Revalorizar la marca River

El sentimiento de la gente le da el valor a River Plate. El sentimiento se alimenta con muchas cosas pero no se lo debe engañar.

En estos días hubo 2 hechos que están marcando la agenda política del club, la incorporación de Camoranesi (y otros jugadores no “falopa” que pudieran venir) y la venta de Funes Mori; son 2 temas que podrían ser tomados como simple accionar político para evaluar una vez finalizada la gestión pero que, ante un presidente tan complejo como Passarella pueden ser muy significativos.

Durante la última contienda electoral había algunas promesas vacías de contenido que se repetían entre los distintos candidatos para sonar dulcemente en los soñadores oídos de los socios, nos hablaban de profesionalizar las áreas (aunque nadie avisaba que la manipulación informativa y el saqueo económico estaban bien profesionalizados en el club), aumentar ingresos a través del marketing y revalorizar la “marca River” (término muy “capitalista” para un nombre que está ligado a un sentimiento).

Pasaron casi 14 meses de gestión y DAP demostró que en su caso también eran promesas sin contenido pero a su modo intentó devolverle al club lo que él consideraba revalorizar al club. Su primera medida de gobierno fue llamar a los últimos jugadores que mamaron la esencia millonaria de Labruna y así logró que se acercaran jugadores que estaban injustamente lejos de nuestro club. Con ese punto muy en claro, acercó a gente como JJ, Pitarch y Fillol (con el deseo innegable de acercar a Sabella) e intentó devolverle a las divisiones inferiores la misión que siempre tuvo en el club, se jugó por gente del club y con experiencia en el "Mundo River", en lugar de los prometidos profesionales de divisiones inferiores (como teníamos hasta ese momento). Como primer paso a muchos nos cayó bien. Pasado bastante tiempo, empezó por poner profesionales en el sector de marketing y en prensa, hasta que se decidió nuevamente por poner a alguien con talento en el manejo de grupos deportivos (como es Vigil) aunque no creo que se un profesional a la hora de los números (otra vez lo veo como un acierto). Podríamos decir que Passarella finalmente está intentando, a su modo, profesionalizar algunas áreas (muy lejos de lo que pensaba el votante, si es que en algún momento leyeron su plataforma), sin embargo, esta profesionalización debería estar acompañada por medidas superadoras a las tomadas hasta ahora y por las gestiones anteriores. Esto está muy lejos de verse…

River ya tiene la gloria pero debe seguir alimentándola, la dirigencia debe ser acorde al club.

El último punto (que fue muy fácil de levantar porque estaba en su peor nivel), era revalorizar la “marca” River. Pareciera que es una obsesión de Passarella y que se lo tomó como algo personal; desde el principio habló de no permitir contratos absurdos y así consiguió que Coca Cola hiciera un contrato más acorde con la publicidad que tiene en River, que Petrobras renovara su contrato y que llegara Tramontina pagando un precio también acorde. Sólo falta que Adidas deje todos los privilegios que le regaló Aguilaucha hasta el 2014 y tal vez se consiga que la marca deportiva haga el trabajo que corresponde y entregue camisetas para todos los deportes o al menos permita que otras marcas hagan el trabajo que ellos no quieren hacer.

Tal vez a lo bruto, tal vez con lentitud se va armando un camino y está demostrando una voluntad que pocos hubieran tenido. Hay ciertos sectores que cualquier medida tomada por este gobierno lo ven mal y no pueden reconocer esto como un logro y en estos últimas semanas también atacaron la postura presidencial de revalorizar el precio de un jugador. Fue una medida difícil pero que no vi mal; el valor de los pases de los jugadores es parte fundamental a la hora de recuperar la economía del club. Ponerle el precio a un jugador es volátil porque depende de muchos factores, el presidente se jugó por un precio (elevadísimo para la mayoría) pero más allá de la posible equivocación, permite que en el mercado se instale un nuevo concepto a la hora de golpear las puertas del Monumental; River ya no regala sus jugadores porque necesita plata, ahora hay que negociar mucho para sacar un buen precio.

Hasta este punto no me molestaba la negociación y la dureza de nuestro presidente, sin embargo pasó a preocuparme después de la situación con Camoranesi. Mi evaluación sobre las compras hechas por esta gestión hasta el torneo pasado no es tan agresiva como es la visión de muchos y creo que es muy importante el balance económico antes que el despilfarro (merecerá algún posteo) pero empiezo a ver un muy peligroso empecinamiento y terquedad en el presidente (mismo que mostró en otras etapas de su vida), la persona que no le importa nada más allá de la satisfacción de conseguir algo que buscaba (aunque pierda muchísimas cosas importantes en el camino), la persona que no da el brazo a torcer por ningún motivo y prefiere perjudicarse (en este caso perjudica también a River) a darle el gusto a alguien que le hizo el mínimo gesto de desprecio o que no cayó a sus pies. Muchos son los chimentos sobre la relación con Gallego pero la realidad es que un amigo muy cercano se alejó y cuando debía acercarse para hacer que venga a River prefirió no ir. Cuando debió buscar a Cavenaghi no lo hizo, ahora tampoco lo hace con Camoranesi y así habrá decenas de casos en que nos perjudicaremos por una persona que demuestra ser difícil, esquematizada y para nada flexible.

 Esta fue la forma que encontró Aguilaucha, petrodolares en un amplio bolsillo...

Hay muchas formas de revalorizar a River pero algunos ingredientes fundamentales son la de no engañar al hincha, no engañar a los integrantes del mercado del fútbol y no tomar medidas sin retorno. Alguna vez podrá funcionar pero a lo largo de 3 años tendremos más sinsabores que alegrías. Un valor fundamental de un presidente es escuchar a la gente que sabe y es obvio que todos nos equivocamos, la sordera y el empecinamiento multiplica los errores. Para revalorizar a River será fundamental que sea creíble.

Por Charro.