Levántate y anda

Supo guiar a un equipo a la copa del mundo, ahora debe guiarnos fuera del pozo

Así como hace 5 años no estuvimos preparados para ver la estafa del gordo y hace 3 nadie estuvo preparado para pelear contra el vaciamiento de nuestro club, hoy siento que los hinchas de River Plate no estamos preparados para pelear este momento.

Hoy la gente de River se divide entre los que descreen de Passarella a los que creen ciegamente en el presidente. Pareciera que no hay muchas posibilidades de encolumnarse en busca del único objetivo que debiéramos tener, levantar ya a nuestro amado club.

La situación es muy complicada y compleja, es difícil encontrar algo desde donde sostenerse y por eso aparecen los mensajes de quienes dicen que compraremos a los mejores del mundo y quienes creen que descubriremos las profundidades del mar. La realidad es que no tengo porqué creer una cosa ni la otra hasta cerca del cierre del libro de pases del próximo torneo.

Estamos en una situación demasiado delicada; jamás pensamos que podríamos estar ahí y por eso nos encontramos sin poder enfrentarla y temiendo lo peor, pero como es habitual en estos casos, estamos escondiendo la cabeza sin saber que es lo mejor.

Nuestro señor presidente, elegido hace sólo 4 meses, no está haciendo nada diferente a lo esperado (por lo menos en las apariencias). Nunca fue un orador, nunca quiso presentarse a un debate entre candidatos, ni se sintió cómodo ante las conferencias de prensa, ¿por qué ahora lo haría? El error es que River debería tener una persona que se ocupe de informarnos los actos de gobierno, para eso debería estar el departamento de prensa. ¿Qué puede hacer hoy Passarella en una conferencia de prensa? Decirnos que confía en Astrada y que tiene todo su apoyo (pero podría despedirlo si pierde unos partidos consecutivos más), prometer la llegada de unas cuantas figuras muy importantes para los próximos meses (empezando un sin fin de especulaciones que encarecerían el precio de esos jugadores en el mercado), decirnos que la auditoría estará lista en unos meses más (otra promesa), hacer un análisis de los primeros 4 meses (no es el momento, todos pensamos en el equipo que no suma puntos)… La conferencia de prensa solo sirve para generar expectativa y ésta es calmada con una “bomba” y dudo que hoy tengamos alguna bomba para tirar. Muy por el contrario, es indispensable una comunicación casi permanente para calmar la ansiedad que tenemos todos y para eso alguna persona de peso de este gobierno tiene que aparecer. No es necesario que sea el presidente porque desgastaría su figura pero alguien tiene que decirnos que se está haciendo cosas, que saben que el camino elegido es el correcto (al menos sabríamos que hay un camino). Dónde sí debería estar el presidente, es en el vestuario, en la concentración. No debe inmiscuirse en el trabajo del técnico pero si debe saber que se está haciendo y debe imponer a los jugadores de la institución las normas del momento y exigirles el compromiso que en ciertos casos no se ve.

Nuestra barra brava se piensa que amenazando a jugadores logrará que estos empiecen a jugar al fútbol sin entender que son malos jugadores y que solo se les puede pedir actitud cuando miran pasar la pelota o cuando se desconcentran y cometen horrores defensivos, la pregunta sería, ¿cómo lo harán si no miran el partido y se dedican a meter canciones sobre sus luchas y su recuerdo por Gonzalo?

Nuestro director técnico está sin brújula. Parece esperar que vengan nuevos jugadores pero mientras tanto no ayuda para salir del pozo. Ha intentado con todos los jugadores y todos los planteos tácticos pero no tiene idea por cual definirse o a quien darle confianza. Los jugadores están deambulando sin saber que les espera y sin saber como deben jugar. ¿Qué se puede decir de los jugadores? Los podríamos dividir entre los que ya piensan en el retiro y los que no pueden hacerse cargo de la situación. Entre los que saben que se van y lo que saben que serán suplentes en el futuro cercano, entre los que no tienen categoría y los que pierden su categoría en medio de la mediocridad generalizada. Ahora se juega por Ortega dando un último manotazo de ahogado.

Respecto a la dirigencia se puede seguir hablando pero es obvio que no está la unión que necesita el momento. Siguen buscando su cuota de poder, algunos esperan reencontrarse con las “ventajas” del pasado y otros esperan aniquilar a todo el que no esté cerca del actual poder. En medio de todo esto, aparecemos los hinchas sin ayudar demasiado. Están quienes odian visceralmente a Passarella y esperan su fracaso para decir que tenían razón (como si pudieran desligarlo del fracaso de River), están los que no lo creen capaz y por eso despotrican, están quienes pueden decir que creen en él sin ver las señales de que hay un camino correcto elegido (fe ciega que le dicen) y finalmente estamos los que no sabemos en qué creer y vemos como se van acortando los tiempos para cambiar el rumbo que nos dejó la anterior dirigencia. Para colmo de males nos vamos acercando a una situación de la que habló Enzo y que en algún momento haré el posteo. River Plate es la mejor hinchada a la hora de pelear un campeonato pero podría ser muy autodestructiva peleando por no descender.

Creo que este es el momento exacto para ponerse los pantalones largos y que cada parte haga lo que corresponde. El presidente debe guiarnos fuera del desastre, los hinchas debemos apoyar y exigir el cambio de rumbo, los jugadores deben tomar conciencia del momento que se vive y multiplicar su lucha por cada pelota porque hoy vale oro y además deberán entender que los partidos terminan cuando el árbitro pita el final y no cuando reciben un gol y a los dirigentes habrá que exigirles el sacrificio por River Plate. No es hora de las soluciones mágicas ni de los seres mesiánicos, es hora de enfrentar la situación.

Por Charro.