quien se acuesta con chicos...

Otra vez un allanamiento

No hay caso, no hay paz. Ganamos un partido y lo sufrimos, conseguimos los puntos y hay peleas en la tribuna, nos favorecen los resultados rivales y aparece un muerto. Cada día se siente más profunda la reconstrucción necesaria.

Hasta el momento hay muchísimos rumores y muy pocas certezas. Se sabe el nombre de la persona asesinada pero poco sobre lo que realmente sucedió. Primero se habló de la popular, luego de la Sívori, la Sívori baja, la barra, un punguista, gente común, ajuste de cuentas, discusión, droga, robo… todas estas fueron hipótesis en algún momento del día.

El descenso abrió la caja de Pandora, todo puede pasar. La gente está susceptible, está con mucha bronca contenida y cualquier chispa puede producir cualquier eventualidad, estamos al borde de cualquier desastre. 

Todavía es temprano para saber que pasó y si hay responsabilidad alguna del club (aparentemente no la habría en este hecho particular aunque se hubiera cometido un error gravísimo que pareciera que tiene más que ver con tener cola de paja que con el hecho en sí. Aparentemente la persona herida fue atendida de inmediato y luego llevada al Pirovano pero no se ingresaron estos datos, por no decir que se escondieron, hasta que se enteraron de la muerte). Por un lado la justicia volvió a allanar el club y el club deslindó responsabilidades a través de un comunicado porque aduce haber hecho todo lo que debía hacer (contratación de policía federal y privada, filmación permanente y manejada por la policía con supervisión de fiscales, canje de entradas...). Todavía es muy difícil saber que pasará y si querrán castigar nuevamente al club y al hincha de River Plate pero hay un hecho que ayer quedó muy claro y que probablemente no esté relacionado con este hecho. La barra de River Plate está en ebullición y preocupada por la reacción del hincha común. La ¨guerra declarada¨ por el hincha común contra la barra no fue orquestada pero cada 15 días fue elevando el grado de coraje y rebelión. La barra ¨aceptó¨ que el hincha ¨prefiriera¨ alentar al equipo que a ellos, aceptó que algunos no cantaran ni rindieran pleitesía por su ingreso pero ya es demasiado enfrentar su liderazgo y mojarle la oreja a sus negocios. Muchas veces sus canciones fueron tapadas por inoportunas o por falta de ¨tacto¨ para entender que el equipo necesitaba aliento y no recordar o vanagloriar actos de violencia del pasado de la barra. 

La preocupación de la barra por no tener una rebelión de las masas como tiene CAI, los moviliza a realizar actos intimidatorios peligrosos y exageradamente violentos. La muerte del hincha dentro del estadio, tapó otros hechos muy preocupantes en los que sin dudas participaron los barras (y le declararon la guerra al hincha). La actitud patoteril y cobarde sucedida en la San Martín alta es digna de los cobardes del Tablón. Atacaron por sorpresa y en grupo a gente que se dedicó a cantar ¨soy de River¨, un hecho muy esclarecedor y que debiera abrirle los ojos a más de uno.

Este hecho demuestra que los barras son hinchas o que estos personajes tienen la impunidad suficiente para estar en un sector que no les pertenece (probablemente haya parte de las 2 cosas, supongo que entraron de prepo y más de uno debió ser socio). Las trompadas en la San Martin no parecen tener relación con otros golpes que se vieron en la Sívori baja (la pelea fue de un grupo enojado por los insultos de otros hacia el equipo). Lo sucedido en la San Martin es una muestra de la delincuencia organizada y de la aceptación de la dirigencia. Es una muestra más de la errónea política de apañar barras para que no haya quilombos pero que hacen atrocidades cuando su control excede la capacidad de la dirigencia. Tanta incapacidad e inacción dirigencial abre otra intranquilidad más al socio y provoca el desmadre de estos violentos que piensan que tienen impunidad ilimitada. 

Ayer quedó más que evidente el nerviosismo reinante en todo River Plate, en los hinchas hacia la barra, hacia la dirigencia y hacia los jugadores; los jugadores hacia la dirigencia (el estamos solos sonó a un grito desesperado) y la barra hacia el socio. El dispositivo está armado y solo hay que esperar que no se encienda la mecha (hace rato que la mayor preocupación del no ascenso directo es la violencia que fermentó hace rato en los corazones de los hinchas y que esto podría hacer explotar).

Tenemos una dirigencia incapaz que tiene relación con delincuentes (como sucede en todos los clubes), esta mezcla es altamente peligrosa. Ya sabemos que quien se acuesta con chicos amanece mojado y en este momento es muy peligroso.

Por Charro.