Revertir el derrotismo

Hasta este se agranda con nosotros...

Durante estos tiempos de decadencia futbolística hay una situación que se hace cada vez más evidente con respecto a los rivales, todos, hasta los más chicos, a la hora de plantear un partido frente a River pierden el respeto de enfrentarnos, esto sucede inclusive en el Monumental.

Tristemente ya nos estamos acostumbrando a que River Plate no infunda el histórico miedo a los rivales que siempre generó. Es más, en algunos casos esa sensación de inferioridad se trasladó a nosotros que solemos ir de visitantes “a ver que pasa”. En el Monumental la cosa cambia pero observamos como equipos que históricamente se conformaban con no salir goleados de nuestro estadio ya no se meten atrás sino que plantean el partido mano a mano en busca del triunfo.

En el discurso de los rivales se detecta un patrón homogéneo, se utilizan frases que hablan sobre un grande dormido y golpeado y siempre aseguran que existe el riesgo latente a que despierte y recupere algo del brillo pasado. Hasta ahí todas frases de cassette para no levantar polvareda ni romper códigos con sus colegas riverplatenses.

Lo que nunca me había puesto a pensar es sobre las charlas puertas adentro antes de enfrentarse con River Plate. Una punta la dio, paradójicamente nuestro nuevo técnico, al referirse sobre Vega como “el sin manos”. Supongo que hablarán, utilizando palabras más fuertes; sobre la endeblés defensiva, la falta de poder ofensivo y las pocas respuestas anímicas de nuestros jugadores. Nada que pueda sorprendernos.

Ayer volví del trabajo escuchando el programa de Perfumo. Durante una parte del programa se comunicaron con Eduardo Domínguez para hablar sobre la gran remontada de Huracán. La nota no me generaba el más mínimo interés hasta que se refirió al momento en que el plantel hizo el clic que les cambió la cabeza. Domínguez se refirió a una reunión entre todo el plantel que tuvieron luego de la derrota con River en el Monumental (luego hilvanaron 5 triunfos seguidos y nosotros 4 derrotas y 1 empate).

Allí tomaron conciencia que habían tocado fondo, perder con River, aunque sea en el Monumental, es a lo más bajo que estaban dispuestos a llegar. Eso es lo que deben pensar la mayoría de los planteles del fútbol argentino. Enfrentar a este River Plate es medirse con uno de los rivales más accesibles del torneo con el plus adicional de la histórica repercusión mediática que trae aparejada una buena actuación frente a nuestro club.

La tarea de Cappa en lo inmediato será cambiar esa mentalidad perdedora y derrotista que envuelve al plantel de River Plate, si no se comienza por allí no habrá esquema táctico o tiki tiki (detesto ese mote) que valga. Haberse bajado del avión e inmediatamente ir a dirigir su primera práctica es una buena señal. Jugar en el Monumental frente a uno de los punteros, con muy pocas prácticas encima y para colmo con un clima que se puede poner espeso por el enojo de la gente por otro desplante hacia Ramón Díaz es una muestra de valentía y compromiso con el plantel. Tal vez estas señales sirvan de ejemplo para que los jugadores asuman su responsabilidad de manera distinta a la que nos tienen acostumbrados.

Por: Enrique