No existen razones para el maltrato psicológico
Se acerca la hora de la verdad, la hora en que las palabras sobrarán y serán los hechos los que empezarán a hablar. El inicio del campeonato hará que los resultados sean los movilizadores de opinión y de estados de ánimo y las palabras pasarán a un segundo plano. Preparándose para ese momento es que estamos viendo los últimos movimientos preparatorios que permitirán estar mejor parados y que permitirán un futuro un poco más tranquilo en medio de un presente tan turbio, en el cual se mezclan sentimientos de venganza, bronca, incapacidad, egoísmo, soberbia… y tantas otras. Cuando se actúa empiezan a aparecer las críticas y se pueden hacer modificaciones del rumbo elegido.
Entre todo esto, podemos ver como se intenta solucionar los problemas heredados y como en otros puntos no se logra salir del pantano en que nos dejaron. Una de las bombas de tiempo dejadas por el anterior gobierno y que tenía fecha de explosión el 30 de junio de 2010, era el fin de contrato de varios jugadores. En estas semanas vimos la reacción que hubo cuando se decidió terminar con la locura de tener un plantel hipersobredimensionado (supongo que será un neologismo pero es lo más claro para explicar lo que es River hoy) y sin categoría para cumplir la función que se le exige y exigirá. Hay una sucesión de situaciones inmanejables que al encadenarse forman el peligroso y desastroso presente de River Plate, en algún sitio se debe cortar esa cadena y empezar a desarmarla, aún con las consecuencias dolorosas y que hagan tambalear al barco.
En ajedrez, hay un tipo de problemas que se llama zwangzung (creo que se escribe así), en el cual un jugador solo puede ayudar a que su rival lo derrote. En el problema del plantel profesional de fútbol estábamos así. Si mantenemos a los jugadores se pagan fortunas, si los dejamos ir hay que pagarles la deuda, si se los deja ir y se les da el pase en su poder se pierde patrimonio, si se reduce el plantel y se trae mejores jugadores, los que tienen menos categoría reclamarán para irse y cobrar la deuda, si se deja pasar más tiempo tendremos un plantel con 90 jugadores y se pagarán cifras astronómicas por sueldos… nada resulta muy interesante.
Entre todo esto, podemos ver como se intenta solucionar los problemas heredados y como en otros puntos no se logra salir del pantano en que nos dejaron. Una de las bombas de tiempo dejadas por el anterior gobierno y que tenía fecha de explosión el 30 de junio de 2010, era el fin de contrato de varios jugadores. En estas semanas vimos la reacción que hubo cuando se decidió terminar con la locura de tener un plantel hipersobredimensionado (supongo que será un neologismo pero es lo más claro para explicar lo que es River hoy) y sin categoría para cumplir la función que se le exige y exigirá. Hay una sucesión de situaciones inmanejables que al encadenarse forman el peligroso y desastroso presente de River Plate, en algún sitio se debe cortar esa cadena y empezar a desarmarla, aún con las consecuencias dolorosas y que hagan tambalear al barco.
En ajedrez, hay un tipo de problemas que se llama zwangzung (creo que se escribe así), en el cual un jugador solo puede ayudar a que su rival lo derrote. En el problema del plantel profesional de fútbol estábamos así. Si mantenemos a los jugadores se pagan fortunas, si los dejamos ir hay que pagarles la deuda, si se los deja ir y se les da el pase en su poder se pierde patrimonio, si se reduce el plantel y se trae mejores jugadores, los que tienen menos categoría reclamarán para irse y cobrar la deuda, si se deja pasar más tiempo tendremos un plantel con 90 jugadores y se pagarán cifras astronómicas por sueldos… nada resulta muy interesante.
De los 60 jugadores profesionales heredados, deben estar yéndose aproximadamente la mitad y otros 10 habrán vuelto a la categoría inferior. De todos ellos, supuestamente solo 16 terminaron su relación contractual con el club el pasado 30 de junio. Si bien, todos los casos tienen un mismo eje, no se los puede ver como si fueran lo mismo, la realidad es que el presente y futuro de cada uno de estos jugadores y su relación es y fue bien diferente.
No hay forma de igualar a Ahumada con ningún otro jugador; por otro lado estaban los jugadores que terminaron su contrato y que nadie dudaba que fueran ex jugadores con algo así como un plan jubilatorio donado por el HDRMPDJMA (Loeshboor, San Martin, Rosales). Por otro lado están los jugadores que tienen una deuda muy grande y saben que no serán tenidos en cuenta (Galmarini, Quiroga y Sanchez). Dentro de estas situaciones se pudieron ver distintas soluciones, están los que se fueron contentos con su pase, los que se llevan alguna promesa, los que no quieren arreglar y solo quieren cobrar ya porque saben que no tienen futuro como futbolistas, los que permanecen en River esperando a tener una oportunidad.
No hay forma de igualar a Ahumada con ningún otro jugador; por otro lado estaban los jugadores que terminaron su contrato y que nadie dudaba que fueran ex jugadores con algo así como un plan jubilatorio donado por el HDRMPDJMA (Loeshboor, San Martin, Rosales). Por otro lado están los jugadores que tienen una deuda muy grande y saben que no serán tenidos en cuenta (Galmarini, Quiroga y Sanchez). Dentro de estas situaciones se pudieron ver distintas soluciones, están los que se fueron contentos con su pase, los que se llevan alguna promesa, los que no quieren arreglar y solo quieren cobrar ya porque saben que no tienen futuro como futbolistas, los que permanecen en River esperando a tener una oportunidad.
Dentro de este grupo apareció la situación de Nico Domingo. Todos pudimos leer sus expresiones llenas de dolor por el maltrato al que fue sometido sin ninguna justificación, es una situación desagradable para cada hincha que quiere al club y a su gente. Pueden haber muchas explicaciones sobre presiones, psicología, trato a los futbolistas, costumbres, manejo de grupo y blablabla, sin embargo, no hay forma de justificar la forma en que se trata a un jugador que tiene 11 años en el club, que es un pibe del club y que nunca le falló a la institución. Podrán decir que no es del gusto del entrenador pero siempre supo vestir honrosamente la camiseta millonaria (me refiero a ponérsela y dar lo máximo que tiene). Este maltrato dirigencial, esta soberbia no puede conducir a otro lugar que la bronca y el conflicto, para el jugador puede ser una situación dolorosa y solo anecdótica en un futuro pero será imperdonable para él y para gente del medio. ¿Qué razón puede tener un presidente para actuar de esta forma? ¿Obligarlo a irse? ¿Intentar que acepte irse de cualquier modo? Vamos, seamos más inteligentes y utilicemos el diálogo que es mucho mejor conducente.
La situación que una vez vivió Lux fue muy dolorosa y con dardos muy duros hacia el actual presidente; Domingo reacciona de una forma muy diferente pero esto pareciera mucho más injusto todavía. Intentar humillar a un profesional e intentar hacerlo un paria impidiéndole que entre al vestuario o que esté con los otros profesionales del club o que no use el gimnasio, es una actitud indigna de un club como River Plate.
La situación que una vez vivió Lux fue muy dolorosa y con dardos muy duros hacia el actual presidente; Domingo reacciona de una forma muy diferente pero esto pareciera mucho más injusto todavía. Intentar humillar a un profesional e intentar hacerlo un paria impidiéndole que entre al vestuario o que esté con los otros profesionales del club o que no use el gimnasio, es una actitud indigna de un club como River Plate.
Espero que el presidente recapacite y actue con más ecuanimidad y menos rigidez hacia quienes no lo merecen, que deje cualquier tema personal que pueda estar influyendo y que puede provocar innecesariamente una nueva situación muy perjudicial para River Plate.
Desde acá, como socio e hincha de River Plate, le pido disculpas a Nico Domingo por esta situación.
Desde acá, como socio e hincha de River Plate, le pido disculpas a Nico Domingo por esta situación.