Don caos y sus pandillas

Dueño oficial del fútbol argentino.

Siempre se puede hacer algo peor, eso ya lo aprendimos, sin embargo, es increíble que continuamente se hagan las cosas mal y todo pase como si nada (por algo la maquiavélica frase del Padrino "todo pasa" no pierde vigencia). En un mundo donde manda la televisión y la comodidad, se hace fundamental la organización y el cumplimiento de horarios y fechas, sin embargo, como si fuéramos una isla en el mundo, en la Argentina la organización parece una mala palabra. 20 años se tardó en conseguir que los jugadores no tardaran más de 15 minutos en salir a jugar el segundo tiempo (ésta era una de las razones principales para que no compraran en el exterior la televisación del fútbol argentino). La verdad es que se tardó tanto porque a la empresa que tenía los derechos no le interesaba dicha comercialización, tenía cosas más importantes y conseguía los derechos a un precio irrisorio. Actualmente se paga mucho más por los derechos y se hace más importante conseguir plata, esto logra que el espectáculo televisivo dure aproximadamente hora y cuarto.

Si todo fuera normal, habría otras preocupaciones. Sin ir tan lejos, la NBA vivió un paro muy importante y la semana pasada se resolvió (el torneo debió empezar el 29/10), sin embargo el torneo se iniciará recién en Navidad porque se tomarán este mes para preparar a los jugadores y armar el calendario porque esta semana ya deben tener todas las fechas hasta el final del torneo (que no se cambiaran salvo que D's los obligue a hacerlo). Con más de medio año de antelación se sabe con seguridad horario, fecha y canal que transmitirá el partido, de hecho, uno de los problemas actuales es que los estadios de los distintos equipos ya tienen programados otros espectáculos en otras fechas y ahora habrá que estudiar como hacen para compactar el torneo cambiando lo menos posible todo lo preestablecido.

Mientras en el exterior se organizan los torneos así (por esto son espectáculos que se televisan a todo el mundo), acá, faltando menos de 48 horas para un partido definitorio para el campeonato y fundamental para el tema promedios, aún no se había definido el horario del partido de Tigre/CASLA. Sin ir más lejos, la semana pasada vivimos la vergonzosa telenovela de la cantidad de hinchas que podrían entrar en el Monumental, hasta se llegó a la locura de no saber si se jugaría el partido o si habría que hacer un canje y retirar entradas en el mismo día.Cuantas veces uno debió programar un viaje y no sabía cuando volver porque no se estaba seguro si el partido se jugaría a las 15,17, 19 o 21 hs? Cuantas veces uno se enteró que la venta de entradas para un encuentro se harían el mismo día a partir de la noche?

Claro está que este caos no es casual. En el caos hay gente que gana plata. Con la plata que pone la TV y la dependencia que tienen los clubes, es imposible pensar que toda esta locura no tiene relación con quienes toman las decisiones. Los dirigentes, los empresarios, los barras, la policía sacan su importante tajada y esto se consigue mejor en medio del caos. El negocio para esta gente no se genera en lograr hacer un espectáculo con reglas claras sino en tener un caos contrlado, al fin y al cabo, la preocupación no es conseguir un sponsor sino que haya reventa a un precio alto, no es que haya justicia jugando partidos definitorios en un mismo horario sino conseguir alguna ventaja política en las próximas elecciones, no es impedir un enfrentamiento entre barras sino ver que programa vendrá después del partido trascendente, no es buscar la mayor recaudación sino buscar la mayor reventa, no es buscar la comodidad del público sino cobrar el operativo policial más importante posible, no es impedir la violencia sino provocar una violencia controlada, no es eliminar a los parias que alejan al público de las canchas sino utilizar a estos lúmpenes para que le generen ganancias a los dueños del circo...

Así es, el fútbol argentino está al revés, está fundido y ya no es un espectáculo vistoso para quienes no "padecen" el vicio de la pasión por la camiseta, pero los dueños del circo son los mismos y tienen muy claras las reglas del juego...

Por Charro.