"Se pueden arreglar campeonatos enteros, como el de Boca de Ischia." Javier Ruiz árbitro "Ehhehh, eh yo pienso de que ehhehh eeeehh (?)." DAP "No estén cagados." Daniel Passarella

lunes, 21 de enero de 2013

La lumpenización (?) del fútbol... (?)

Locura en las instalaciones de NOB. Una batalla campal entre violentos y con familias alrededor

Siempre se dice que el fútbol es una clara expresión de la sociedad argentina y por ello no es de extrañar que demasiado seguido tengamos motivos para hablar sobre la violencia. Lamentablemente estos hechos son tan continuos y comunes que los hechos más brutales o increíbles nos van motivando a reincidir en el tema y en las palabras que caerán en pozos ciegos donde quedarán enterrados hasta que tengamos un nuevo acto salvaje o escandaloso. 

El hecho que me motiva a escribir a estas horas probablemente sea la brutalidad vivida en Rosario pero tranquilamente podría haber sido la situación vivida en Mar del Plata con la barra bostera o la queja generalizada por el maltrato de la policía bonaerense en el ingreso de la gente de River Plate (de la que hubiera escrito en la semana porque esta vez no me tocó vivirla y muchas veces escribí al respecto) o por la sorprendente historia del arquero (ex)/ (ex) barra (?) de Instituto o por el hecho de que se hayan jugado 2 veces 2 clásicos en días consecutivos entre los 4 equipos más grandes, con las barras más difíciles de controlar por la cantidad de grupos que las componen, con enemistades muy peligrosas, controlándolas en 400 km de viaje, juntándolas en una ciudad muy grande con muchos lugares públicos para que se encontraran y se pudieron jugar con una docena de miles de hinchas por bando (cuando hay una empresa privada es posible, cuando lo que cuenta es el hincha y el club pasa a ser imposible). 

Como se puede ver, motivos hay muchos y permanentes pero lo sucedido en Rosario sobrepasa lo intolerable. Nos acostumbramos a hacer tolerable lo intolerable pero esto supera lo destructivo que tiene la violencia que se vive en el fútbol. El maltrato policial y dirigencial generan violencia, la connivencia de barras con los políticos, organismos de (IN)seguridad y de (IN)Justicia generan violencia, los negocios entre ellos que terminan afectando a los hinchas generan violencia, las peleas entre diversos grupos por adueñarse o no perder el poder sobre los negocios ilegales creados alrededor del fútbol generan violencia, obligar al hincha a sufrir vejaciones permanentes para conseguir una entrada y muchas veces ni siquiera poder ingresar a verlo a pesar de haber pagado la entrada y viajado centenares de kilómetros (sin siquiera devolución de gastos) generan violencia y así podría seguir con muchos hechos que nos generan violencia a los hinchas pero cuando la violencia se generaliza a cantidades incontrolables y no se hace nada, sabemos que esto se agravará y profundizará en otras localidades.

Es normal que los mismos hinchas se anticipen a los futuros hechos violentos, que se denuncien y que finalmente no pase nada (ante la publicidad y anticipación, los organismos de (in)seguridad quedarían en evidencia y prefieren hacer un ¨llamadito¨ para impedirlo), en este caso, todos sabíamos que este partido no se debía jugar, durante semanas se habló de jugarlo con o sin público visitante y de jugarlo o no hacerlo, finalmente se hicieron las cosas a medias, por cuestiones económicas se jugó y por seguridad se planteó hacerlo sin visitantes. No importaron las bombas molotov de la semana, ni destrucciones de negocios partidarios, ni amenazas, ni jugar un partido innecesario; llenar 2 canchas y televisar 2 partidos para todo el país era más interesante. Impedir la violencia en una ciudad que vive un hecho extraordinario (un equipo descendido), donde todos estan mezclados y fanatizados, donde la policía convive y arregla con las barras (lo que viven los hinchas visitantes al llegar a Rosario es único y la peor demostración de impunidad, la cual quedó muy en evidencia cuando se supo que el hijo del jefe de policía de la provincia era representado por el jefe de la barra de NOB) es misión imposible (quedó demostrado en varios clásicos). El problema no es la custodia de los barras sino que el foco de violencia puede estar en cualquier lado porque todos conocen que hay zonas liberadas y que todo vale (que le pregunten a los jugadores de Central atacados por sus hinchas el año pasado, a Almeyda que vio a un hincha de Central que robaba la ropa del plantel mientras él daba la charla técnica en ese vestuario, a dirigentes visitantes agredidos por dirigentes locales, hinchas del club que ingresan al campo de juego a robar, una ciudad incendiada cuando se consumó el descenso de Central y así infinidad de hechos que nunca fueron prevenidos ni castigados .

Desde que Argentina vivió el endiosamiento de la cultura del aguante para fanatizar a las masas por una bandera/barra/confrontación (y lograr así convencer a quienes no tenían plata, para que vean una tribuna en lugar de un partido), la violencia generalizada se multiplicó. Hoy todos hablamos de la violencia de las barras porque es criminal pero la violencia del hincha/sociedad es casi tan peligrosa como la de los delincuentes. La lumpenización conseguida por la cultura del aguante no sólo bosterizó al hincha de River Plate, hizo que un plateista sea más peligroso que una persona que suele ir a la popular (por un cuestión de facilidades para la agresión). La violencia generalizada es el mejor escondite para los delincuentes de la barra. Qué diferencia hay dentro de la tribuna entre el que le tira cosas a un jugador, le tira un cartel a un cuerpo técnico, amenaza a periodistas, canta canciones xenófobas o que buscan la violencia, que destruye el propio club por disgusto con sus dirigentes, que golpea o le tira cosas contundentes a unos hinchas emboscados o apretados en una tribuna visitante con un barra brava? Uno es delincuente y el otro no? Uno tiene negocios ilegales alrededor del fútbol y el otro no? Alguna diferencia más?

Sin duda el tema es muy largo y excede al fútbol y a la sociedad argentina pero cuando se empezará a tratar el tema en lugar de patearlo para adelante? cuando se harán cargo todas las partes de sus culpas? La lumpenización del fútbol fue beneficioso para todos (TV paga, dirigentes ladrones que endulzan los oídos de los hinchas mientras roban, planteles paupérrimos porque lo importante es saquear, periodistas que no estan preparados para analizar partidos pero pueden endiosar a los hinchas, creación de filiales con fines políticos para nada santos, políticos que pueden manipular masas, barras que se esconden en la masa...) pero se les fue de las manos.

Solo hay un par de cosas seguras, no se solucionará ahora y cuando se haga será tarde.
Imagen bajada de twitter
Por Charro.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Santa Fe,la provincia del Che Y de Olmedo,de Libertad lamarque...Está en un momento crítico,las autoridades no quieren tomar el toro por las astas.Excelentes funcionarios que se distinguieron por su gestión municipal han caído en el descontrol y vacío de pòder ante sus fuerzas del orden,desde el maridaje con el narcotráfico y el dejar hacer a los violentos..

Anónimo dijo...

los desórdenes del fatídico 26J del 2011 fueron una mancha venenosa frente al día del descenso canalla..Estaba por laburo en Rosario,destrozos,heridos,media ciudad escondida en sus casas,la cana ausente hasta que se consumó la barbarie..No pasó nada,la AFA hizo silencio en complicidad con los medios.Ni La Nación y sus meticulosos periodistas comentaron en profundidad tanta violencia..

Nico dijo...

La mafia más grande y poderosa de todas es la policía. Monopolizan la violencia y las armas de forma legal. Actúan con siniestra impunidad, pero lo disimulan "sirviendo a la comunidad". Contra ellos, ninguna medida política ni judicial será efectiva.
Perdón por mi pesismismo, pero es lo que creo.
Saludos,
@nicolinov

Anónimo dijo...

la solucion esta en manos de los politicos es voluntad politica

Mr. Twiter dijo...

Emiliano Raggi. ‏@emilianoraggi
Muy d acuerdo c @arielsenosiain: el nacimiento hace tiempo ya d esta nueva raza d hinchas q sin ser barras adoptan su mismo comportamiento.