A River lo quiero - Los Sobrios del Hormigón

Algunos jugadores no tienen oportunidad de demostrar si estan en condiciones de jugar en River Plate

Hace rato que veo la liviandad y, especialmente, en la forma tajante en que se habla sobre las incorporaciones que se hacen todos los años. Todos sabemos que la gestión anterior fue una muestra de la vergonzosa búsqueda de jugadores mediocres para no ser recriminados por no hacer compras y para mantener el negocio de los intermediarios, las cometas y el ingreso y egreso en negro. Es un negocio redondo para quienes lo hacen y destructivo para el club (una de las tantas razones por las cuales los clubes más importantes estan fundidos) cuando se hace mal pero es un negocio necesario cuando hay que reforzar el plantel. Para reforzar el plantel, historicamente River Plate se dedicó a comprar lo mejor que había en plaza y a eso le sumaba alguna apuesta a futuro para no comprar todo a precio alto. Cuando las arcas estan vacías, la proporción cambia drásticamente y las apuestas superan a las inversiones seguras pero imposibles.

Hay un muy buen artículo publicado la semana pasada por la página de la Tradicional donde se puede ver el listado de jugadores traídos al club desde el 2002 a la actualidad. En él se puede ver los porcentajes de apuestas a futuro, jugadores rotos llegados de Europa, jugadores con carreras de escaso nivel futbolístico y las pocas incorporaciones de real nivel  Cada uno tendrá la opinión que quiera sobre cada incorporación pero lo importante es recordar que se decía antes de ser incorporado el jugador. Es muy fácil hablar con el diario del lunes en la mano o caer en la trampa de las maniobras de los representantes en concordancia con los medios de comunicación y también es muy fácil destruir una incorporación solo porque es un jugador adquirirdo por una gestión con la que no se simpatiza.

Nunca voy a olvidar todo lo que se dijo de San Martín antes de su llegada a nuestro club, era el jugador más importante (?) del torneo anterior y terminó estando en la tapa de El Gráfico de las incorporaciones de cada club antes del respectivo torneo. Todos hablaban del 5 que reemplazaría a Mascherano y terminó siendo uno de los chascos más grandes de nuestra historia. Todos caímos en la trampa (las encuestas lo daban como la incorporación más importante) y pocos vieron que era un jugador de 29 años que había fracasado en todos los clubes salvo su última campaña en un sólido Banfield.

A la hora de hacer una apuesta a futuro es muy difícil acertar, se necesita gente especializada en ello (sería bueno tener la opinión de la gente de divisiones inferiores). En este punto siempre recuerdo el caso de los Higuaín, en el club siempre hablaban como un interesante proyecto a Federico y nadie creía en Gonzalo. Ambos jugaron en un partido frente a Almagro en Caseros y recuerdo muy bien todo lo que decían los que ven las divisiones inferiores del club. También es emblemático el caso de Cavenaghi que el Pelado Ramón Diaz dijo de él en su debut que era un gordito culón y terminó ganándose el puesto gracias a la lesión de los pocos delanteros del momento (o Crespo que llegó a la titularidad a pesar del DT gracias a su explosión en la sub20 y a una pelea y bajo nivel de las incorporaciones rutilantes de aquel verano. Ni Fonseca ni Esnaider lograron jugar aceptablemente ese verano. 

Los jugadores de las divisiones inferiores conocen las presiones que tiene el club pero los que llegan de afuera se encuentran con un mundo nuevo y es muy difícil saber como reaccionaran a ese mundo. En estos últimos años recuerdo como cayó la gente sobre las compras de Rojas, Ballón, Abecassis y Román, estos casos son diferentes al de Canales o Bordagaray. Los dos últimos, todos pensábamos que no reunían condiciones para llegar a River y que solo lo habían logrado gracias al paupérrimo nivel futbolístico y económico que vive nuestro club. Los otros casos son jugadores que debían demostrar si tenían el temple para vestir nuestra casaca, Rojas pareció reunir condiciones pero solo fue un espejismo de un par de partidos. El paraguayo fue un caso de falta de personalidad para sobreponerse mientras que el peruano nunca mostró calidad ni personalidad para ser parte de nuestro equipo.

En el caso Abecassis, recuerdo como hablaban de un negociado y que traían a un jugador para que se coma el banco de la reserva. Se dijeron grandes barbaridades porque nadie conocía el nivel del pibe rosarino. En el caso Román le juega en contra la suma que se pagó por su pase, el precio exagerado llevó a que la gente no quisiera su ingreso. El caso del rosarino (así como el de Ocampos) es una muestra de pibes a quienes no les pesa vestir nuestra camiseta (tener a la prensa todo el tiempo, que se magnifique cada error, se ensalse cada acierto y que un medio pueda endiosarte un día y a la semana matarte por un error o por no dar una nota). Román demostró ser una muestra de jugador que no soporta la presión, su error absurdo en Belgrano lo perseguirá toda la vida, así como esta semana se hablará muy mal de él pero basicamente, sigo pensando que era un buen jugador muy lento, con muy buen cabezazo y buenos movimientos defensivos. Es una pena que no haya tenido la personalidad para armar la defensa (indispensable para un defensor caro) y mucho menos para vivir situaciones límites.

Insisto que criticar con el diario del lunes o matando anticipadamente a cada incorporación es muy fácil pero es obvio que muchas compras son impredecibles. El caso Román pareciera ser un caso definitivamente juzgado pero no la consideraba una mala apuesta en su momento (cuando nos faltaban centrales en el equipo).

Por Charro.