Locuras diferentes para el mismo amor

Martin Jona, un "loquito" como tantos de nosotros. El diseñador del libro es Gustavo Cardone quein hace otrashistoriasquenoestanenellibro.blogspot.com

Hace mucho que quería hacer un posteo con historias de gente que vive el superclásico desde el exterior. Como no conseguí esas historias y ante la cercanía de un nuevo super clásico, que se jugará lejos como pocas veces, bien vale nombrar algunas anécdotas que se pueden leer en el libro de Martín Jona "Volveré a mi Tierra: El Monumental" (anécdotas de un hincha de River en los 5 continentes). Martín Jona vivió en Israel desde 1990 hasta el año pasado cuando se mudó a Nueva Zelanda, él es tan fanático que creó la filial de Israel y ahora está creando la filial de Nueva Zelanda. Como toda tarea iniciática, la creación de la filial no fue tarea fácil, llevó un largo proceso. En su libro cuenta todo ese proceso de necesitar saber el resultado de los partidos (en épocas sin internet) e ir conociendo a gente como él, hasta decidir armar una filial con poca gente y que hoy ya está transformada en una filial de varios cientos. El libro lo dividió por continentes, el principio son sus primeros años en Argentina cuando debía ser traído al Monumental por su padre bostero y lidiar con toda una familia dividida entre bosteros y académicos. Para quienes tenemos su edad o poco más, es divertido recordar los partidos que también vimos y rememorar las cosas que tuvimos que hacer para estar en la cancha cuando teníamos menos de 18 años. Luego está la parte en que vive en Israel y nos cuenta sus viajes a la Argentina para visitar a la familia y amigos pero éstos son organizados según el fixture de River Plate (logró estar en la final de la Supercopa y el tricampeonato 97 y en algún superclásico). No es fácil organizar tours y vacaciones según el fixture cuando se tienen novias "extranjeras" que no entienden sobre la pasión por nuestro equipo.

El libro está lleno de anécdotas muy locas como la de tener la remera de River Plate junto a la máscara anti gas durante la guerra del Golfo (se las ponía cada vez que sonaba la alarma), hacer cualquier cosa para hablar y sacarse fotos con los jugadores o ex jugadores de River Plate cada vez que viajaba la selección o un equipo europeo para jugar la champions, organizar cenas cuando iba alguna gloria millonaria, tener un programa de radio por internet con entrevistas a jugadores y dirigentes del club, organizar asados  los días de superclásico o fechas conmemorativas, no dormir para ver algún partido o salir del trabajo porque coincidía el horario de algún partido, organizar torneos de fútbol con argentinos de otros equipos en Israel... locura tras locura lo que nos va contando.

Al haber sufrido sólo el descenso, decidió armar la filial que hoy ya tiene nombre y algunas decenas de socios

Entre todas las locuras leí, me quedo con la que hizo en abril del 2006 cuando se realizó un partido por el centenario del club Maccabi Tel Aviv (de color azul y amarillo) y enfrentaron a los bosteros. Cuando se enteró Martín, habló con la gente de River Plate en Israel, con "barras" del Happoel Tel Aviv (la contra del equipo centenario y con vestimenta roja y blanca) y hasta con el jefe del operativo policial para que les habilitaran una tribuna. Los bosteros no entendían nada, eran silvados cada vez que recibían la pelota por hinchas con la camiseta de la banda roja y del Happoel. El mellizo recibió una catarata de insultos y tuvo tiempo hasta para reirse y pedir explicaciones cuando terminó el partido. El evento fue muy exitoso, la necesidad de expresar el sentimiento a 12 mil kilómetros era tan grande y de tanta gente, que ese día entendieron que debían armar una filial. Finalmente en julio de ese año se hizo la reunión donde se sentaron las bases para crear la filial y fueron hasta gente que vivían en la zona norte del país que tenía prohibido movilizarse porque corría peligro sus vidas por las bombas que lanzaban desde el Líbano, así y todo, nada impidió que estuvieran allí (ni siquiera la guerra les impidió decir presente).

La otra gran locura fue en el superclásico del 2009 cuando tuvieron que comprar una antena parabólica y hacer conexiones para reunirse 200 personas en un local y conseguir la transmisión tomada desde algún país árabe porque en Israel no se transmitía el partido.

La mayoría conocemos la intensidad con que se vive un River-bosta en el gallinero o en la bostanera (cada vez menos gente puede hacerlo) pero es bueno conocer los sacrificios de la gente que vive a grandes distancias (ya sea en las otras provincias del país o desde el exterior) y que sufren y disfrutan tanto como los que tenemos la fortuna de ser parte en la cancha de esta fiesta.

Esperemos que hoy también podamos gozar de esta fiesta tanto como lo harán los chaqueños y toda la gente de nuestro norte.

PD> el libro se vende en el museo del club o se pueden contactar a través del blog www.otrashistoriasquenoestanenellibro.blogspot.com

Por Charro.