"Se pueden arreglar campeonatos enteros, como el de Boca de Ischia." Javier Ruiz árbitro "Ehhehh, eh yo pienso de que ehhehh eeeehh (?)." DAP "No estén cagados." Daniel Passarella

miércoles, 3 de marzo de 2010

La gente ya no come...

por ver a Walter Gómez.

Son muy pocos los jugadores que entran en la categoría de ídolos indiscutidos de un club y más difícil todavía es serlo de todo un país. El botija Walter Gómez llegó muy joven a nuestro país y se convirtió en ídolo de una generación completa de riverplatenses, nada fácil teniendo en cuenta que a su lado estuvieron jugadores de la talla de Labruna, Sívori, Amadeo Carrizo y tantos otros.

Walter Gómez está en el olimpo de los ídolos, un lugar para los privilegiados que no dejan indiferente a nadie, que subyuga a todos y que regala alegría y expectativas cada domingo.

El botija nunca la tuvo fácil. Nació el 12 de diciembre de 1927 y a los 11 años los padres le hicieron dejar el colegio para trabajar y así estuvo entre el laburo y el fútbol hasta que Nacional de Montevideo compró su pase. Rápidamente se cumplió el cuento de hadas porque a los 21 ya era tricampeón en su país y figura en su selección pero repentinamente su sueño pareció hacerse añicos. El 9 de octubre de 1949, marcó su vida pero no cambió su destino de grandeza, ese día jugaban el clásico uruguayo y Peñarol recibió varios fallos decisivos e imparciales, al pibe se le salió la cadena y golpeó al árbitro. De nada valieron los pedidos generales por darle una pena leve, la asociación uruguaya le dio 2 años de suspensión y con esto le impedía jugar el mundial de 1950 en Brasil. El pibe destrozado no sabía que hacer hasta que la asociación decidió hacer una salvedad, la suspensión era válida solo en Uruguay, con lo cual rápidamente empezó el operativo de Liberti para traerlo a River Plate.

Apenas enterado el dirigente millonario, decidió viajar con la oferta. El había visto a Walter Gómez en el debut del pibe con la camiseta uruguaya. Había sido en 1945 en el viejo gasómetro y su actuación fue descomunal para un pibe de 17 años que se enfrentaba fuera de casa a un seleccionado lleno de experimentados jugadores. Otra vez, como escribí en el posteo de las oportunidades, River tuvo la posibilidad y la aprovechó. Visión de futuro y grandeza que le dicen.

Llegó en 1950 mostrando su calidad pero sin lograr entrar en el corazón de los hinchas. River había perdido algunos campeonatos y se habían ido muchos ídolos (inclusive el Charro Moreno estaba fichado por los bosteros y River traía a un pibe de la otra orilla), los hinchas no digerían la ida de tantos ídolos y ese lugar no se lo iban a dar a cualquiera. No eran los mejores tiempos pero al minuto de vestir la camiseta de River convirtió su primer gol y allanó todos los caminos. Cuando se abrazó con Labruna que le había dado el pase, el feo le dijo “este pase gol es a cuenta de todos los que me vas a dar vos a mi…” y así nació una de las grandes duplas ofensivas de nuestra historia.

A fuerza de goles inolvidables, jugadas increíbles, una sociedad avasallante con el feo Labruna, liderando una delantera inolvidable (Vernazza, Prado, Walter Gómez, Labruna y Loustau) y convirtiéndose en multicampeón, logró pasar la barrera de los mortales para tener canciones dedicadas a su persona y fanatismos inigualables. Walter Gómez era petiso, rápido, habilidoso y gambeteador en espacios reducidos, inteligente, contundente frente al arco (como te extrañamos hoy) y sobre todo no se achicaba nunca, al contrario, los desafíos lo agrandaban hasta dimensiones desconocidas. Varias veces el técnico lo sacaba cuando el partido estaba definido para que no le sigan pegando (eran tiempos en que no había cambios y esto dejaba al equipo con 10 hombres pero como no había forma de frenarlo y de que dejara de encarar, los rivales pegaban sin asco). Se dice que en esa época, Perón estaba muy enemistado con Uruguay y tenía su corazón puesto en Racing. El folklore popular dice que había piedra libre para pegarle al uruguayo y él se agrandaba en esta situación. Son innumerables las veces que el técnico lo quiso cuidar y él igual salió a la cancha vistiendo la banda roja. Todos quienes lo vieron jugar lo recuerdan con el mayor cariño porque además de gran jugador fue un tipo genial que representó a River de la mejor manera. El era respetuoso y tímido pero de grandes convicciones. Le gustaba escuchar y odiaba ser considerado una estrella. Para muchos es el mejor jugador uruguayo de la historia aún sin haber podido jugar el mundial de 1950.

Pocas veces una canción traspasa el tiempo en que un jugador pisaba la cancha de fútbol. Hoy todavía se sabe que la gente cantaba “…la gente ya no come por ver a Walter Gómez”. Lamentablemente, un problema pulmonar lo alejó de nuestro club el 4 de marzo del 2004 y ahora nos sigue alentando desde arriba mientras escucha el grito de sus hinchas.

Salud para otro campeón de nuestra riquísima historia.

Por: Charro

8 comentarios:

Enrique dijo...

Los que lo vieron jugar dicen que sin dudas fue el mejor extranjero de nuestra historia y terminó laburando en el club como cuida coches. El Enzo lo destacaba permanentemente.

Habla bien de la federación uruguaya de aquellos tiempos que sostengan una sanción aún en desmedro de sus propios intereses.

dalmassito dijo...

Hola.

Este tipo tendría que haber sido presidente honorario de River, y sin embargo lo mandaron a cuidar coches en la playa de estacionamiento.

Así respetamos a nuestros ídolos.

Hugo Arana (el actor) una vez contó que jugando un picado en la auxiliar del monumental con amigos, lo invitaron a Walter, y que se dió el gusto de tirar una pared con él. Dijo Arana que "cuando me devolvió el pase sentí que había cumplido el sueño de toda mi vida".

No era para menos.

Saludos

Anónimo dijo...

no tiene que ver con el tema, pero estaria bueno que hagan un post sobre el estado de la cancha de independiente que visitaremos el proxiimo fin de semana
aca les dejo unos videitos
Saludos
http://www.youtube.com/watch?v=sM4qKidArWg

http://www.youtube.com/watch?v=gfhpV2JHeFc

charro dijo...

Anónimo, se me ocurrió hacer algo relativo sobre el video que mandaste, si tenemos tiempo lo hacemos antes del domingo.

Saludos

charro dijo...

Dalmassito, el problema es que un tipo que conoció el pasado del club y ve como saquean, no lo permitiría, mas si es un tipo honesto y de fuerte carácter. Que basura de gente hay que ser para cagarse en los mejores recuerdos de tu juventud y dejar a una gloria cuidando autos. Fijate que ni siquiera digo que lo hagan por la persona que te dio tantas alegrías, que lo hagan por sus recuerdos y la satisfacción de ayudar al tipo que te dio tantas alegrías. Esa gente no tiene cura!

Muy buena la anécdota, no la conocía. Lo que debe ser que tu ídolo se te acerque y te diga hacemos un picadito y de pronto lo tengas haciéndote pases. Se le debieron doblar las piernas. Maravilloso!!! Ojalá todos los grandes tuvieran esa humildad. Con que facilidad pueden lograr que algo tan simple se convierta en uno de los recuerdos más importantes de la vida de una persona.

Fede dijo...

Y con esa anecdota se refuerza lo que dice Charro en su post: "Todos quienes lo vieron jugar lo recuerdan con el mayor cariño porque además de gran jugador fue un tipo genial que representó a River de la mejor manera". CON TODO EL RESPETO DEL MUNDO Y SIN INTENTAR HERIR A NADIE, NO ME MALINTERPRETEN, Si yo lo veo a Francescoli, con lo mucho que lo admiro como jugador, caminando por la calle y le digo ¿Enzo jugas un picadito conmigo?, ¿Se prenderia?. Dificilmente me diria que si.
Esto es lo que nos deberia dar orgullo a todos los Riverplatenses: La humildad de los grandes. Lamentablemente no lo pude ver jugar, (yo en los años ´50 no estaba en los planes de nadie jaja) pero si Charro dice que fue uno de los maximos idolos le creo ciegamente.( No es una chupada de medias eh)

Abrazo de gol, Fede

P.D: Hoy es el cumpleaños de Ortega, no los quiero poner en un compromiso pero estaria bueno un post del Burrito.

Enrique dijo...

Fede, Charro lo tenía agendado, gracias!

Matias dijo...

Fede, creo que era otra época... Antes la menor "profesionalización" (por decirlo de alguna manera) generaba que tipos como este se prenfieran en un picadito. Hoy es difícil de ver.
Houseman lo hacía en los 70, pero después de eso no recuerdo otros...

Cuando murió, jugaban River- Independiente en Nuñez. Nunca me voy a olvidar que tras el minuto de silencio, toda la cancha aplaudió. Locales y visitantes. Al paladar negro no se lo engaña fácilmente...