La “paz”, ¿se paga, se negocia o se provoca?

Todo vale para algunos periodistas/medios... siempre y cuando los beneficien de alguna forma.

Fantino y Letto suelen contar que una de las finales de la Copa Libertadores jugadas por los bosteros en Brasil se la deben a ellos. Cuentan que supieron quien era el árbitro que dirigiría esa final, salieron a hacer una campaña en todos los medios argentinos sobre los rumores de coimas y hablaron de sumas muy alocadas como para que sean levantadas por diversos medios. El árbitro favoreció a los bosteros y hoy se vanaglorian de su invento.

Así como escuchamos este ejemplo, sabemos de decenas de situaciones similares. Inventos para beneficiar, perjudicar o distraer y silencios para no perjudicar. En toda esta década River Plate se manejó pésimamente con la prensa. No se si la cantidad de barbaridades que surgieron tiene que ver con la inoperancia o con el deleite del jugador moderno por el escándalo pero la realidad es que nos perjudicó muchísimo.

Aguilaucha dejó claro que a ciertos periodistas hay que dejarles el sobre para desviar la atención y no ser tapa. Más de un periodista habrá arreglado alguna entrevista exclusiva, algún anticipo periodístico o habrá engrosado sus bolsillos. Lástima que todos esos medios se utilizaron para silenciar los hechos de corrupción y multiplicar los problemas del plantel.

Los periodistas rapiñeros están a la orden del día esperando oler sangre e increíblemente nosotros les damos para alimentarse. La mutación de los dichos de Almeyda (primero dijo que renunciaría sin problemas, luego que sabe como llevar a River Plate a primera y que no hay motivos para renunciar y ayer terminó diciendo que de su puesto solo lo sacan a patadas) son sospechosos. Vaya uno a saber que es primero, el huevo o la gallina; no se sabe si esta mutación en los dichos tiene que ver con verdaderas charlas con otro DT (hasta ponen el nombre de Labruna) o si inventaron los dichos para armar el circo. No alcanza con perturbar la tranquilidad o desviar la mente del trabajo con algo así, sino que también hay que aprovechar para armar una fiesta. El cóctel es cada vez más fácil, se llama a alguna chica desconocida que necesita prensa y escándalo para introducirse en la “farándula” (?) o alguna escandalosa en baja que necesita reintroducirse con un caso ruidoso, se inventa algo o se aprovecha algún suceso y se arma el ‘gran quilombo nacional’. Que mejor ingrediente que un jugador de un club grande o algún jugador joven y conocido. El imán está armado y solo hay que juntarlos

La impunidad del silencio comprado o la estupidez son la única explicación para armar una “fiestita” en un lugar público. Todos juegan su juego y sacan su rebanada de beneficio, como siempre, los hinchas somos los chorlitos que los alimentamos y hacemos que aumenten sus tarifas.

No se como funciona el sistema, lo que es seguro es que también fallamos en esto.

Por Charro.