan agresiva). Todo esto podría haber provocado una tragedia si no fuera por un lado que la bronca de la gente era más una desilusión que agresividad interior y que todos sabíamos que era un fin de semana largo con lo cual no había tantas urgencias por llegar a casa.
En esa aglomeración de miles de personas, la tristeza nos superaba a todos, las conversaciones con el desconocido de al lado solía coincidir, alguna culpa salía hacia un lado y hacia otro pero en todos estaban las palabras ¨abrochar¨ o ¨cerrar¨. River Plate le dio una oportunidad al rival y éste la aprovechó, un error valió 2 puntos y nos deja a todos preocupados. El equipo conoce su superioridad y se durmió en la comodidad, no remató el partido, manejó bien la pelota pero perdió el objetivo del partido, debió buscar el segundo y liquidarlo. Todos sabemos que el rival siempre tendrá su centro desesperado y hay que minimizarlo al máximo con goles a favor.
Un error nos mostró lo cambiante que estamos, minutos antes la confianza de cara al futuro era absoluta y en ese momento la desazón era lo único que nos movilizaba. Se pasó del absurdo y auto boicoteador ¨olé¨ a la salida cabizbaja en un segundo. La satisfacción de ver a un equipo que encontró un camino y empieza a saber a que quiere jugar nos pasó al equipo que sufre una distracción y reconoce ante todos sus puntos débiles.
Mientras algunos agoreros del desastre disfrutan de su enojo y escupen odio hacia todos los costados sin mirar los partidos, muchos vamos a la cancha dispuestos a alentar y a ver que le está pasando a nuestro equipo. En medio del trauma afloran las mejores y peores cosas de los seres humanos y todos los días podemos leerlo en algunos comentarios de este blog y de todos los foros.
Desequilibrar con la gambeta o el toque rápido fueron habituales para superar en el juego a Aldosivi
En medio de este ambiente, en el momento más difícil, en el momento que más se necesita estar unidos de cara a un objetivo fundamental, el equipo mostró la nueva-vieja cara. El equipo se presentó seguro de si mismo, sabiendo que tiene que buscar constantemente y que para conseguirlo debe penetrar la férrea defensa que intenta armar el rival. El nivel individual de varios jugadores subió mucho, Cirigliano volvió a ser el de antes (tal vez le vinieron bien los partidos de banco), el Maestrico no fue tan determinante como el sábado pasado pero demostró que es muy necesario en este esquema, sorpresivamente tiene un muy buen ganado lugar en el equipo, Ponzio estuvo errático al principio pero su personalidad y polifuncionalidad lo convirtieron en determinante en el segundo tiempo y hasta el ingreso de Ocampos en los minutos finales demuestra ser efectivo.
Hubo muchas situaciones de gol armadas por un equipo movedizo que supo superar a uno de los rivales más complicados de la categoría (en los últimas 19 fechas había sido, junto a Instituto, el equipo que más puntos sumó), Trezeguet (que jugó un partido muy flojo para lo que nos tenía acostumbrados aunque aún así demostró su clase superior), el Chori se movió bien y la pidió siempre y Cavenaghi, aún con sus falencias físicas habituales, siguió mostrando un nivel que va en alza. El equipo se defendió bien sin darle muchas oportunidades a un rival muy complicado, la defensa cometió alguna falta estúpida (infaltable en Diaz) pero de todas formas se demostraron confianza hasta el momento del centro fatídico.
El Maestrico volvió a mostrarse como alternativa efectiva
Llegamos al famoso momento que habíamos temido desde el inicio del torneo, la presión de las últimas fechas. Ante esta situación complicada el equipo reaccionó bien desde la seguridad en lo que busca y necesita pero en el centro mostró el miedo al fracaso. Será muy complicado trabajar sobre ese punto y es el punto sobre el cual todos ponen sus dudas. Un nuevo obstáculo que tendrá que superar el grupo, tendrá que mostrar las garras de la bronca por perder el punto o se quedará con el miedo a que le vuelva a pasar. Ojalá aparezca la bronca y la rebeldía que necesitan estos jugadores para acallar las voces agoreras y deseosas del fracaso.
Por Charro.