Un estilo a fondo

Uno de los grandes engaños, uno de los puntos a reencauzar

Cuando Ramón dijo el lunes una frase fuera de cassette a la que nos tiene acostumbrados, se me vinieron a la mente mil pensamientos diferentes. La frase ¨... en el tramo que viene ahora van a ser muy importante Passarella y Turnes...¨ deja muchísima tela para cortar. Esa frase habla de un estilo y una forma de ser innegociables e inmodificables (?) porque está en la naturaleza de Ramón. El Pelado no tiene medias tintas y es frontal, apunta a un objetivo y quiere que todo salga como él lo planifica. Ramón es la vieja escuela, esa escuela contra la que peleó Aguilaucha en el 2002 y de la que se quiso distanciar, es la vieja escuela de River Plate que para Aguilaucha (y toda la dirigencia de ese momento), había que aggiornar. 

Las frases de Ramón no son de compromiso sino que son parte de un pensamiento y la búsqueda de un objetivo, difícilmente de una puntada sin hilo. Ramón aprendió de Labruna (que a su vez aprendió de los DT de los 40 y 50 que habían aprendido de los DT de los 30 y que tantos éxitos nos dieron) y la receta era muy clara, tener los mejores jugadores para armar el mejor equipo y ser siempre los protagonistas y generadores del espectáculo. Se armaba la mejor base posible y luego se iban haciendo pequeños retoques con los mejores jugadores del torneo pasado, River Plate siempre buscaba a la revelación o al jugador que pudiera cubrir las falencias del equipo. Así llegaron jugadores como Fillol, Perfumo y Wolff (luego aparecieron DAP y Pavoni), a Pinino lo reemplazaron con Luque, un día apareció el Negro Ortiz o Pedro González y así infinidad de jugadores a través de la historia (a Mostaza Merlo lo reemplazó nada menos que el 5 de la selección, el Tolo Gallego, y a éste Batista, también 5 de la selección). La lista es interminable porque la exigencia era real, River Plate debía pelear el título (aún recuerdo las broncas que había cuando los equipos de Labruna no conseguían títulos por más que ganó 2 en el 75 y 79 y 1 en 77 y 80. En el 78 dio más de medio equipo a la selección y en 76 le quiso dar prioridad a la Libertadores).

Es cierto que eran otros tiempos, otra realidad y otro mercado. Todos querían venir a River Plate y nuestro equipo era la meta de cualquier jugador, llegar a jugar en el exterior era mérito de muy pocos y la banda roja era una de las pocas cartas de presentación aceptable en el viejo continente. Para llenar una cancha había que dar espectáculo y este era el ingreso que tenían los clubes. Claro que esto no era tan fácil, pretender a los mejores implica muchos riesgos muy caros, hay jugadores que no se adaptan o que no tienen las características que necesita el equipo, muchas veces pareciera que un jugador podría ser importante pero termina siendo mucho menos que el jugador que ya estaba en el plantel. Ramón tiene este estilo y no se conforma con menos.

Aguilaucha llegó al poder enojado con los ¨caprichos¨ y exigencias permanentes del entrenador pero más le molestaba el poder que tenía el Ramón. El entrenador tenía manejos poco claros con los jugadores y algunos porcentajes que quedaban por el camino y eso molestaba a la dirigencia en general (hoy todos lo ven como uno de los puntos de inflexión de Aguilaucha y como uno de sus grandes errores pero también hay que recordar que fue apoyado por todo el oficialismo y la mayoría de la oposición. También hay que recordar que la mayoría no quería su regreso hasta que, pasados unos años, entendieron que habían perdido el camino y algunos empezaron a ver en Ramón a una persona que podría sacar presión política). Traer jugadores amigos, manejarse con representantes amigos, hacer negociaciones por  su cuenta para presionar a la dirigencia... eran temas ríspidos y tan intolerables como su manipulación a la hora de hablar con la prensa (nunca bancó que hubiera otra persona con oratoria y capaz de atraer micrófonos, por eso siempre optó por gente de muy bajo perfil). La presión que ha puesto Ramón a DAP con su frase es de ajedrez es el ejemplo de lo que no quería Aguilaucha. Así como hace unos meses Ramón dijo que con él no hubiéramos descendido (dejándole a DAP el sapo de tener que bancarse quedar en evidencia), ahora, faltando poco para las elecciones, lo deja en evidencia si no trae refuerzos dignos (aún sabiendo que será muy difícil atraer a jugadores que juegan en el exterior debido a la coyuntura económica y fiscal).

Ojalá la discusión real hubiera sido acerca de filosofía de manejo y futbolístico, el tiempo ha demostrado que en realidad hubo otros puntos en juego. Lo que no se bancó Aguilaucha (además de no querer compartir el poder que da tener de tu lado la opinión pública), era tener un DT que se metiera en su ¨negocio¨, en su necesidad de comprar barato y vender permanentemente para ¨gotear¨ billetes en alguna cuenta externa al club (Ramón no hubiera permitido que le vendan las figuras y les trajeran 4 de copas). La discusión no era un DT que exige comprar y gastar mucha plata contra DT sin experiencia o ex jugadores capaces de venir porque saben lo que significa estar en River Plate, el tema era no tener a un DT con carácter y trayectoria para discutir y ponerte en evidencia contra DT que aceptaran las nuevas reglas de desarmar constantemente la base de los equipos y rearmar el equipo con jugadores de menor valía. La discusión ni siquiera fue entre un DT sin grandes conocimeintos tácticos (?) (algo que siempre se dijo de Labruna y de Ramón, decían que los ponían a los jugadores en la cancha y que jugaran) y otros con profundos manejos tácticos y un orden austero (supuestamente por eso llegó Pellegrini en reemplazo de Ramón). A este primer cambio, lo siguieron DT como Astrada, Gorosito, Simeone... que no tenían experiencia pero más que austeros resultaron manipulables.

Aguilaucha nos hizo creer que la discusión era entre ¨escuelas¨ como las de Labruna y Ramón (manejo permanente de muchas figuras experimentadas) frente a la de Pellegrini, Bielsa, Martino, Pekerman (más allá de las diferencias tácticas, todos trabajan mucho la táctica, son rígidos y aprovechan los recursos del club), habló de modernización y manejo inteligente de los recursos y todos vimos en que quedamos. El resultado no es que una escuela es mejor que otra sino que nunca discutió una u otra. La política de saqueo de esta década demostró que sin jugadores capaces de ser protagonistas, en instituciones como River Plate caes en graves riesgos. La estrategia de defenderte, encerrarte, dejarle la iniciativa constante al rival e intentar destruirlo es muy productiva para un equipo chico sin aspiraciones o con la aspiración de encontrarse con muchos equipos incapaces de destruir estas tácticas (muy posible en la mediocridad actual), no nos sirve. Puede quedar pendiente la aspiración de volver a las fuentes y la mejor aspiración de juego, lo que nos dejaron claro es que para vestir la camiseta millonaria, si o si, se debe contar con una base digna y capaz de enfrentarse a tácticas de obstrucción o destrucción.

Por Charro.