¿Buenos Díaz? ¿Me Cave? Un proyecto viable u otra apuesta

DAP mira con curiosidad como si hubiera dejado el contrato en blanco y Ramón estuviera completando

Lo que más se va a vender en el país durante estas semanas será humo. Faltan 30 días para las elecciones y seguimos sin ver discusiones interesantes; sobran las promesas y los discursos políticamente correctos y poco arriesgados porque nadie quiere perder un voto. Nadie se preocupa por decir la verdad ni por mostrarse como un guía inteligente sino que alcanza con ser un ¨chupamedias¨ de los socios, no se puede hablar de medidas duras pero necesarias sino que hay que profetizar grandes logros (aunque no digamos como los logramos).

Uno de los grandes dilemas que se presentan es como armar un equipo competitivo con jugadores que puedan vestir la camiseta de River Plate, como se logra provocar el shock que en este momento necesita el hincha millonario, como se logra sacar al hincha del hartazgo insoportable que sufrimos. La apuesta de Aguilaucha fue muy clara a partir del 2005, traer jugadores medio pelo, que no tienen experiencia ni soportan la presión de jugar en un club como River Plate pero al traer varios jugadores de estas características logramos tapar el hecho de no poder traer a jugadores importantes y al mismo tiempo movemos el mercado de pases y logramos que mucha gente cobre comisiones (desde representantes, testaferros y dirigentes del club hasta periodistas y gente que se le debe favores). Se amplió el círculo y muchos participan de la fiesta. En 12 años superamos los 140 jugadores (12 jugadores por año de promedio, o sea, cambiamos todo un equipo por año... increíble). Entre todo ese berreterío (?) aparecía algún nombre salvador y todos cobraban cifras astronómicas (especialmente para el nivel de muchos). Apostar por los ¨barato¨ (que obviamente, en un sistema corrupto te sale muy caro por las comisiones/goteo que cae en el camino y por otro lado es caro por la debacle deportiva) nos llevó al desastre pero apostar por la excelencia es caro (en la economía actual pareciera imposible pero debiendo 400 palos, se aleja más todavía).

Como suele pasar, al desastre le sigue la desesperación. Al descenso le sigue la locura por volver a ser de un día para el otro, el hartazgo por la mediocridad nos lleva a querer ver mañana mismo a un equipo competitivo y ganador y en unos meses ya lo queremos como un equipo superior y arrasador. Nos desesperamos por volver a ver a quienes nos dieron gloria sin fijarnos que los tiempos cambian y que la actualidad del club es diferente a lo que era. En cualquier encuesta se pedirá por amplia mayoría por el regreso de Cavenaghi porque tiene todas las características para triunfar (de hecho a mi también me gustaría que venga si está de acuerdo con un plan dirigencial/económico y deportivo), sabe lo que es vestir la camiseta millonaria, dio muestras de amor por la camiseta y es hora de retribuir ese amor, es líder, es goleador, puede darle un poco de tranquilidad y paz a los hinchas... genial, ese es el Cavegol. A pocos les importa los valores que tendrá que manejar el club para contratarlo o si estaremos frente al Cavegol o al Cavegord (recordemos como fue su último semestre en el club y su tendencia a no entrenar como corresponde). Es cierto, el hincha mira con el corazón y alcanza con dar el nombre Cavenaghi para asociarlo con el Cavegol, los recuerdos y la gloria pero me preocupa que los dirigentes no se planteen las necesidades del club. Es muy fácil ofrecer el oro y el moro (?) cuando no se tiene y esperar los milagros sin diagramar las mejores alternativas. Justo hace unas horas, @Rosamilia escribió un tuit que me viene al dedo, ¨la diferencia entre hincha y dirigente es que éste último debe actuar y ser racional de lunes a sábado y pasional el domingo¨. Uno de los grandes problemas actuales (de la dirigencia del fútbol en general) es que casi todos los clubes tienen hinchas en lugar de dirigentes.

La misma ¨desprolijidad¨ o falta de proyecto se ve en la aprobación que tuvo hoy el contrato de Ramón Diaz. Discusiones interminables de una CD que se va en un mes pero que quería aprobar la firma de un contrato millonario (por su importe) al DT. No entiendo que el club no tenga defensa ante este tipo de situaciones (que va más allá del DT, en la gestión anterior Aguilaucha hizo algo similar con un amigo y DAP lo echó apenas entró, estoy seguro que dentro de unos años leeremos que el club tendrá que pagarle un cifra millonaria a ese personaje debido a la derrota judicial). Me parece pésima la decisión de Ramón de exigir la firma de este contrato, pésima la decisión de DAP (un apuro innecesario), me parece pésimo obligar a la futura gestión a pagar un contrato millonario, me parece pésimo firmar por 2 años, me parece patético que nos digan que dirigirían gratis, que son presidentes por amor y blablabla pero luego aparecen contratos impagables (tampoco me olvido que Astrada no dirigió Cerro Porteño porque River Plate le pagaba un contrato más caro cuando hacía un largo año que ya no dirigía). Recuerdo cuando Merlo y Alonso decidieron irse cuando ganó Dávicce a pesar de estar punteros (el otro extremo, no le dieron la chance al nuevo presidente de mantenerlos en el puesto) y Ramón muestra la contracara.

Los contratos con los jugadores y cuerpo técnico deberían ser buenos y con grandes premios de acuerdo a las metas preestablecidas. Está claro que la nueva dirigencia tendrá que apostar a armar un plantel competitivo pero al mismo tiempo no podrá seguir haciendo inviable el funcionamiento económico de River Plate. No se puede pagar lo que no se tiene (por más que haya millonarios acompañando, todos quieren que la plata que ponen, vuelva) pero al mismo tiempo no nos podemos privar de lo mejor, o sea que habrá que ser muy exigente, convincente e inteligente a la hora de apuntar y proponer. D´s quiera que el próximo presidente se convierta en dirigente y conduzca al club donde debe estar ubicado. Como siempre digo, el mayor problema no es la bosterización del hincha, es que los dirigentes dejaron de priorizar a River Plate.

Por Charro.