"Se pueden arreglar campeonatos enteros, como el de Boca de Ischia." Javier Ruiz árbitro "Ehhehh, eh yo pienso de que ehhehh eeeehh (?)." DAP "No estén cagados." Daniel Passarella

domingo, 14 de julio de 2013

¨Gracias D´s por hacerme hincha de River¨

La emoción nos llegó a todos...

¿Cuantas veces dijo cada uno la frase que ayer dijo el Burrito Ortega? Ahí está una de las tantas respuestas al porqué una persona se convierte en ídolo. El Burrito tuvo muchas idas y vueltas, mucho amor y desamor, muchas alegrías y broncas, sin embargo, algo muy fuerte lo liga al hincha y provocó una fiesta magnífica como homenaje a todo lo que nos dió. El ídolo tiene ciertas características que representan el gusto futbolístico del hincha y además tiene el honor y respeto por la camiseta que viste, muchas tardes de brindar alegría y de compartir tardes de felicidad. La relación se va armando con el tiempo y cada uno le va perdonando al otro lo que no le gustó, esta relación suele ser muy fuerte cuando uno se va convirtiendo en hincha o cuando empieza a ir a la cancha. En mi caso el ¨ídolo¨ es el Enzo y un poco más atrás el Beto (una cuestión generacional haber visto en la cancha el esplendor de uno y no haber visto el del otro). Son cosas del corazón que dificilmente se expliquen más allá de estos intentos, en algunos casos fue un resultado natural de hinchas de River Plate o jugadores de las inferiores y en otros fue una conjunción de circunstancias que unieron a un jugador excepcional con el corazón de los hinchas, en todos los casos hubo decisiones, actitudes y pasión para armar esta relación increíble.
La bandera que lo recordará...

Cuando compré la entrada me pregunté si iba a sentir lo mismo que sentí con las despedidas de Francescoli y Alonso, la compré como agradecimiento (?) a un jugador que nos había dado todo lo que tuvo y que siempre fue generoso más allá de sus errores (como todos tenemos), no me movía la misma necesidad imperiosa que tuve en las anteriores ¨despedidas/homenajes¨, sin embargo era interesante reencontrarse con las ¨viejas¨ glorias y tener una tarde de recuerdos. Como me decía Enrique mientras caminábamos, probablemente esta sería la última despedida que veríamos en nuestras vidas (afirmación que puse muy en duda, supongo que tiene que ver que él mira y se rige por la lógica de nuestra actualidad y yo me rijo por la esperanza de un futuro mejor). 
El Monumental de fiesta por uno de sus ídolos

Así fui al Monumental pensando que pasaría una tarde agradable con amigos y un niño, nada de presiones ni grandes expectativas, el viaje lo hice temprano y no me extrañó ver pocas bandas en los colectivos, incluso al acercarme al Estadio se veía todo muy tranquilo, gente circulando sin apuro, con una sonrisa y con las camisetas de River Plate. Claro que todo encantamiento puede tocar rápidamente a  su fin cuando de organización se refiere, 1 hora para lograr ingresar porque la policía se preocupó por hacer lento el ingreso y fastidiar al público, para nada importaron la cantidad de chicos y mujeres que había, quienes lograron poner un poco de tranquilidad. Al entrar estaban jugando chicos de categoría 2001 y los mayores disfrutábamos de esas ilusiones frente a un Monumental colmado (siempre me da placer ver a los chicos e imaginar la sensación única de ese momento) y de a poco se fue armando la fiesta.

La constelación de jugadores e hinchas...

Los jugadores entraron y algunos recibieron ovaciones (el Chacho, Sorin, Luigi Villalva, Hernan Diaz, Astrada, Mencho, Gallardo, Gallego, Ramón, Enzo...) y todos revivieron las tardes de cancha llena con el público alentando y delirando las canciones del millonario (además de una barra que buscó su protagonismo y fue frenada en seco cuando cantó contra ¨traidores¨). El partido no tuvo vuelo pero dio muchísimo placer ver los destellos de habilidad de cada jugador. Alguna gambeta (infaltables las del Burrito), alguna jugada mágica (infaltable Enzo), algún jugador que extrañamos y decíamos que debería estar en primera por su calidad y entrega mostrada ayer (no es casual que los más ovacionados durante el partido fueran Chacho, Sorin y Gallardo, mostraron muchas ganas y en sus puestos aún no hay reemplazos), algún cambio de frente (el muñeco jugó un partido aparte, buscó su gol y debió sentirlo como parte de su despedida que injustamente no le dieron en un campo de juego). 
El abrazo de 2 ídolos, una posta que perdió continuidad y deberá reencontrarse

El partido fue un disfrute porque así lo transmitieron los jugadores, Hernán Díaz no paró de hacer payasadas (?) (penales inventados, discusiones con ademanes, gol errado...), Guzmán y Scocco parecían parte de los chicos que disfrutaban alcanzando pelotas y los actuales jugadores del club nunca olvidarán esta tarde. Fue realmente emocionante vibrar junto a tantos jugadores que nos dieron tantas tardes de alegrías (la alegría por el Burrito, por su hijo, por Enzo o por Gallardo eran obvias pero fue increíble el placer que se sintió cuando el Mencho hizo el gol).
La gambeta endiablada, la habilidad que sorprendía a todos

Fue una tarde especial que se coronó sobre el final. Una tarde distendida que logró cambiar a emocionante cuando el Burrito jugó con su hijo y que se convirtió en una tarde del recuerdo cuando pasaron el video y el estadio pudo darle las últimas canciones/promesas a Ortega. Es cierto que ya no lo veremos más jugando con nuestra camiseta pero no será la última vez  que suene su nombre en las tribunas. La promesa ¨...a Ariel Ortega nunca lo vamos a olvidar¨ no es vacía porque el jujeño entró en el corazón de la mayoría de los hinchas y tendrá un lugar especial en el Museo y en el recuerdo de los hinchas. Su gambeta, sus diabluras y sus goles asombrosos sorprenderán aún a quienes no lo vieron jugar y cuando volvamos a ver todos esos momentos juntos, nos volveremos a emocionar como nos pasó ayer y entenderemos que la pasión del hincha millonario es intensa como pocas porque quien la consigue es alguien muy especial. Hoy empieza el camino de la leyenda que se irá agigantando de la mano de las imágenes y del recuerdo de todos los que lo vimos jugar.
Ojalá que el Burrito siga ligado al club y lleno de felicidad

Para muchos fue la despedida, para mi fue un homenaje, el último disfrute de su gambeta electrizante pero un reencuentro con un montón de momentos que vivimos junto a su magia. Hubiera sido imperdonable privarnos a los hinchas y al Burrito de semejante momento así como fue una locura que ningún directivo le diera la plaqueta del club (sobre DAP no tengo palabras). Así está el club. La pasión intacta, los recuerdos imborrables y la expectativa inalterable.

Por Charro.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Le tengo qeu agradecer a un gran amigo que me llevó a la cancha. Yo nunca tuve pensado ir, pero el jueves recibí un sms diciendo "Vamos a despedir al Burrito?" y no pude decir que no, ese jueves mismo a la noche compré las entradas (dos SM Alta) y el viernes las fui a cambiar.

Desde ese momento empecé a pensar en todo el tiempo que dejé de ir a la cancha, en las semis de la libertadores con la bosta, alla por el 2004, 9 años sin pisar el Monumental para ver fútbol. Alguno recordará que comenté que no me calentaba volver porque la oferta de fútbol era una porquería y porque yendo uno avala todos los maltratos a los que es sometido en este tipo de espectáculos. Pero lo del Burro es otra cosa.

Mantuve mi compostura normalmente hasta que llegué al escalón (quedé justo en el medio del campo, una ubicación muy linda, salvo por el sol de frente), pero en cuanto empezó a sonar River mi buen Amigo...no pude cantar, se me hizo un nudo en la garganta y empecé a lagrimear, las sensaciones fueron fuertes. Pero estuve todo el partido al borde del llanto, casi sin poder cantar (muchas canciones ni las conozco) y la verdad es que le estoy hiper agradecido a mi amigo que me hizo la invitación.
Siento que ayer terminé de cerrar el duelo del descenso. Así de simple.

Ahora, tampoco puedo dejar de lado, y apenas intuyendo la opinión de Enrique, me parece que ya coincido, hoy por hoy los pibes pareciera que piensan más en la guita que en el club (igual que los dirigentes) y que no se logra un sentimiento tan fuerte como el que el Burrito (en este caso homenajeado) como el Enzo o el Beto pudieron lograr. Cuesta pensar que en 10 o 15 años Pezzella o Lanzini tengan algo así, no se puede afirmar que esto sea así, pero hay muchas chances de que lo sea.

Tengo también la sensación de que se cierra también un ciclo de gloria, mucha gloria, que la despedida a la generación del 96 (como siento que fue ayer) que alguna vez pensamos levemente en este blog, en alguna forma se dió, quizás faltaron dos o tres tipos de aquellos equipos como la Bruja Berti o, muy especialmente, el Mono Burgos, y que volver a tener otro ciclo así va a ser muy duro.
Quizás sea por la pobreza en la cual vivimos actualmente o el pesimismo aún reinante, pero no se ve en el futuro inmediato una serie de triunfos que nos lleven a la gloria de vuelta.

GRACIAS BURRRROOOOOOOOOOOOOO!!!!!!

Saludos
Aledb

Pd1: si lo habré puteado al Burro por las cosas que hizo o dejó de hacer, pero desde ayer, como dice Charro, le perdoné todo.

Pd2: considerable silbatina la que se comió Saviola.

Pd3: Scocco ayer conoció lo que es bueno, dicen que Ramón le comió la cabeza en el ET.

Pd4: jamás dudé de mi sentimiento riverplatense, pero ayer me quedó claro cuanto extrañé al Millo sin saberlo.

Pd5: les dejo un datito para agregar a los clubes fundados en nuestro homenaje y no recuerdo si estaba este...

http://www.bostonriver.com.uy/historia.php

http://www.google.com.ar/imgres?imgurl=http://3.bp.blogspot.com/-0hcKcYpwjXE/TtWn27AQpDI/AAAAAAAAQOg/ZZBp0ZzlfeE/s320/2011-2012-boston%252Briver-00.gif&imgrefurl=http://futbolmundialkits.blogspot.com/2011/11/boston-river-20112012-home-y-away.html&h=607&w=1286&sz=54&tbnid=r8CL1iHShIKARM:&tbnh=63&tbnw=134&zoom=1&usg=__UM9RqINfmPtNBZdg29VURi3LsYo=&docid=G2E-or4Eig4QyM&sa=X&ei=TDzjUanAFsTbigLYroC4BQ&ved=0CFwQ9QEwBw&dur=1154

Pd6: estaba esperando ansiosamente este post, jeje

Marcelo dijo...

Gente
de pendejo vi la despedida del Beto, la del Enzo no asistí y la de ayer fue diferente por muchas cosas, primero el paso del tiempo, segundo la gloria que en cierta medida nos robaron y no hicimos nada por impedirlo y tercero, el recuerdo de mi viejo que no esta y la felicidad de tener a mi hijo al lado y que en estos momentos aciagos sea de RIVER como toda la familia.
Ojalá pueda disfrutar en algún momento de lo que en verdad es RIVER.

Nico dijo...

Charro, respecto a la despedida / homenaje, mucho no voy a decir. No hay muchas palabras para describir la emotividad que irradió el ritual de ayer. Simplemente, como decía la hermana del Burrito en el video homenaje, es algo mágico.

Durante el transcurso del partido me puse a pensar: ¿habrá otro ídolo? Y más cerca de la opinión de Enrique me contesté que no. Pero al mismo tiempo me repregunté: los pibes que hoy juegan en River (en Primera o en inferiores) ¿no quieren algo así? ¿no les gustaría recibir el cariño y el amor que ayer se le dio al Burro? Entiendo lo de "hacer la diferencia", lo de jugar en Europa y el resto del "cassette", pero lo que ayer se vivió no tiene valor.

¿Cómo hacer un "ídolo" hoy? Yo creo que hay dos maneras: (1) Volver a tu club de "grande" y ganar todo (ejemplo: Verón). (2) De pibe jugar mucho tiempo (dos temporadas, mínimo) y siendo determinante (acompañado por títulos) y luego de irse al exterior, volver y retirarse en el club (ejemplo a medias: Neymar).

Hoy en día, ambas opciones se ven muy lejanas.

Otra cosa que pensaba mientras miraba a todas esas estrellas que estaban en la cancha el sábado: ¿le enseñan a los pibes la historia de River? ¿les explican por qué el vestuario se llama Angel Labruna? ¿saben quién fue el Alonso o el Enzo?

Nací en 1986, por lo tanto, del Burrito es de quién tengo mayores recuerdos frescos. Por lo tanto, es mi único héroe en este lío.

Saludos,
@nicolinov

PD: Respecto a lo que dijo Aledb que lo de ayer fue lo que le hizo cerrar el duelo del descenso, digo que si bien ayer lloré y recordé esos dos años malditos (el camino de ida y vuelta), recomiendo ir al museo y ver el video sobre la historia del club que pasan dentro de la "pelota-cine". Lloré de principio a fin (el ascenso era reciente y a través de ese video creo que cerré esa etapa maldita).



Enrique dijo...

Al regreso, caminando por Quinteros seguimos hablando del tema de los ídolos en River, Charro decía Mascherano, yo mencioné a Lamela pero con muchas dudas hasta que el niño del grupo dijo Falcao, es probable que sea el que más chances tiene, no muchas en realidad. Si vuelve, en plenitud y lidera conquistas importantes es candidato.

Respecto a hacer guita a lo loco (?) y la gloria deportiva, no son incompatibles. Con un par de transferencias importantes y 5 o 6 años en Europa quedás parado para toda la cosecha y la de tus nietos, Verón es un ejemplo claro. Y Saviola también, si se va al Inter? a qué va? a sumar un palo verde más en su cuenta. La gloria deportiva no le interesa y no está mal es su decisión.

Anónimo dijo...

Creo que los ídolos no son los jugadores solamente talentoso y o que han ganado algo, sino aquellos que tienen un plus: personalidad y amor por los colores. En el caso del Burrito Ortega está clasicismo: Ortega tiene un talento notable y una forma endiablada de ir al frente siempre, de pedirla siempre, de no esconderse nunca: ni en las Copas del Mundo, ni en la Bombonera o el Monumental. Al mismo tiempo tiene una forma de declarar ante las cámaras que revela su timidez y simpleza: jamás dejó de ser ese chango que vino de Jujuy (como les sucede a otros jugadores que al ver los primeros mangos van al Estilista y se hacen, al decir de Charly García, “raros peinados nuevos”) Por eso creo que tipos como Erik Lamela difícilmente sean Idolos aunque lleguen a ser admirados. El ídolo no solo despierta admiración: despierta empatía y afecto. La historia de Ortega también contribuyó a esa empatía aunque más de una vez rayara la irresponsabilidad profesional. Por esto siempre quise y admiré a Ortega. Recuerdo como me emocioné el día que se la tiró por arriba a Saja una tarde que volvía a jugar luego de una recaída. El Sábado a la tarde llegué temprano y cuando, mostraban por la pantalla que El Burrito recorría solo el pasillo vestido con la camiseta que amo, me emocione hasta las lágrimas. Gracias Ariel por tanto tanta magia, pero sobre todo gracias por ser intérprete notable de los que amamos a River: que nuestra sangre tiene los glóbulos rojos y blancos.
FRANCISCO SEGUNDO