Trago amargo de verano

Almeyda necesita unos partidos para entrar en ritmo y la compañía es fundamental

Es un partido de verano… pero se perdió frente a los bosteros. Se cometieron errores de pretemporada… pero son los mismos defectos de siempre. Se intentó y los pibes respondieron… pero el equipo no apareció. Su arquero y uno de sus delanteros fueron las figuras… pero fuimos superados claramente.

Hay varias justificaciones para este resultado y JJ se encargó de darlas, sin embargo no se pueden obviar los defectos que sigue manteniendo el equipo. En la primera jugada de peligro de los bosteros nos volvieron a embocar y a partir de ese momento no tuvimos reacción. Como viene pasando en los últimos años, nos cuesta una enormidad hacer un gol, nos cuesta horrores encontrar un línea de juego que nos lleve al arco rival con un peligro cierto y con claridad para definir. La línea futbolística sigue perdida y el peso ofensivo no llega a la categoría mosca; para colmo, volvimos a regalar un tiempo para acomodarnos y saber cual debía ser la respuesta del equipo. Muchas de las jugadas de riesgo no tienen como último destinatario al delantero sino a algún volante o algún defensor que al enfrentar al arquero no definen como corresponde. Un largo tiempo con los mismos defectos…

Ayer River volvió a ser liviano, intrascendente en gran parte del partido, no tuvo respuestas hasta mediados del segundo tiempo, fue desordenado en muchos pasajes y se dejó llevar pro las conveniencias del rival en lugar de manejar el partido según nuestra necesidad, no supo presionar a un rival que también está en formación y terminamos dándole una mano.

Es raro hablar de un dominio claro de los bosteros cuando Carrizo apenas tuvo 2 atajadas importantes (una maravillosa) y al arquero rival se lo convirtió en figura (tapó muy bien el cabezazo de Maidana, el resto fueron pelotas de riesgo que terminaron en sus manos por mala definición). El dominio no estuvo en el juego sino en la facilidad para convertir y el dominio sobre el rival, River nunca dio muestras de poder superar la línea del mediocampo y mucho menos la defensa rival. Los pibes sintieron el rigor de un mediocampo raspador (aunque es muy positivo que en ningún momento dejaron de intentar, ante cada roce y golpe volvieron a pedir la pelota), Pavone no pudo contra una defensa bien cerrada y el tandem Almeyda/Ballón perdió claramente (el Pelado necesita unos partidos para encontrar el ritmo y especialmente el fútbol, varios pases terminaron en cualquier lado por falta de fútbol). Es ahí donde no aparecieron las variantes, los pibes no pasaban ni se conectaban con su delantero, chocaban en sus intentos y solo debieron clausurar las subidas de Pereyra porque por derecha no pasaba nada. El equipo mejoró con la aparición de Affranchino que al menos fue una alternativa más en ataque.

Lo extraño es que para todo el mundo quedó muy claro que de un lado se veía solidez, prolijidad, entusiasmo, seguridad, inteligencia, presión, oportunismo y del otro no aparecían ninguna de estas características. Es cierto que les salían todas (los goles fueron las primeras llegadas y cortaban nuestros ataques con lo justo) pero lo importante para River son las cosas que no tuvo el equipo.

JJ tiene mucho para hablar y mucho por mejorar pero el principal problema que nos muestra el verano es la falta de variantes de este equipo. Es el mismo problema que nos viene mostrando las últimas temporadas y que nos dejaron tan abajo. Esperemos que cuando esten todos los titulares (hoy, Acevedo en su nivel parece indispensable, le da el equilibrio ofensivo/defensivo que no encuentra con otros jugadores) y comience el torneo se vuelva a encontrar la entrega, sacrificio y solidaridad que mostró el equipo en los últimos partidos del torneo pasado y que suplieron todos los defectos. Como viene el presente, seguiremos dependiendo de esos valores y el buen rendimiento individual.

Por Charro.