¿La inoperancia como meta o consecuencia de negociados?

"Una entradita, por favor!", ¿la entrada es un derecho o un arma para la servidumbre?

Rondamos la primera década en que algún “estudioso” de seguridad que logró tener un puesto de decisión, no tuvo mejor idea que regular el negocio de las barras y destruir el fútbol argentino. En el futuro habrá estudiosos que nos dirán como y cuales fueron los pasos que tomó Aguilaucha para destruir a River Plate y todo lo que hizo Grondona para destruir toda la historia del fútbol argentino. Alrededor de ellos hubo y hay muchos cómplices que destruyeron las estructuras de nuestro fútbol y que hoy hacen que el fútbol argentino no sea un negocio viable y por ende, el camino hacia la destrucción total.

En ese camino, una de las medidas más absurdas es la de limitar el público que va a la cancha. Todos sabemos que ningún club argentino limitó la cantidad de barras que van a la cancha y todas las instituciones han tenido problemas de feroces luchas internas (demostración clara de que hay un negocio). Sabiendo esto después de años de experiencia, ¿cómo puede ser que se sigan manejando estas medidas absurdas? Cuanto mayor sea el número de público permitido, menor será el valor de reventa de entrada, cuanto mayor sea  la cantidad de público que pague su entrada, menores seran las posibilidades de la barra de autofinanciarse con la reventa de entradas. Cuanto mayor sea el número de público no violento, mayores serán las posibilidades de contrariar los deseos de los delincuentes.

En medio de esta destrucción e inoperancia, nadie quiere desentonar. ¿Si arriba son inútiles, porque vamos a mostrar un poco de buena gestión? Desde que se implementó esta locura de limitar la cantidad de público y mantener las canchas semivacías, River Plate ha sido quien más lo ha sufrido. Por una cuestión de oferta y demanda, será imposible satisfacer el deseo del hincha millonario mientras se mantengo esta “cuota Hilton” del fútbol. A mi modo de ver, el problema está en que cualquier medida que se tome para vender entradas, va directo a ser sellada como medida impopular e injusta. La única solución es ponerse los pantalones largos y exigir ante los "genios" de las limitaciones, un trato como el que el club se merece.

Ahora, partiendo de esta base, no hace falta llegar al otro extremo de hacer todo lo posible para que la gente se violente, se ofusque y buscar los límites de la bronca del hincha. Si sabemos que la solución no está en nuestras manos, hay que multiplicar los esfuerzos para no provocar más enojos. La inteligencia se muestra en limitar el enojo y no en dejar todo librado al azar mientras se ocupan de sus negocios.

La venta (y ahora canje) de entradas se hace a traves de internet. Ok, se supone que era para impedir que se formaran largas colas en la puerta del club y limitar así la violencia e incomodidad del hincha. La gran mejoría es que ahora no hay gente haciendo cola a la madrugada pero hay que estar 1 o 2 horas frente a la computadora y luego algunas horas frente a las ventanillas del club. O sea que sigue habiendo vergonzosas colas. Al hacerse a través de un tercero, se supone que hay controles electrónicos para garantizar la transparencia (?) de la venta de localidades (¿estoy gracioso?). Ahora le estamos pagando a una empresa para que moleste al socio y no haga bien su trabajo. La demostración de máxima de inoperancia se dio esta semana cuando desde el portal de internet ofrecían retirar las entradas a partir de las 7 de la mañana pero las ventanillas abrían a partir de las 9 (que cráneos!?). Se intentó solucionar el problema (la gente que empieza a trabajar a las 9 y que llegó 2 horas antes para retirar su entrada) y se abrió la ventanilla a las 7.30 pero sin sistema para controlar la entrega.

La venta por internet era una solución necesaria pero como toda medida buena puede ser destruida cuando se utiliza por las razones equivocadas. ¿Quién se atreve hoy a decir que esta medida (la venta por internet) no fue tomada para hacer mejor los negocios particulares? Ahora nadie sabe cuanta gente saca su entrada, nadie sabe cuantas entradas van a la barra, cuantas a la reventa (de la barra y de los dirigentes), se mantiene el poder del clientelismo… sin embargo, sigue habiendo una demostración de inoperancia o inutilidad en la gestión porque ni siquiera logran hacer bien lo que beneficia a todos.

Las entradas que se consiguen por internet pueden ser entregadas a través de las agrupaciones y filiales para que no haya tantas colas (con un listado público y entradas numeradas), se pueden abrir boleterías en distintos sectores del Monumental, se puede permitir al socio que elija entre retirar su entrada o que se la envíen a domicilio por un monto pequeño, los socios plenos pueden tener también algunas ventanillas dentro del club para achicar las colas de afuera, se pueden abrir más ventanillas en horarios picos… métodos hay varios cuando la voluntad es estar al servicio del socio… esta es la clave del problema, ¿verdad?

Por Charro.