"Se pueden arreglar campeonatos enteros, como el de Boca de Ischia." Javier Ruiz árbitro "Ehhehh, eh yo pienso de que ehhehh eeeehh (?)." DAP "No estén cagados." Daniel Passarella

lunes, 26 de noviembre de 2012

La vuelta la dimos en la Boca

La cobertura de El Gráfico. Campeón en la Bombostera

Entre tanta malaria y malasangre, vale la pena recordar los buenos tiempos. Recordar para retomar el rumbo perdido. Hoy hay una generación que no vio al verdadero River Plate y a quienes les quieren vender pescado podrido, les hacen creer que lo bueno está en las tribunas o que exigiéndole a unos muertos se logrará retornar al camino. Ni una cosa ni la otra es River Plate. River Plate se hizo grande comprando los mejores jugadores para acompañar a los mejores jugadores del fútbol argentino que se formaban en la escuela del club, a esos jugadores se les exigía ser los mejores. Los pasos fueron claros y la inversión de esos pasos no significa que el resultado será el mismo, de hecho, exigirle a Nico Sanchez, Quiroga o Cabral que jueguen como Ruggeri y Gutierrez o a Barrado, Ahumada y Abelairas que sean lo mismo que el Negro Enrique, el Tolo Gallego y Alfaro o que el pibe Díaz cumpla la función del Beto, es una ilusión y exigencia absurda. La exigencia es hacia la dirigencia para que forme el plantel digno de vestir la banda roja y después pasaremos a exigirle al cuerpo técnico y a los jugadores.

Para recordar esos tiempos, este mes se cumplieron dos fechas trascendentes para dos planteles extraordinarios. la semana pasada (el 22) se cumplieron 25 años del recordadísimo partido frente a los bosteros en el Monumental. Aquel partido que perdíamos 2 a 0 faltando 30 minutos y logramos darlo vuelta faltando 5 minutos para ganarlo 3 a 2 y en el último segundo, el árbitro Loustau (padre del actual árbitro) le concedió un penal ridículo e inventado a los bosteros para que empataran el partido, sin embargo lo patearon afuera y de esa forma se consiguió una de las grandes alegría de un River Plate que el año anterior había salido campeón argentino 5 fechas antes de finalizar el torneo (dando la vuelta en la bombostera), campeón de América y del Mundo.
Yácono golpeado desde la tribuna. Con uno menos, La Máquina logró empatar y salir campeón.

Similar alegría (campeón dando la vuelta en la bombostera) lo había conseguido el plantel que formó la recordada Máquina. No fue tan arrollador pero fue más vistoso que el de 1986. El 8 de noviembre pasado se cumplieron 70 años de aquella primera vuelta olímpica en la Bombostera festejando un título (bicampeonato). River Plate jugaba en la antepenúltima fecha frente a los bosteros y llevaba 5 puntos a CASLA (las victorias valían solo 2 puntos) y por ello solo debía mantener la diferencia para llevarse el título. Los cuervos jugaban frente a Banfield y los millonarios nunca habían ganado en la cancha nueva de los bosteros (se inauguró a madiados de 1940 y los partidos de 1941 y 1942 en el Monumental habían terminado 5a1 y 4a0). River Plate era claramente favorito porque era un equipo maravilloso que había sido campeón y se perfilaba para volver a serlo de una forma extraordinaria mientras que los bosteros estaban en una transición y soportando la irregularidad de no poder el equipo titular. De esta forma se inició la fecha y al poco rato empezaron las noticias, a los 7 minutos CASLA ya perdía 2a0 convirtiendo momentaneamente campeón al millonario pero a la media hora de juego, los bosteros consiguen el primer gol. Parecía que nada empañaría la felicidad millonaria pero 15 minutos después River Plate se había salvado varias veces del segundo gol, CASLA descuenta en Banfield y finalmente, minutos antes de terminar el primer tiempo, los bosteros consiguen lo que tanto buscaron. 

Durante el primer tiempo solo el Charro Moreno había jugado como una final lo exige y algo pasó en el vestuario porque en el segundo tiempo apareció el equipo que tantos elogios despertaba. Se había ido al vestuario pudiendo festejar un campeonato gracias a otro resultado pero entró al campo de juego exigiendo lo que sabían que debían hacer, salir campeones gracias a lo que ellos ganaban. La charla de Renato Cesarini en el vestuario rindió sus frutos, a los 2 minutos Pedernera convierte el descuento, con el orgullo tocado y el toque furioso de los talentosos se llegó a ese primer gol y luego se daría un partido muy peleado porque a los bosteros no le quedaba otra cosa que intentar aguarle la fiesta al millonario. Promediando el segundo tiempo Banfield convierte el tercero y los bosteros no soportan el toquteo millonario y las salvadas de su arquero, por eso no es de extrañar que a los 25 minutos un hincha le tire un bulón a Yácono y lo deje desmayado (en esa época no existían los cambios). Se suspende el partido durante 15 minutos para encontrar al energúmeno pero es apañado por los hinchas y logra safar del hecho.
 Camaradería antes del partido y ¨rigurosidad¨ durante el juego

El partido se reanuda pero los jugadores bosteros quedaron tocados por el hecho y los millonarios siguen empecinados en que no pueden ser campeones siendo derrotados. El rearmado del equipo lo deja a Labruna manejando la pelota y de pronto empieza un avance, nadie lo marca y luego vienen 3 marcas livianas que logra eludir, Labruna se engolosina pero logra escuchar el grito de Cesarini que le dice ¨pasala¨ y justo antes del golpe del defensor bostero logra tocársela a Pistola Loustau que saca el latigazo que apenas desvía el arquero, dejándole servido el gol a Pedernera. Faltando algunos minutos, River Plate ya era campeón y encima empataba el partido. Los últimos minutos de juego fueron intentos bosteros por empujar y hacer valer el hombre de más, la vergüenza y la localía contra las respuestas fulminantes millonarias (el arquero salvó un mano a mano en el último minuto).

Esos eran los festejos de River Plate, no eran solo por un partido. No alcanzaba con salir campeón, había que demostrar que uno lo quería y podía. No se era solo el mejor, éramos temidos y admirados. No eran solo los mejores jugadores, eran los más habilidosos y tenían la personalidad para soportar la exigencia. No solo ganaban, daban espectáculo. Esto era River Plate, este debe ser nuestro objetivo. Al objetivo no se llega gritándole muerto a FM9 o a Vega sino exigiéndole a nuestros dirigentes que no hagan negociados, que no vacíen las arcas del club y que compren jugadores que puedan jugar de acuerdo al nivel que se le exigirá en River Plate.
Imágenes: riverplate.com (el gráfico 1218)
Por Charro.

1 comentario:

roberto dijo...

Muy buen recuerdo de viejas gestas, hoy se alaba llevar gente , antes se alababa a los Pedernera, Labruna, Moreno etc...los tiempos cambian y para peor . En 1955 , se repitio la historia . En 1986 ya campeon nos acordamos todos.