Una fina gota de sudor frío

Escuchar una conferencia de prensa puede ser una película de terror, pensar lo que nos hicieron es de mal gusto

Finalmente tuvimos la tan mentada conferencia de prensa, la operación lavado de imagen comenzó y nos querían demostrar que una nueva forma de gestionar al club se empezaría a vislumbrar pero simplemente se vio más de lo mismo porque DAP sigue siendo la misma persona. Ya son muchos los que empiezan a comparar la gestión anterior con la presente y los nuevos esfuerzos parecieran que van encaminados a imitar las pocas virtudes del anterior presidente pero lejos de lograrlo, cada vez se parecen más en los errores y en las irregularidades.

La forma en que se está manejando DAP es decepcionante y lamentable en muchos sentidos para quienes esperaban otras cosas cuando lo votaron. La gran mayoría cerró los ojos hacia sus posibles defectos porque necesitaban votar en contra de las personas y el aparato que nos saqueó durante tanto tiempo, pensaron que al menos iban a encontrar a una persona que sabe de fútbol y que tiene la personalidad como para terminar con la joda. Entre tantas crisis que sufre River Plate, el socio pensó que las crisis más urgentes de solucionar eran la deportiva y la de valores.

Aguilaucha empezó convenciendo con el discurso prometedor (le decía al socio lo que quería escuchar) y luego logró armar una estructura apoyada maliciosamente en un Estatuto vetusto que escondió el mecanismo de saqueo al hincha, una estructura violenta que lo sostenía ante los reclamos masivos (barras y cordones policiales) y que lograron mantenerlo en el poder, las reuniones de CD se hacían en horarios que dificultaban la presencia de la gente, la prensa hacía un silencio cómplice.

DAP llegó para terminar con todo esto pero lentamente fue mimetizándose con lo que debía luchar. Las reuniones de CD no existen, la barra sigue estando en el club bajo la misma connivencia y los cordones policiales reaparecieron rápidamente, la mayoría automática sigue surgiendo el mismo efecto pero el discurso no convence.

El porcentaje que Buonnanotte “donó” al club puede ser muy difícil de demostrar, la denuncia del Enano puede estar ligada a la bronca que tiene por el maltrato que sufrió en los últimos meses (en el momento más complicado del club al que quiere) pero todo esto no va a impedir que el Kaiser quede manchado por algo más que la duda. El Kaiser sigue demostrando la falta de “sutileza”, la patética falta de habilidad de solucionar los problemas según lo que amerita el momento.

En el peor momento deportivo de River Plate decidió que nadie nos represente en la elección de los árbitros, cuando dependíamos de no ser maltratados por Grondona decidió darle una patada en el traste y tirarse al piso esperando el castigo, cuando estábamos más comprometidos con el promedio decidió no traer refuerzos, cuando había que cambiar el rumbo y hacer algo para no seguir el rumbo hacia el descenso decidió no hacer nada (hasta que decidieron jugar contra Belgrano con pibes), cuando se necesita hasta el último centavo para volver a primera vemos como desaparece la plata, cuando debemos dar muestras de seriedad en nuestras divisiones inferiores (fuente de nuestros recursos) volvemos a las prácticas más turbias.

Hoy hay un gran esfuerzo por “vendernos” a un presidente distinto al que conocemos (el que nos terminó mandando a la B). El nuevo modelo de los diseñadores de imagen (que se impuso en las elecciones porteñas), es más conciliador, de brazos abiertos a las agrupaciones, arma un equipo más acorde a la historia del club, habla en conferencias de prensa, es un estadista y consigue la restauración económica del club… pero en realidad sigue siendo el mismo que cuando las agrupaciones le digan algo que no le guste decidirá cortarles la mano, se peleará a muerte con quienes no se arrodillen y leerá lo que le escriban para no cometer errores.

El tema es que aún cuando lea, diga lo que más nos guste escuchar y por más buenos resultados que tengamos, mientras no sea evidente que cumple con sus promesas electorales, seguirá siendo el mismo presidente que nos deja preocupados y que nos hace sentir un sudor muy frío.

Por Charro.