Así no puede seguir

¿El dirigente más federal? ¿Se frena el cambio? ¿El mejor cambio no sería que se vaya Grondona?

Lo habitual antes de los inicios de campeonato es leer largas novelas sobre pases imposibles, inventos mediáticos y promociones de intermediarios para colocar a los jugadores. Este año todo esto se vio limitado por los escándalos de haber mandado a River Plate a la B, el nuevo fracaso de la selección, el cambio de DT y la reestructuración del campeonato.

Esto último fue pésimamente manejado y llegó como manotazo de ahogado por la situación que vive el fútbol argentino. Hasta hace 3 meses nadie dudaba de la necesidad de tener otra estructura y otro tipo de campeonato. La enorme mayoría opina que el sistema de promedios no es justo (yo estoy en la minoría que cree que es beneficioso, especialmente para los clubes chicos que estan haciendo bien las cosas y les permite jugar con cierta tranquilidad los torneos internacionales que de otra manera tendrían que dejar de lado por miedo al descenso porque no tienen plantel para 2 torneos) y muchos opinan que los torneos cortos no le dan posibilidad a los clubes para armar un equipo, te deja fuera de competencia muy rápido si no te va bien desde el inicio e incita a la violencia de los hinchas elevando al máximo la histeria general. Cuando por fin se habló de hacer el cambio, todos se limitaron a ver el momento en que se pensó, a quien beneficiaba, la desprolijidad con que se hizo pero pocos se detuvieron a pensar en la necesidad real del cambio.

La primera falencia que demostró el descenso de River Plate, es que se está tensando al máximo la sustentabilidad del fútbol como negocio y su competitividad con el fútbol del resto del mundo. Hace años que son mínimos los títulos internacionales (inclusive a nivel continental). La palabra “negocio” fue una de las palabras que más ofendió a los hinchas y a partir de allí empezaron las disputas sobre si favorecía a River Plate o a los grandes que temen el descenso. Más allá de las razones que movilizan a la necesidad evidente del cambio, es bueno poner en la mesa la palabra “negocio”. Lamento informarles a todos que el fútbol es uno de los negocios más redituables del planeta, que la venta de jugadores está prácticamente al tope entre los ingresos por exportaciones y que siempre fue así, hasta en la época del amateurismo hubo plata de por medio (hecho que lo convierte de por si en un negocio) y eso llevó al profesionalismo, habrá que tener mucho cuidado en que esta falta de sustentabilidad y negocios sucios alrededor del fútbol no lleven a la privatización de los clubes (situación que ya se da en varios clubes).

El hecho de que sea un negocio no implica que deba hacerse trampa, que deban cometerse injusticias o que se deba ayudar a alguien en detrimento de otro. Lo que si es evidente es que el descenso de algunos implicará que el resto también se deba ajustar los cinturones y que todos deban bregar para que los clubes no hagan tranfugueadas que los compliquen y terminen perjudicando a todos. El Estado decidió apoyar al fútbol poniendo una cifra muy grande para televisarlo, sin embargo esto no debe ser un subsidio sino la plata para un negocio que debe tener la mínima cantidad de pérdidas. La forma de conseguir esta plata que el Estado se comprometió a poner en el fútbol, es la tanda publicitaria. Las empresas estarán dispuestas a poner esa plata solo si tienen partidos que son vistos por la gente. Si vemos los ratings, los partidos más vistos son los de River Plate y los bosteros, los demás partidos pueden tener algo más de 10 puntos cuando algún otro grande juega un partido de interés o cuando juega un equipo que pelea la punta con un grande. Con esta realidad es lógico que quien pone la plata pretenda que los grandes siempre esten en primera división y que luego haya equipos de calidad que hagan competitivo e interesante el torneo (sin embargo el negocio sigue estando en los grandes). Para que esto suceda, la única solución es impedir que los dirigentes se lleven la plata que es de los clubes.

Lo gracioso de esta situación es que los hinchas y los clubes más chicos, pretenden que los ingresos se mantengan iguales aún con el descenso de los grandes. Si acá se permite que cada club haga con la plata lo que quiera (hasta robársela), deben soportar que quien pone la plata decida poner menos plata cuando el negocio ya no sea el mismo o que siempre ponga menos plata. Si River Plate no está en la A, es lógico que quien televisa pretenda pagar menos porque ya no ganará la plata suficiente para pagar los 600 millones.

Creo que la primera enseñanza que deben tener los presidentes de los clubes es que no se puede permitir que los clubes sean saqueados, debe haber un control desde el órgano oficial (la AFA) porque los perjudicados son todos. Las autoridades también deben entender que el negocio no está solo en la TV sino que está en las canchas y en el sentimiento del hincha. Prohibir que ingrese el público a la tribuna es matar el espectáculo, los dos torneos principales que se verán este año, además de pobres serán tristes. El nivel de los partidos es paupérrimo y la única razón para que sean vistos es la pasión del hincha argentino por los colores de la camiseta. Ver tribunas vacías demuestra que ya no hay fiesta.

Viendo este presente desastroso en lo deportivo, en lo económico y en lo institucional, sería bueno volver al planteo de la modificación del torneo. La idea de Vila, que quiso llevar a cabo Grondona (?), la primera discusión fue la de los 38 equipos. A mi me parece una locura, no puede haber una competencia con tantos equipos salvo que empecemos a ver al país como lo hace USA y dividimos al país en zonas. Yo creo que si realmente se quiere federalizar al fútbol, finalmente habrá que buscar la forma de dividir al país en zonas pero esto no se puede hacer en la primera división sino en la B nacional. En la revista Un caño de este mes, sugieren un torneo más prolijo y lógico siguiendo la estructura de los 40 equipos. Es una idea pensada y para tener en cuenta aunque no comparta la idea de tantos equipos en primera división (simplemente porque no hay tantos jugadores como para hacer un torneo de cierta calidad y competitivo con tantos equipos). Un caño se plantea 8 descensos por año además de sistemas de cuartos de final y eliminación directa para llegar al campeón y los clasificados para la sudamericana.

Para mi gusto prefiero los torneos de todos contra todos (es más justo aunque para el negocio sirva mucho más el sistema anterior). Yo optaría para que en primera división se juegue todos contra todos, ida y vuelta, 20 equipos y 4 descensos. La idea de federalizar la utilizaría en la segunda división donde emplearía el sistema norteamericano. Dividiría al país en zona sur, centro, norte y afiliados directos a AFA (18 equipos en cada una), los 4 primeros de cada zona jugarían por eliminación directa según la ubicación.

La idea desprolija (de que empezara el año que viene y que este año los torneos no sirvieran para nada) no debe impedir que empiece el estudio del torneo que necesita nuestro fútbol y de los dirigentes que deben manejarlo. ¿Cual es el torneo que necesita el fútbol argentino?

Por Charro.