Costó hasta la sonrisa final

Las manos del uruguayo lo dicen todo, el abrazo del Cavegol también.

Ultima hora de un fin de semana largo, muchos viajaron a descansar y llegaron sobre la hora, otros no se bancaron tener que jugar tan tarde, pero el Monumental volvió a vibrar y despidió por fin al peor año. Desde temprano empezó a llegar la gente porque se sentía la expectativa de ver a River Plate despidiendo el año. Un año en el cual recibimos cachetazos de todos lados y que en el último suspiro D's se apiadó un poquito y nos dejó una leve mueca para irnos de vacaciones con la esperanza de poder tener un año mejor al que se está yendo.

Después de tanto ajetreo con la capacidad del Estadio y con la seguridad, tanto el clima, la fecha, el horario y el exhorbitante precio de las platea conspiraron para tener un Monumental a tope. Al mismo tiempo, la policía demostró que después de años de hacer operativos policiales, son capaces de hacer algo bien; no se armaron colas largas, se ingresó con comodidad, diferenciaron bien los ingresos a los diferentes sectores, hasta donde se pudo ver, nada para reprochar.

Otro tema que dejó este partido fue el desahogo que se vivió en el entretiempo. Está clara la necesidad de volver a primera división urgente, a lo grande y sin tropiezos; cuando el horizonte no se presenta tan seguro y la gente sentía que ya no habíamos recibido demasiados golpes por un año, la totalidad del Estadio fue un grito desesperado como pocas veces se vio, algo más de 10 minutos intentando transmitir un deseo, un apoyo y una necesidad. 

El  partido se presentó como muchos partidos de este año. Un equipo que intentó presionar desde la salida de nuestro campo, varios jugadores presionando desde el área grande nuestra y que nos daban espacios arriba. Por calidad individual y velocidad se logró tener varias posibilidades de gol que por diferentes motivos no se logró concretar. A medida que pasan los minutos el rival se va agrandando y no solo presiona sino que se va animando a intentar hacer algo ofensivamente. En el segundo tiempo los entrerrianos se animaron a hacer su juego habitual, esperaron en su campo y salieron muy rápido en contraataque. Así tuvieron la oportunidad más clara (el viento estuvo de nuestro lado en la definición por encima de Chichizola que pegó en el palo y creo que el Monumental logró que el rebote lo tiraran por encima del travesaño). Esa situación hubiera sido nefasta y terrible pero tanto se va que en alguna se tiene que dar. De la forma más ridícula llegó el gol del uruguayo. Así como infinidad de veces la mala suerte nos acompañó, así como infinidad de veces los rebotes van hacia los lugares más inconvenientes (ayer también pasó varias veces), esta vez tuvimos la buena fortuna que cayera en los pies de Sanchez (en el momento justo, cuando ya había impaciencia en toda la gente), quien, gracias a D's aprovechó su oportunidad y así tuvo su gran festejo en el Monumental.

 Un triunfo que todos necesitábamos. Como siempre, el hincha apoyó.

Individualmente algunos jugadores están bajando su rendimiento y eso perjudica al conjunto, ayer tuvimos la gracia de que Maidana no se sintiera perdido sin Ferrero, FM fue correcto y no falló, Abecassis corrió y fue una muy buena alternativa por derecha acompañando a Sanchez, Aguirre se mata con los rivales pero está impreciso con el balón y nada se puede decir de Domingo (su nivel es paupérrimo, se pierde cuando hace 2 mal y el estadio se lo recrimina, ayer nunca encontró a los rivales). Por suerte el Chori y el Cave siguen demostrando que son diferentes, simplifican los difícil, son los que pueden hacer magia, los que asumen la responsabilidad de buscar el balón y los que se animan a arriesgar cuando las papas queman.

Al fin se terminó este año futbolístico, Almeyda hizo un buen análisis final (sobre todo en que debemos mejorar por todos lados) y esperemos que el receso les sirva a todos para mejorar en el 2012.

Por Charro.