Un peligroso papelón que se va a repetir

Un manjar demasiado sabroso para tanto vampiro que da vueltas

Los dimes y diretes del partido de River Plate contra Chacarita sobrepasan al rídiculo y superan los clásicos papelones que se vivió el año pasado antes de cada partido que debía jugar River Plate (vean que la información adjuntada tiene solo 45 minutos de diferencia). Ya no importa nada, cada vez es más notorio y absurdo, parecía que el partido contra Central había sido el colmo de la irrespetuosidad y el papelón pero todo puede ser superado. En aquella ocasión había una pelea entre Macri, la justicia, el organismo de seguridad y River Plate, ahora el problema parece que está dentro de la puja política de la provincia de Buenos Aires. Ya no alcanza con ponerse de acuerdo entre los clubes participantes y el dueño de la cancha (alquiler carísimo y operativo policial prohibitivo dejan de ser el principal obstáculo), no alcanza con decidir como obtener una ganancia razonable, ahora también hay que preocuparse por saber quien saldrá molesto, perjudicado o quien encontrará una oportunidad para sacar una tajada política.

Se que aparecerán los que quieren sacar su tajada política con los comentarios en un blog de River Plate pero está claro que este delirio para organizar un partido de fútbol nada tiene que ver con un partido político ni con un político en particular, es simplemente un problema estructural y cultural, donde todos se cagan en el hincha por una mísera tajada de poder. El gran problema de River Plate en este conflicto de intereses es la debilidad y la incapacidad para hacerse respetar. River Plate en este momento es grande por su gente (lo cual implica un negocio) pero no lo es por su dirigencia (ni oficialista ni opositora) que permite que pisoteen el nombre de nuestro club personajes como el presidente de la AFA, periodistas, dirigentes de clubes de cuarta categoría y con poder por ser arrastrados, dirigentes nacionales, jugadores o DT que se piensan que son gran por haber obtenido algún logro comprado y algunas lacras más. 

Este momento de River Plate está dejando muchísimas enseñanzas que habrá que asimilar rápidamente para no ser destruidos. El manoseo se debe a la debilidad y al negocio, combo peligroso para subsistir y no ser deglutido por algún grupo empresario con apoyos en distintos ámbitos. Hay muchas cosas que se ven lejanas pero las circunstancias van modificando el parecer, hace 1 año millones de hinchas se reían ante el descenso, hace un lustro los hinchas se molestaban al hablar de la bosterización y hace una década miraban a un costado al hablar del constante robo en la venta de jugadores al exterior. Como muchas veces hablamos sobre la doctrina del shock de Naomi Klein, el terreno se va preparando para lograr lo imposible. Hace 10 años nadie hubiera aceptado una defensa con Gerlo (de 4), Cabral, Sanchez y Ferrari (jugando de 3) como tuvimos un día, ni hubieran aceptado que nos manosearan así para decidir donde jugar un partido. Estando en la B no se cuanto falta para que aparezca algún mecenas con la idea de una privatización encubierta (como tiene Belgrano de Córdoba). La delgada línea de la desesperación y de la aceptación de la corrupción cada día se acerca más.

Tan débiles estamos, que la semana que viene empezaremos la misma novela por el partido frente a los mendocinos porque el Monumental tuvo una habilitación provisoria para jugar frente a los entrerrianos pero no nos dieron paz. Así estamos, con los buitres rondando mientras nosotros le ponemos atractivos sabores a la yugular.

Por Charro.