Meados por la manada de elefantes

Una linda imagen... digna de este fin de semana

El sábado sorpresivamente no pude ver el partido con Enrique y bastante rato después de haber terminado el partido (se ve que ninguno de los dos estábamos con mucho ánimo de opinar del partido, imagino que sabíamos que estábamos calentitos y no valía la pena aumentarlo con una andanada de improperios), recibí un mensaje en el celular "supongo que ya se te pasó toda esa huevada de dios, porque si existe nos detesta. Que otra humillación nos falta?". Iba a contestarle pero no era el momento para filosofar sobre religión o sobre D's. Imagino las respuestas de Enrique si le hubiera contestado que los caminos de D's son insondables, que los cambios empiezan por uno y D's acompaña, que no le pidamos a D's lo que nosotros no estamos dispuestos a hacer, que necesita seguir golpeándonos para ver si en algún momento reaccionamos... en fin, creer o no en D's no es el tema importante del posteo.

Así como Enrique se la agarró con D's, o con mis creencias religiosas, o con la persona más cercana que le puede dar esperanzas ante su incredulidad sobre la existencia de D's (?), otros suelen decir que estamos meados por una manada de elefantes. Es cierto, la buena suerte no nos acompaña (esto no se discute), pero también es cierto que a la buena suerte se la busca y nuestro club no ha hecho nada por buscarla (más bien hacemos todo lo posible por encontrarnos con la mala suerte). Creo que entre la idea de la manada de elefantes meando y el castigo divino, me voy a poner en una faceta mística...

Enrique retwiteó hoy a alguien que escribió "cuando los bosteros sintieron un poco de presión del promedio, salieron campeones; cuando River sintió la presión, contrató a Bordagaray". A esto yo le llamo hacer mal las cosas, los bosteros presionaron en AFA, tuvieron 4 o 5 partidos al hilo con arbitrajes vergonzosos que le dieron más de 10 puntos y los alejaron del problema, en este torneo empezaron casi igual que CASLA y compraron a Cvitanich, Schiavi y algún otro (serán matungos pero cumplen perfectamente su función), mientras que nosotros no nos habíamos reforzado. Tuvimos rivales muy superiores a la media (raras veces los ascendidos sumaron más de 50 puntos) y enfrentamos en la promoción al equipo que había sacado más puntos en los últimos 25 partidos. Es mala leche pero nosotros nos expusimos a esa situación. Definimos el torneo enfrentados como el Padrino más importante del fútbol mundial y escupimos la mano de una presidente que no se desvive por el fútbol (nuestro presidente y varios idiotas más se jugaron todas las fichas por Duhalde y por eso prefirieron repudiar a la presidente). Nos cagaron los arbitrajes pero nosotros permitimos que nos tocaran el traste. Algunos quisieron incentivar rivales (como es habitual en nuestro fútbol) pero DAP les decía que no hacía falta porque estaba todo bajo control, en las últimas 2 fechas se intentó pero ya era tarde (especialmente porque había un árbitro que tenía órdenes de cagarnos). Es cierto, nadie previó que el mejor arquero iba a regalar 2 puntos por soberbio o que un defensor iba a levantar una mano en medio del área para que le pegara la pelota, o que un delantero iba a errar un penal, o que el DT iba a poner a juveniles para jugar el partido más importante de la historia, o que el DT se iba a asustar y quedar paralizado en las últimas fechas del torneo más importante. Todo es cierto pero...

La verdad es que ayer se jugó uno de los mejores partidos en esta categoría, hay cosas que parecerían que van cambiando pero el hincha ya no aguanta y necesita otras respuestas. No se si estamos meados, castigados, si estamos con mentalidad negativa que atrae a la mala suerte (?) o si es la consecuencia lógica de un accionar erroneo; lo que me queda claro, es que tenemos muchas cosas para cambiar hasta que la consecuencia lógica de nuestro accionar sea que nos pasen cosas buenas. La buena suerte no llega todos los días mientras estamos sentados haciendo boludeces. Llega cuando se hacen muchas cosas bien y entonces alguna que no se hizo bien, "por casualidad" termina bien igual. Empecemos a hacer las cosas bien y después esperemos que la buena suerte nos acompañe.

Por Charro.