¿No dependemos de nosotros?

Todavía faltan algunas cartas como para decir que dependemos de otros

Según todas las miradas que se pueden leer y escuchar, nosotros dependemos de otros equipos para salvarnos del partido de promoción. El pesimismo se apoderó de todos después del partido ante Olimpo porque dejamos de depender de nosotros mismos. Es cierto, ya todos nuestros equipos rivales pueden sacar más puntos que nosotros; dependemos de otros 4 (o 6 si queremos ser exageradamente optimistas) equipos, ahora estamos abatidos como si dependiéramos de 2 derrotas del Barsa, Real y Manchester. No es lindo tener que esperar otros resultados pero nadie puede decir que es ilógico pensar que nuestros rivales no vayan a perder algunos puntitos.

El domingo, cuando llegué al Monumental, pasé por la confitería y estaba con casi tanta gente como cuando jugamos contra los bosteros de visitante. El grito de alivio cuando terminó el partido de Huracán fue conmovedor y notorio, el desaliento se convirtió otra vez en aire salvador, sin embargo, nadie entendió que seguimos dependiendo de nosotros mismos. El peligro hoy es que River Plate no encuentre la brújula y que no pueda soportar la presión de millones de almas sobre los jugadores.

A River Plate le quedan 2 partidos que, en el peor de los casos, deberá ganar para tener una oportunidad hasta el último minuto del último partido de este torneo de 114 fechas, dependemos de ganarlos y de que se convierta en realidad una de las más de 10 combinaciones posibles de resultados de estos 2 fines de semana que nos beneficien. No importa como se den estas combinaciones, lo importante hoy es no correr el riesgo innecesario de jugar el partido de promoción. Ante la necesidad imperiosa de ganar, no queda otra que estar el domingo alentando (como se viene haciendo) y esperar que ese aliento le sirva al equipo para elevar su juego.

En la vida hay cosas que uno puede hacer y otras que no estan a nuestro alcance, sin embargo uno debe estar preparado lo mejor posible para esas contingencias que no dependen de uno. En esa situación está River Plate, nosotros debemos jugarnos para exigir el error de nuestros rivales directos. Nosotros debemos presionar a que nuestros rivales también sientan la presión. Nuestro destino aún está en nuestras manos.

Cuando hablamos de que dependemos de otros me suena a que ya no tenemos otra cosa que hacer más que esperar que otros equipos hagan las cosas por nosotros cuando en realidad nosotros todavía también debemos hacer nuestro esfuerzo. Esto no es una cuestión de suerte, es una carrera en la que estamos atrás y debemos pasar a nuestros rivales (¿alguien le tiene menos esperanza a CAI que a un Huracán que no ganaba hace 8 fechas? ¿Colon no puede pasar a ser el cementerio de ratas en lugar de elefantes? ¿Newell’s no jugó con mucha motivación contra nosotros?).

Todavía no están echadas todas las cartas y no hay ninguna razón para bajar los brazos. Es fundamental para el hincha entender que se juegan partidos comprometidos y de muchos nervios, cualquiera puede hacer el gol, por eso es fundamental que la gente no baje el aliento ante cualquier contingencia. El desaliento para el hincha es enorme cuando no salen las cosas como la soñamos pero es claro que el equipo necesita nuestro granito de arena.

Por Charro.