Idolos de siempre 17: El Káiser o el Gran Capitán

Su primer año en River lo hizo como lateral

Así como para muchos se les manchó el recuerdo de Enzo y el Beto cuando quisieron participar de la política del club, a muchos les puede estar pasando lo mismo con el Káiser. El pasado 26 de enero se cumplieron 21 años de su debut como entrenador del club y días antes (el 23) se habían cumplido 37 de su debut (no oficial) con la camiseta de River. Creo que las anécdotas de sus debuts y la forma en que llegó hasta ese momento lo pintan de cuerpo entero y pueden ser parte de su presente.

Daniel Alberto Passarella nació en Chacabuco el 25 de Mayo de 1953. Desde chico tenía la ilusión de ser jugador y por ello se presentó en Boca cuando tuvo la oportunidad. Vivió 3 meses en la Candela y sin haber jugado lo borraron, luego tuvo mejor suerte en Independiente, lo vieron y les atrajo su juego pero por un error administrativo no lo ficharon y enojado volvió a su ciudad. Hasta Chacabuco llegó Estudiantes y cuando lo vio jugar el entrenador se lo llevó a La Plata pero lamentablemente para Daniel, el cuerpo técnico fue echado y sus sucesores no quisieron hacerle firmar su primer contrato.

Otra vez en Chacabuco, su tío (que veía el tesón que le ponía el pibe al fútbol) logró que lo ficharan en Sarmiento. Daniel era obstinado y no se daba por vencido, el entrenador no lo ponía porque decía que era un defensor rústico que tiraba pelotazos… pero el entrenador se fue antes que se cansara Daniel y el nuevo entrenador fue un ex jugador de River, el tucumano Hernandez reconoció en él a un crack y decidió ubicarlo de 3. Hernandez le prometió la titularidad y fue quien le armó los escalones para que Passarella ascendiera. En 1973 la selección (dirigida por Sívori) fue a jugar a Junín y Hernandez habló con el cabezón cuando se enteró que se había lesionado el 3 de la selección. El técnico de Sarmiento habló con Daniel y le preguntó si prefería jugar para la selección o para Sarmiento, Daniel respondió que prefería sobresalir en Sarmiento para lucirse más. Daniel tuvo razón, la selección ganó 5 a 1 pero el gol del club juninse lo hizo Passarella.

Nuevamente mostró su carácter cuando fueron a verlo varios dirigentes importantes del fútbol argentino fueron a verlo a otro amistoso y el presidente de Sarmiento le prohibió jugar porque no quería venderlo. Passarella tomó sus cosas y no volvió a Junín. Prefirió ir a Chacabuco y jugar en la liga de la ciudad. No era la primera muestra de fuerte carácter, en su casa, salvo su abuela, todos eran de Boca y su padre era dirigente de un club de la ciudad, Daniel jugó en el club de la contra y siempre se sentaba junto a su abuela que le auguraba un gran futuro con la camiseta de River. A los 5 años Daniel era diestro pero había prometido que si su abuelo se salvaba de un problema de salud se iría a Luján, a la vuelta tuvieron un accidente y Daniel debió ser operado de una fractura en la pierna derecha, durante la convalecencia el pibe se dedicó a patear la pelota con la pierna izquierda y de esta forma quedó zurdo.

En enero de 1974 Hernandez compró el pase de Passarella y se lo ofreció a su amigo Pipo Rossi. No había caso, River no necesitaba a un pibe no muy conocido aún y debió insistir mucho para que Pipo aceptara ponerlo en un partido amistoso televisado contra los bosteros. Es bien conocida la anécdota cuando Pipo se acercó a Passarella y le preguntó si se animaba a jugar, él le explicó “pibe, esto no es Sarmiento contra Argentino de Rosario, ¿te animas a jugar?”. La respuesta del pibe no se hizo esperar “Yo si, y usted, ¿se anima a ponerme?, la respuesta enojó al técnico pero redobló la apuesta y preguntó si se animaba a jugar desde el principio. Passarella le dijo que no se arrepentiría y así fue. Clausuró el lateral y metió un tiro en el travesaño. Muchos equipos lo habían visto en esos partidos televisados y casi no llega a firmar con River, Ferro, San Lorenzo y Huracán habían hecho algunos intentos (incluso fue a una práctica de Chacarita pero Maschio no lo aceptó). Finalmente arregló su ingreso a River y a pesar de no jugar mucho, hizo muestras de su carácter. En ese año se peleó en un entrenamiento con un consagrado pero también pudo marcar 4 goles, empezaba a dar sus primeros pasos. Para Rossi era el “mocoso caradura” pero, aunque era el tipo de personalidad que le gustaba, no se animaba a hacerlo debutar oficialmente.

También se le plantó a Labruna cuando llegó en el 75. Le dijo que él de 3 no jugaba más y el Feo le contestó que entonces no sería suplente. Lorenzo se enteró del tema y lo llamó porque estaba armando al gran equipo de Unión del 75 que haría maravillas en esos años. Passarella fue nuevamente a hablar con Labruna y éste simplemente le dijo “¿Usted está loco, no sabe que está en River y que este año seremos campeones?”. Passarella se quedó y ambos cumplieron, Daniel no fue el titular pero jugó una docena de partidos y se fue afianzando junto al River campeón de Don Angel.

Un gran cabeceador y gran goleador, uno de los mejores defensores de la historia

Las anécdotas y los números se multiplican. Es el único jugador argentino ganador de 2 mundiales, es el defensor con más goles en Italia y en River se cansó de hacer goles muy importantes de penal, de cabeza y de tiro libre. Ganó todos los títulos junto a Labruna y volvió a River en el 88 cuando le dijo que no al Boca de Pastoriza y se dejó convencer por Santillli y Menotti. En 1990 aceptó el llamado de Dávicce para ser entrenador y volvió a darle títulos a River desde otra función. De la mano de muchos pibes y un juego más europeo al que imperaba en nuestro país, logró sorprender y llegar nuevamente a la selección, pero esta vez como entrenador.

Siempre digo que para triunfar en el fútbol demostró una gran cantidad de virtudes, muchas de estas virtudes se convirtieron en defectos a la hora de ser entrenador pero aún así logró ser un buen entrenador, muchas más virtudes se han convertido en defectos a la hora de ser dirigente pero aún así logró llegar a la presidencia. Personalmente sigo dudando que estas pocas virtudes que le fueron quedando le sirvan para ser un buen presidente…

… pero eso es harina de otro costal.

Por Charro.