La dictadura de Aguilar

Cancha techada de handball, otra mentira de Aguilar

Desde hace tiempo se escucha en el club sobre la dictadura de Aguilar, afirmar que el club se encuentra bajo una dictadura es exagerado, al fin y al cabo es una conducción elegida democráticamente y en dos oportunidades. Considero que tiene actitudes totalitarias y a partir de esa consideración y el intercambio de opiniones que surgió a partir de este posteo surgió la reflexión sobre el margen de divergencia y críticas que esta conducción tolera, si es que tolera algo, a los que actúan en la vida del club.

Con respecto a lo anterior, en su momento me llamó muchísimo la atención un hecho puntual. Unos meses después de la reelección de Aguilar, nos enteramos que echan de River a una persona muy reconocida para los que vamos casi todos los días el club, Sebastián Belinky. Chiche Belinky era jugador de la 1ra y entrenador de infantiles de handball, tal vez el deporte amateur más exitoso de los últimos 10 años. Muy querido por los padres y alumnos, ganador del premio al mejor deportista del CARP en 1998 y por las pocas veces que hablé con él, muy hincha de River.

Esta carta de lectores al diario Clarín vale de muestra de lo querido y respetado que era por la gente que lo trataba. En la misma se destaca que el club esgrime la fatídica excusa de la reducción de personal, aunque la realidad es otra. Belinki exigió que se cumpla una promesa electoral de Aguilar, la construcción de una cancha techada de handball. No solo no encontró respuestas ante el incumplimiento de la promesa, lo echaron porque no se quedó callado.

La experiencia de Belinky, con el tiempo se puede ver como un mensaje explícito para el resto de los partícipes de la vida del club, no se aceptan planteos ni divergencias. Conozco casos similares al relatado anteriormente y todos terminaron de una forma similar. Como es notorio Aguilar es un pésimo líder, no solo por los resultados de su gestión sino como conductor; a los opositores los persigue (votaciones donde se los amedrentó con la barra); a los críticos, aunque sean constructivos se los trata como opositores y se los intenta expulsar o acallar y los únicos que sobreviven en la estructura de comandada por Aguilar e Israel son los obsecuentes y los que jamás plantean una divergencia o por lo menos no las hacen públicas.

Volviendo al tema surgido con la gente de Siempre River y Rodrigo, cuadro principal (?) de la Agrupación Caravana Monumental; luego de repasar el intercambio de opiniones, críticas y justificaciones y obviando los exabruptos de ambos lados, se me ocurrió pensar si es posible que estas agrupaciones jóvenes y tan activas en la vida del club pero con poco poder, pueden plantear divergencias con la directiva del club sin sufrir represalias.

Reconozco que es muy fácil y cómodo de nuestra parte solicitarle a otro que patee el tablero y se arriesgue a ser despojado del espacio que consiguió validamente. Y suponiendo que existan diferencias, tal como dejan entrever en sus comentarios, hasta puedo comprender la decisión de no confrontar con esta dirigencia nefasta. Seguramente si esto sucediese, correrían el riesgo de perder el espacio que ocupan y muy probablemente teman que estos lugares los ocupe alguno con menor capacidad o dedicación o directamente por nadie. Pero patear el tablero y sincerar una postura en la crítica situación que vive el club generaría en mi y seguramente en muchos más, admiración y voluntad para acompañarlos.

Por: Negro Enrique