"Se pueden arreglar campeonatos enteros, como el de Boca de Ischia." Javier Ruiz árbitro "Ehhehh, eh yo pienso de que ehhehh eeeehh (?)." DAP "No estén cagados." Daniel Passarella

viernes, 2 de abril de 2010

ídolos de siempre IX: Carlos Peucelle

Mística campeona, honradez y humildad. Cómo extrañamos a algunas personas

En un tiempo en que buscamos desesperadamente un referente y que no logramos ver el camino que nos devuelva a la senda histórica de nuestro club, es bueno tener un recuerdo para el primer “millonario”.

Hacia el año 1930 se decide la profesionalización del fútbol. River Plate hasta ese momento formaba parte de la liga más competitiva y complicada que tenía el país, de ésta formaban parte casi todos los equipos que actualmente forman parte del fútbol profesional de nuestro país (exceptuando a los bosteros y Huracán). La formación de River siempre era competitiva pero no lograba los grandes logros ni se obtenían gran cantidad de títulos. Cuando se tomó la decisión de profesionalizar al fútbol, nuestros dirigentes no estaban de acuerdo, sin embargo, se acoplaron a la decisión mayoritaria para no quedar fuera de la competencia.

Una vez tomada esta decisión, River Plate eligió el camino más peligroso, no se ingresaría a la profesionalización con medias tintas. El destino de ser el más grande estaba siendo gestada en la mente de nuestros dirigentes. En ese tiempo River Plate ya podía ser considerado uno de los 5 grandes pero por detrás de los otros equipos y para modificar esta situación se decidió empezar por hacer un shock, un acto que cambiara la forma de verse el fútbol en la Argentina.

El primer paso en esa búsqueda fue la contratación de Carlos Peucelle. Era tanta la seguridad que había por el “elegido” que para asegurarse su pase, River Plate decidió pagar una fortuna aún cuando no había necesidad de pagar. Eran los inicios del profesionalismo y no había que pagar por una nueva ficha pero ante la posibilidad de que otro equipo lo tentara, decidieron ir con todos los cañones al frente. River Plate se jugaba por un jugador y nacía el mito.

De pibe se había probado en Boca y fue aceptado pero por trabas burocráticas se fue a clubes más chicos e hizo la locura de jugar al mismo tiempo en 2 equipos diferentes. Como cada asociación jugaba sus partidos en diferentes horarios, Peucelle aprovechaba para hacerlo en San Telmo y en Sportivo Barracas. Su fama llegó tan alto que fue llamado para jugar en la selección. Era un jugador de buena altura y formación física (algo difícil en tiempos de pobreza). Su gran estado físico le permitía jugar en alta competencia en distintos equipos pero era muy desaliñado y tenía una gambeta muy rara y endiablada que confundía a los rivales, de ahí que nadie dudó en su apodo. Carlos “barullo” Peucelle era la imagen del potrero argentino, camiseta fuera del pantalón, medias caídas, pelo desaliñado… un jugador solo preocupado por su juego.

En 1932 River Plate acentúa su plan de liderar al fútbol argentino. Contrata a Bernabé Ferreyra y pronto, estos 2 jugadores que provocaron que nos apodaran “millonarios”, se convertirían en grandes amigos. La química estaba dada por el profesionalismo y sacrificio que mostraban ambos sin importar los vedettismos ni la idolatría que les dispensaban los aficionados. Peucelle se convirtió en uno de los primeros jugadores en entender el juego como algo completo, su posición era de atacante (wing derecho) pero sabía que podía defender y que en la recuperación de la pelota estaba la posibilidad de sorprender al rival. No fue casual la dupla elegida por la dirigencia para cambiar el rumbo de la institución. Uno era la explosión del gol esperado, el otro era la belleza de la gambeta; uno era la fiera y el otro el barullo; uno era atracción y el otro era despliegue, pero ambos tenían dedicación y respeto por la profesión, ambos vestían orgullosamente la casaca blanca con la franja roja, ambos tenían la humildad de los más grandes. Su locura era tal que por contrato él solo participaba de un entrenamiento semanal con el equipo porque todos los días iba a estudiar. Su despliegue durante los partidos era tan generoso y tan diferente al resto que nunca nadie sospechó cual era la realidad. Tras años de engañar a todos, un día alguien descubrió que el libro de estudio no era tal sino un álbum de fotos y en lugar de ir a estudiar se iba al barrio a jugar campeonatos de partidos relámpagos que duraban todo el día. Ante las pruebas no le quedó más remedio que reconocer que su mejor entrenamiento era jugar todos los días en el potrero.

Ganó 4 títulos como jugador y otros 3 como técnico auxiliar de Renato Cesarini. Todos reconocen a Cesarini como el técnico de la máquina pero consideran a Peucelle como su mentor porque fue quien decidió cambiarle la posición a Adolfo Pedernera, pero cuando se lo recordaban, Peucelle se reía de ello y sólo agregaba que quien se debía llevar los laureles era la madre de Pedernera. Siempre estuvo ligado al fútbol y le regaló a River la formación de jugadores como Di Stéfano, Pipo Rossi, Amadeo Carrizo, Pinino Mas…

una compra millonaria tuvo su rédito, para la época fue un gasto excesivo y extraordinario, para algunos debió haber sido una locura imperdonable, para River Plate fue una ganga, un regalo del cielo haber tenido a jugadores de la talla de Peucelle, no solo por lo que hizo dentro de la cancha sino por lo que siguió dando en los años posteriores. No por nada su apodo fue mutando a medida que el tiempo borraba el recuerdo de sus años de jugador y lo recordaban como mentor, consejero y maestro de tantos jugadores. En los años 40 dejó de ser barullo para convertirse simplemente en “maestro”.

Así lo llamaban la infinidad de jugadores que se relacionaron con el maestro hasta que el 1* de abril de 1990 cuando se despidió de nuestro lado. 20 años después, espero que junto a decenas de hombres que contribuyeron a hacer grande a River Plate, este en el cielo intentando darnos la mano que tanto necesitamos.

Por Charro.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Justo homenaje Charro, a uno de los máximos exponentes de nuestra riquísima historia. En ocasiones los jóvenes desprecian la historia, por ubicarla lejana en el tiempo. Pecan de ignorancia, puesto que saben quien fue San Martín. Peucelle resultó la primera y gran inversión de River Plate. Del mote de darseneros, pasamos a ser millonarios, refrendado después con el arribo de Bernabé Ferreyra. Los tiempos del amateurismo tenían a Racing y Huracán como los máximos exponentes del fervor futbolero. River, Boca, Independiente y San Lorenzo venían en zaga. Bernabé fue el primer gran ídolo de nuestro fútbol y meteóricamente produjo la escalada de captación de socios e hinchas por parte de River Plate. Pasó a ser el más popular. ¡Así que no nos engañemos!. River Plate creció de manera inusitada, y consigo se lo trajo a Boca. Las cosas por su nombre.
Y Barullo significó además de uno de los primeros polifuncionales (llegó a actuar de número 6 y en todos los puestos de la delantera), un decisivo aporte para la formación de jóvenes valores.
Por último el recuerdo para quien vio en Pedernera al estratega de La Máquina, que nació en la primavera de 1940 en la goleada 4-0 a Independiente, que según el decir de muchos que ya no están y unos pocos que aún sobreviven al paso del tiempo, fue la mejor expresión futbolística que se viera en estas tierras.
SR. RIVER PLATE

Enrique dijo...

En el fútbol de hoy no existe más gente como Peucelle. El amor por el fútbol mismo y trascender a través del éxito deportivo de esa época, en el contexto actual mutó a simplemete el "hacer una diferencia económica". River necesita muchos Peucelles que inculquen un poco de los viejos valores a los jovenes, confio en Fillol en ese aspecto.

Anónimo dijo...

Enrique,


Para mì en Juan Josè Lòpez descansa parte importante de nuestro futuro, como tambièn de Fillol y Luque.
Creo que no nos tenemos que rendir. Espero que realmente el martes anuncien algo importante.

Un abrazo de gol.

Un seudo poeta Riverplatense...

charro dijo...

Gracias nuevamente SrRP, coincido en la "mala prensa" que tiene la palabra historia debido a la mala enseñanza que se brinda muchas veces en el escuela. Cuando se entienda a esa materia como el conocimiento de uno mismo (ya sea como raza humana, como integrante de un país o de una institución), la forma de no cometer los mismos errores o de conocer los aciertos que nos llevaron a ser quienes somos, la historia será mejor vista.

Si alguien lee sobre Peucelle, Bernabé, Cesarini, Labruna, Bard, Liberti y decenas de jugadores y dirigentes que cometieron muchos errores pero hicieron grande a nuestra institución porque no tuvieron miedo de hacerla la más grande y porque ese era su objetivo, podría entender las diferencias con el presente y cuales son las cosas de las que adolecemos hoy.

Creo que es un gran acierto de Passarella volver a cierta mística en las inferiores, eso tendrá que refrendarlo con resultados (me refiero a que lleguen jugadores "diferentes" a la primera división y no a ganar títulos allí) porque no se trata solo de poner ex jugadores sino de tener la capacidad de ver a los jugadores que pueden llegar a ser estrellas o jugadores importantes y guiarlos (educarlos) en ese camino.

No es algo fácil pero es muy interesante el primer desafío que eligió Passarella.

charro dijo...

Pienso también como Enrique. Hay muchos estímulos en la actualidad que conspiran contra los valores de los jugadores del pasado. Hoy es muy difícil lograr que un jugador tenga amor por el juego, la camiseta y la sana competencia. Los valores fueron cambiados y para llegar a ello han conspirados muchos actores del fútbol.

Leer sobre Peucelle abre los ojos, me resultó una vida muy rica (como la de la mayoría de los jugadores que reverenciamos), es sorprendente como la lectura sobre ellos no se detiene en un simple jugador de fútbol sino que suele haber mucha enseñanza para nosotros por la sabiduría y amor en que se manejaban.

No lo tomo como "todo tiempo pasado fue mejor" pero si lo tomo como un espejo para buscar ciertos valores que muchos pibes ya no conocen y muchos mayores pudimos olvidar.

Pseudo poeta, yo también espero que el martes el presi tenga algo interesante para decir. Creo que su mandato no se va a caracterizar por oírlo hablar demasiado, así que espero que en las pocas oportunidades que lo haga sean para darnos buenas noticias sobre lo que está planificando.

Como puse en otro posteo, felices pascuas para todos quienes nos leen. Gracias.

Gallina de Alma dijo...

en las buenas y en las malas... siempre de River