Pobre dirigencia

Ojalá empiecen a salir dirigentes con más visión de futuro

La dirigencia actual del fútbol argentino es tan pobre que no entienden o no les interesa el negocio para los clubes. Que River Plate y la bosta funcionen mal perjudica claramente a todos. Esta fue una máxima del fútbol argentino durante décadas y una de las razones para el empobrecimiento del fútbol nacional está relacionado con este abandono. Que uno de los 2 equipos no funcione perjudica al otro. Recuerdo cuando Hugo Santilli les dio una mano a los bosteros al pagarle por Gareca y Ruggeri (ambos jugadores quedaban libres pero los bosteros lo quisiseron impedir, hubo una huelga y finalmente River Plate lo arregló entregando al patético Tapia y Olarticoechea, algo de plata), se justificó diciendo que ambos clubes estaban ligados y que uno empujaba siempre al otro, cuando uno estaba mejor, el otro hacía todo lo posible por igualarlo y superarlo (razón por la cual los de Velez se desesperan por crear un clásico con CASLA y que dejen de lado a Huracán). El festejo por un descenso es muy bueno para el hincha pero los dirigentes se olvidaron que ellos deben ver un poquito más lejos (claro ejemplo es la situación de Racing ante el descenso de CAI).

Actualmente, pareciera que los dirigentes de River Plate y los bosteros cayeron en la cuenta de que estaban pasando por un pésimo momento y ambos clubes ahora tienen al mismo sponsor (una empresa importante a nivel global) y eso ha logrado que vuelvan a estar obligados a tener objetivos en común. Ahora faltaría que se den cuenta cuál es el negocio del superclásico y el valor que los diferencia del resto de los partidos del mundo. Sería bueno que se enteraran que la diferencia con un clásico de otro país no va por la calidad de juego, ni por el lugar, ni por el dinero invertido; la razón para hacerlo superior es el espectáculo en las tribunas y eso se consigue con una cancha con cantidades aceptablemente parejas de hinchas (bandejas en el chiquero y la popular completa en el Monumental para el visitante). Los mismos sponsor se dieron cuenta que potencian sus ventas en la eterna rivalidad y así pueden sacar mayores ganancias. River Plate y los bosteros cada día venden más ropas oficiales a mayores precios y esto motiva a que sus proveedores cada vez saquen más novedades.

Espero que la próxima dirigencia deje de lado la demagogia y empiece a pensar en River Plate, como recordamos en el anterior posteo, ¨la diferencia entre hincha y dirigente es que éste último debe actuar y ser racional de lunes a sábado y pasional el domingo¨. Cada acción debe ser pensada para hacer más grande a River Plate y no para destruir al rival, las alegrías son por nuestros logros y no por las tristezas del rival (lo cual no quita que sea un gran alivio que nuestro rival tampoco consiga los logros y ganarle cada vez que nos enfrentamos). El objetivo permanente debe ser estar encima de nuestro rival pero no porque ellos sean peores que nosotros estando mal sino que nosotros seamos mejores cuando ellos estan muy bien (como en el 97 cuando ganamos el tricampeonato y ellos quedaron segundos haciendo un gran campeonato). El achatamiento es tan pronunciado que la dirigencia se ocupa primero de sus bolsillos y después hace demagogia para ocultar todos los desaguisados que sufre el club, es mucho más fácil decir que los bosteros pierden que reconocer que nuestro club no funciona. Así vivimos estos 12 años y lo peor de todo es que así vivió todo el fútbol argentino. Es hora de ponerse los pantalones y cambiar esta visión patética de la dirigencia argentina, donde ya no importa jugar con canchas vacías, tener jugadores que darían vergüenza en ligas menores (y después te la disfrazan diciendo que tenemos una gran liga porque es pareja... horriblemente pareja), que el poder lo tengan dirigentes de equipos con metas muy chicas (destruir a los equipos poderosos para arrimar a un título pero destruir al fútbol en general).

Es hora de volver a manejar los destinos de nuestro fútbol unidos a otros clubes con iguales objetivos y no ir separados entregando nuestro poder en la AFA, en la escuela de árbitros y con los medios de comunicación. Ya sufrimos demasiado y es hora de levantarnos.

Por Charro.