"Se pueden arreglar campeonatos enteros, como el de Boca de Ischia." Javier Ruiz árbitro "Ehhehh, eh yo pienso de que ehhehh eeeehh (?)." DAP "No estén cagados." Daniel Passarella

domingo, 2 de agosto de 2009

Eternamente gracias Enzo

Ayer se cumplieron 10 años del partido despedida del Enzo

1 de agosto de 1999. El Monumental se vistió para una de esas tardes inolvidables. El estadio se llenó de gente que solo quería despedir, ver por ultima vez como jugador profesional a una persona querida por todos.

Enzo Francescoli, el príncipe, había decidido ponerle punto final a su carrera y logró ponerse de acuerdo con la dirigencia para organizar este partido despedida. Todos hicimos lo que estaba a nuestro alcance para no fallarle ni fallarnos. Familias enteras llegaron para esta fiesta y se veía gente que había hecho viajes desde distintas provincias para participar de algo tan importante como puede ser un título, el agradecimiento para una persona que nos dio tantas tardes de plena felicidad. Un tipo que representó el gusto millonario y que nos brindó su habilidad para el deleite de todos. Debía ser una tarde perfecta y así lo fue. No faltó nadie, la organización fue perfecta, la gente respetuosamente solo quiso brindar su agradecimiento.

Esa tarde estuvieron los presidentes de Uruguay y de Argentina, el chileno Salas vino en un charter, tuvo un abrazo con la otra gloria uruguaya que honró la camiseta de River, Walter Gómez que pudo volver al campo del Monumental y orgullosamente dar el puntapié inicial, se dio el gusto de jugar un rato con sus hijos en el Monumental, estaba su River y Peñarol, sus amigos y su familia. Una fiesta completa preparada en todos los detalles.

Enzo nos mostró parte de su repertorio y todos quedamos maravillados con su habitual elegancia y calidad. Toda la tarde sonó el grito ronco y fanático del "¡U-ru-gua-yo! ¡U-ru-gua-yo!", el himno de tantas tardes fue infaltable, o el “vení cantá conmigo que un amigo vas a encontrar… “, “no se va, el enzo no se va…”; pero la emoción nos llegó al corazón cuando la hinchada empezó a cantar “olé, olé; olé, olé, olá; al uruguayo nunca lo vamo’ a olvidar…” y se convirtió en el hit de la tarde. Por la mente de todos se debieron cruzar cantidad de tardes soleadas o de lluvia dispuestos a disfrutar de su juego, cantidad de golazos elegantes de cabeza o de tiro libre, cantidad de toques magistrales para acariciar las redes o para dejar a un compañero solo, cantidad de golazos; de chilena, de palomita, de volea o de taco todo era válido para emocionarnos y mostrarnos que era un jugador diferente.

Esa tarde, al finalizar el partido con un gol del hijo de Enzo con la camiseta de River y levantando todos juntos los brazos en señal de agradecimiento, se desplegó una bandera enorme que cubrió todo el largo del campo de juego con 2 simples palabras pero que resumían el estado de ánimo de todos. Enzo nos decía “eternamente gracias” en medio de los fuegos artificiales y nosotros maravillados y con cierto vacío en el corazón por no poder ver nuevamente a este grande de nuestra historia, no podíamos dejar de decirle “eternamente gracias, Enzo”.





Por: Charro

5 comentarios:

dalmassito dijo...

Hola.

Este Señor es River. Al menos para mi. Fue Enzo el que me hizo conocer la grandeza del millonario. Fueron de él los primeros goles que grité. Fue por su culpa la primera vuelta olímpica que disfrute. Fue por su chilena a Polonia, las primeras lágrimas que se me cayeron por River. Fue por su venta a Francia mi primera gran bronca con el club.
Era un nene y Enzo era un amigo más, estaba en mis fotos de El Gráfico, en mis dibujitos con crayones, en mis relatos imaginarios pateando una pelota en el patio de casa.

Cuando volvió yo ya no era el mismo, pero afortunadamente el sí. Nos trajo copas y campeonatos y ese eterno placer de ver su figura de principe. Elegante y genial.

Me acuerdo de ese partido y se me hace otra vez un nudo en la garganta.

No tengo palabras para describir la gratitud que le tengo a este tipo.

Buena vida, querido Enzo.

Negro Enrique dijo...

La despedida la vi en la Centenario alta, no se porque ya que no vi muchos partidos allí. La realidad es que no disfruté nada de ese partido y lo único que recuerdo es la tristeza que tenía ese día y nada más, sentía que era el fin de una etapa grandiosa y tal vez irrepetible.

charro dijo...

A mi me pasó algo similar a lo que cuenta dalmassito. Con la llegada de Enzo a River me hicieron socio y empecé a ir al Monumental. Si bien yo ya tenía idolatría por Labruna (inculcada por mi viejo), no había tenido ningún jugador que me llegara como lo hizo el uruguayo.

Recordar ese partido me hace un nudo en la garganta con un montón de momentos. Hoy me duele más que ese día porque siento más lejanos esos gloriosos días.

Ese partido lo vi en la ex Brown alta y disfruté de cada momento del partido y grité/canté a rabiar para agradecer todos los buenos momentos que me había dado. Si bien es cierto que fue el último partido y era un adiós, creo que me sentía bien por la forma en que terminaba.

Ojalá, dentro de unos años, cuando llegue ese partido para el burrito y para Gallardo, podamos vivir algo similar y habiendo disfrutado otras copas.

charro dijo...

Vale recordar que hoy 3 de agosto, es el 93* aniversario del nacimiento de otro gran ídolo del club.

Espero que el fin de semana podamos sacar un post sobre el charro Moreno (ídolo de mi viejo) y así recordar a un jugador que quienes lo vieron jugar no dudan unanimemente en decir que fue el mejor jugador de todos los tiempos.

Otra joya que vistió la camiseta de la banda roja.

Matias dijo...

Sólo dos palabras:
GRACIAS ENZO.
Será trillado, pero es el mejor resumen.