La comida ya estaba servida...

Josema Aguilar preparando el indigesto plato que mejor le sale.

Hace unos días nos sirvieron la última versión de la comida más caliente del menú Aguilar. El plato se llama “hundiendo a River”, un plato que llevó varios años de preparación con algunos golpes de fuego exagerado que terminaron recalentando la comida; tanto se recalentó que ya quemó nuestro famoso paladar.

River es una comida tan magnífica que pensábamos que sería imposible prepararla mal. Cerramos los ojos pensando que estar detrás del décimo puesto sería lo peor, sin embargo, cuando todo se deja al azar o se hace mal permanentemente, el resultado suele ser el mismo: como fichas de dominó todo se desmorona y los fracasos se suceden uno detrás de otro. ¿Cómo no nos dimos cuenta donde estábamos? ¿Cómo aceptamos su cinismo (hace pocos meses dijo que River era Aruba) y el silencio rastrero de la prensa? (la partidaria en busca de las migajas y la nacional a cambio de grandes negocios)

Acá no hay excusas. Hoy todos se quejan del sabor de esta comida pero no debería sorprender. Estaban todos los pésimos ingredientes y solo faltaba un golpe de calor para sufrir lo que pasó. Hace 7 años los comensales elegimos al peor chef que podríamos haber elegido. Un chanta muy simpático que con una sonrisa encuentra la palabra justa para decirnos lo que necesitamos escuchar; nos hizo creer que era él mejor (preparémonos porque en 1 año aparecerán otros de estos chantas). Este es el tipo de chanta más peligroso, se ufanan de sus manos limpias para distraerte y mientras te las meten en el bolsillo, cuando te das cuenta que te falta la plata, él ya no está. Lo volvés a ver cuando le conviene y te da explicaciones que te convencen de que él no fue quien robó, pero casualmente te vuelve a faltar plata y así se repite muchas veces hasta que te das cuenta que no tensé más plata en los bolsillos, en el banco tampoco, perdiste el auto, la casa, los pantalones y hasta te duelen ciertas partes…

Este nefasto chef dejó la comida hirviendo; en 7 años solo estuvo cada vez que le avisaban que se rebalsaba la olla y intentaba dar explicaciones sobre el sabor, olor, vitaminas y proteínas de una comida horrible. Tan inaudito fue el título de mejor plato en este 2008 como lo es el de último, pero reconozcamos también, que se hizo todo lo posible para llegar a esto. El título de último (terrible por lo vergonzoso y deshonroso pero no hubiera sido diferente decir 16), no cambia el hecho que esta gestión nos hundió en la mediocridad, estamos lejos de esos primeros cuarenta años en que jamás bajamos del quinto puesto. Está claro que no es casualidad sino la consecuencia del camino elegido por el chef y su séquito. Ya no hay categoría internacional en los ingredientes, la comida es insulsa (falta sal y huevos) y hasta las mejores comidas de este chef fueron amargas porque al lado abrió un restaurante con comida internacional (¿casualidad?).
Pero el chef no está solo para esta gran actuación. Tuvo el mejor equipo a su alrededor. Tuvo ayudantes de cocina que ya habían aprendido como manejarse en la cocina con anteriores chefs. Hambrientos de dejar vacía la cocina…Mario Israel y un grupo de gente que se hicieron llamar Comisión Directiva (Digestiva), elegidos en la democrática y tramposa sábana de la política moderna. A cambio de participar fueron complacientes y solidariamente responsables de esta comida, sobre la base de ser los futuros chefs o llevándose las monedas que caían de los bolsillos. La “oposición” fue nula y silenciosa (por incapacidad, falta de poder o participación). Los comensales somos, aún hoy, partícipes asombrados y mudos; aceptando con pasmosa pasividad que un presidente elegido democráticamente tiene el derecho a hacer lo que guste durante su mandato. Los encargados del control alimenticio no cumplieron su función vaya uno a saber porqué (seamos generosos con la comisión fiscalizadora del club). La crítica culinaria apoyó desde la distracción o el silencio (medios “pasquinescos” que escriben lo que se les indica a cambio de…). Todos ellos se apoyaron desde un principio en una mafia sindical (al mejor estilo Barrionuevo) llamada barra brava y agredieron cualquier atisbo de cambio de los indignos comensales de paladar fino, en pago hicieron ingresar a la barra en todos los negocios turbios del club que imaginaron. Lástima que tuvieron tanto poder que se quisieron quedar con la mejor torta y convertirse en chefs; entonces hubo que dividirlos y se armó el gran safarrancho. Sin embargo el golpe final fue cuando empezaron a juntarse con la peor calaña de proveedores. Gente sin escrúpulos (como ellos) pero que vienen de otros lados con un único objetivo: cantidades de plata. No conocen el rubro pero se llevan plata. Entregaron frutas y verduras podridas o envenenadas a cambio de llevarse los mejores ingredientes a precios irrisorios (hoy dicen que cualquier jugador de más de 11 años no le pertenece al club en su totalidad).

Ni siquiera oímos el timer cuando nos avisaba que ya era suficiente calor. Fuimos pasivos observadores de hechos como:
Una derrota de local sin público visitante en la semi de la copa libertadores contra la bosta (ni en una pesadilla nos hubiera pasado antes del 2000)
Derrota en una final continental contra Cienciano (equipo inexistente de Perú)
Doble derrota contra Caracas (haciéndoles jugar de visitante y sacándoles 4 jugadores horas antes del partido) y eliminación en primera ronda.
Vergonzosa derrota contra Casla (ganando x 2 goles y con jugadores de mas, quedamos eliminados).
Perdimos clásicos con la bosta sin poner actitud.
Más de una decena de equipos nos ganaron x primera vez en su historia, o nos ganaron x primera vez en el monumental.
Primera vez que se pierde con los 4 equipos ascendidos.
Primera vez que se pierde x goleada con equipos ascendidos
Nos inventan penales en nuestra cancha y no nos dan penales clarísimos.
Los árbitros nos toman el pelo sin importarles que están en el monumental.
Jugamos partidos de local en otras canchas por usar nuestro estadio para otros eventos.
Jugadores que se van estafados, con grandes deudas y no quieren volver al club que tantos años fue su casa
Le debe favores y préstamos al dueño del restaurante (un puesto y salario en euros en la FIFA)
Los proveedores cada vez son peores (mafiosos en busca de las mayores ganancias del mercado sin importar de que se trata) y echamos a patadas a nuestro mejor proveedor (el señor Delém, ojalá algún día se sepa la verdad).
Permanente venta de la mejores máquinas a bajo precio con lo cual no se repusieron y la comida se hizo con lo que quedó.
Peleas entre sus subordinados violentos, con muerte incluida.
Descrédito absoluto dentro y fuera del restaurante
5 DT de categoría que no encontraron el rumbo más allá de algún manotazo cuando nos hundíamos sin encontrar la superficie.

Son muchas cosas que hoy dejan en claro que este chef fue la peor elección de la historia. Su cola de cascabel ya no nos hipnotiza pero otras víboras están a su lado para tomar la posta. Lo importante hoy es que no se siga con este tipo de chefs.

Es hora de recuperar el paladar, volver a darle la categoría nacional e internacional al restaurante, arreglar las filtraciones del edificio y lograr que la plata que entra termine en beneficio de la comida y por ende, de todos los comensales.

Señores chefs, aprendan a cocinar y dejen de pensar en billetes y cuentas bancarias

Por: Charro