Nuevos cursos de magia en River Plate

Ya no saben que inventar para esconder las tranfugueadas que se mandan

 Nunca fue fácil ir a ver a River Plate, la desorganización fue una constante de nuestro fútbol. Cuando era chico recuerdo los grandes empujones y codazos frente a las ventanillas, los días de partido uno sabía que debía “pelear” por su entrada, más que nada era por tener el precio de la popular o por conseguir un mejor lugar pero finalmente casi siempre se conseguía entrar, era parte de la pasión, ser hincha del más grande siempre implicó sacrificios.

Todas las dificultades que había para el hincha en el pasado, fueron multiplicadas en esta década. Desde que los grandes genios de la (in)seguridad decidieron terminar con la violencia permitiendo que ingresen a la cancha los violentos e impedir que vaya la familia (estos políticos son casi tan culpables de que las familias ya no vaya n a la cancha como los son las barras), cada vez es más complicado entrar a la cancha. El ingenio y los métodos son interminables cuando hay una pasión de por medio, entradas falsas, chamuyo, contactos indefinidos… todo vale para el hincha. Cada fin de semana hablamos un montón de gente que está podrida de usar el celular para intentar contactarse con gente que pueda tener una entrada, este año se sumó la locura de estar durante horas frente a una computadora peleando con internet para luego hacer interminables colas.

La falta de respeto cada vez tiene nuevas formas y buscan seguir jugando con la pasión del hincha que busca la forma de ganarle a los burócratas y dirigentes estafadores. Ahora hay que pelear sin descanso cada fin de semana, para ir de local y de visitante. Ya no importa que nos den 20 mil entradas porque como dice la canción, tampoco alcanzan. Supuestamente debería ser más sencillo ir a ver a River Plate, se juega en el Nacional B, frente a equipos más chicos (?) y con mayor cantidad de entradas sin embargo cuando hay que complicar a los hinchas de fútbol siempre se puede inventar una complicación.

Instituto decidió jugar en el estadio Kempes pero pone la platea a $150 con lo cual no las tribunas no estarán llenas. Decisión estúpida pero mejorada por nuestra dirigencia. Finalmente decidieron no vender entradasen Buenos Aires… ¿Por qué? La excusa es que habrá recitales que impedirán que la venta se lleve en término (?), ¿la real? Nos entregaron 3 mil populares y en lugar tener tanto quilombo prefirieron entregárselas a las filiales, a la barra, a los dirigentes y a los allegados de éstos. Así y todo se quedarán cortos.

Los dirigentes de Instituto crearon un problema al poner la platea tan cara y entregar tan pocas entradas y esto les dio la excusa perfecta a nuestros dirigentes para devolverles el problema como un numeran. Instituto había decidido vender las entradas por la página de su sitio web y en distintas ciudades de la provincia, el sistema colapsó antes de iniciarse y a esta altura vaya uno a saber cuantas lograron venderse. Instituto no tiene idea como hacer para vender y entregar tantas entradas (salvo que pongan 100 boleterías para entregarlas, no se como harán). El público cordobés es más tranquilo y no conocen de la avidez del público millonario que sabe de estadios que no alcanzan.

La realidad es que un hincha de River Plate tiene que empezar a hacer cursos de magia o agudizar su ingenio para conseguir una entrada porque los límites para impedirnos ir a la cancha no tienen límites, cada semana hay una historia diferente y solo hace falta preguntarse cual será la de la semana siguiente. 

Por Charro.