Gira mágica y misteriosa

Un reconocimiento ganado a puro fútbol

Los últimos días de 1951 fueron el inicio del ciclo más brillante del club. En esos días un grupo de jugadores, cuerpo técnico y algunos dirigentes emprendieron viaje hacia Europa y dieron las últimas puntadas para armar el nuevo equipo con los jugadores que habían quedado luego del éxodo por la huelga del 48. En esos 3 años Racing había logrado el primer tricampeonato argentino mientras River se dedicaba a rearmar al equipo. Habían llegado Walter Gómez, Vernazza, Pizzuti… desde las inferiores llegaron Zárate y Carrizo, habían sobrevivido al éxodo Labruna, Luoustau, Yácono, Prado, Ramos, Ferrari… El entrenador Minella estaba haciendo un gran trabajo…

Luego del partido a beneficio de los familiares de las víctimas del accidente aéreo de los jugadores del Torino, River había logrado tener contactos en Europa y hacerse más reconocido y respetado. Se había hecho costumbre hacer giras por el exterior y dado el éxito que brindaba el fútbol exquisito del equipo millonario, los llamados se multiplicaban. En diciembre 1950 y 1952 viajó por Colombia y América Central mientras que en los primeros días de 1952 hizo la gran gira por Europa. Así era la pretemporada, desparramando fútbol alocadamente por otros rincones del mundo.

La gira empezó en Bilbao el 20 de diciembre. El avión llegó poco antes del partido y el clima no ayudó en la aclimatación, bajo un frío y lluvia torrencial, las piernas de los argentinos no respondieron y perdieron 5 a 2. Parecía un mal presagio pero los jugadores les pidieron a los dirigentes que arreglaran una revancha. La revancha no se dio pero a cambio se consiguieron otros 2 partidos en España. Del país Vasco se fueron a Madrid y a las 72 horas se jugó ante el Real (otra vez con menos de 2 días en la ciudad). El club merengue llevaba 20 años sin perder partidos internacionales de local, sin embargo, en un gran partido River logró vencer 4 a 3 y 2 días después (Navidad) logró empatar 3 a 3 contra el Atlético. Los diarios escribían sobre el fútbol ofensivo y vistoso mientras el técnico buscaba soluciones a la complicada tarea defensiva.

 El Papa con los jugadores, cuerpo técnico y dirigentes de River

El año nuevo se festejó en Nápoles y el 3 de enero de 1952 se enfrentaron River y Nápoli, el resultado fue una victoria 2 a 1 y de allí la gira continuó por Roma (donde vivieron la gran emoción de conocer al Papa) empatando 1 a 1 contra la Roma el 9-1-52, el 16 se jugó en Turín frente al Torino (3 a 3), el 18 ante un combinado de jugadores de Milan e Inter (3 a 3 y jugando con varios suplentes), el 20 se fue a Suiza para enfrentar al Lugano y allí desplegó una fiesta aprovechando las ventajas que dio el rival (9 a 0), volvió a Italia para jugar con un combinado del Genoa y Sampdoria (otra vez se empató 3 a 3) para finalmente volver a Suiza y ganar el 27 de enero por 4 a 3 al Servette de Ginebra.

La gira llevaba más de un mes pero no había descanso y el crudo invierno los seguía persiguiendo pero Minella aprovechaba delinear el mejor equipo para el torneo local, el 29 se jugó en el Parque de los Príncipes frente al Racing de Paris para volver a empatar 3 a 3 y el 2 de febrero llegó la frutilla de esta gira.

 

 En aquella época ya daban más y mejor información de la que hoy da el departamento de prensa de River. Manchester City recibe a River Plate              

River llegó a Manchester y se enfrentó al Manchester City sabiendo que nunca antes un equipo argentino (ni la selección) habían logrado vencer en aquellas tierras. Se vivió como un gran acontecimiento y River volvió a demostrar el nivel de su juego, venció por 4 a 3 y se convirtió en la gran noticia deportiva en Europa y Argentina.

Los últimos partidos los jugó en Vigo (ante el Celta con quienes se empató otra vez 3 a 3) y terminó jugando en Lisboa frente a un combinado de Sporting y Benfica al que se le ganó por 5 a 1. La gira fue maravillosa para River, en todo el continente hablaban de sus jugadores y esto se multiplicó años después con la llegada de Di Stéfano y Sívori. 6 victorias, 7 empates (6 por 3 a 3) y una derrota fue una buena carta de presentación.

Fueron años muy ambiciosos y con proyectos claros, donde a ningún dirigente se le ocurría decir estúpideces que sonaran bien al hincha, como tuvimos oportunidad de escuchar hace unas semanas a Cavallero diciendo que la pretemporada no le importaba si River no estaba preparado para ganarle a los bosteros en Mar del Plata. Con dirigentes así se puede ganar algún partido pero se pierden todos los campeonatos (los económicos, los institucionales y los deportivos).

Me pregunto, habiendo sido el encargado de prensa del último período de la presidencia de Aguilaucha, o sea quien tenía la tarea de enceguecer y engañar a todos los hinchas de River durante el peor período de la historia de nuestro club, no haría bien en llamarse a silencio?

Por Charro.