¨no te preocupaste cuando mentiste, no nos preocupamos que hayas muerto¨. Los hinchas de Liverpool no olvidan
Hace unos días pasó a peor vida (por lo menos eso nos enseña la religión) Margaret Thatcher, conocida como ¨ la Dama de Hierro¨. En nuestro país muchos lo vivieron con indiferencia y hasta con algún dulzor y otros lo lamentaron o halagaron a quien defendió los intereses de su país (?). Es irónico y lamentable que un país que sufrió la pérdida de tantos compatriotas tenga tantos esbirros para defender a un personaje nefasto en la historia moderna. Más allá de que muchos la idolatren por ser una de las más férreas propulsoras del neoliberalismo y que haya aprovechado la estupidez de nuestros gobernantes para, usando vidas argentinas, mantenerse más tiempo en el poder y así afianzar sus políticas avasallantes y destructivas.
Pasados 30 años, pocos pueden discutir su política de destrucción del Estado como regulador y cuidador de sus ciudadanos para transformarlo en un vehículo para aumentar el poder de los poderosos y sojuzgar a quienes no tienen capacidad para defenderse (algo así como una nueva realeza). La primera ministra aprovechó cada posibilidad que se le presentó para acentuar su política económica y se la llamó Dama de Hierro porque no tuvo empacho a la hora de hacer cualquier barbaridad y golpear con dureza y sin escrúpulos a quienes no tenían forma de defenderse.
El hundimiento del buque General Belgrano fuera de la zona de guerra y en dirección contraria no es más que uno de los tantos ejemplos; los irlandeses, galeses y escoceses (tanto como las clases trabajadoras) la sufrieron durante todo su mandato. La destrucción de la industria minera (no por cuestiones ambientales sino por la entrega de recursos a privados) o los famosos ajustes salvajes fueron parte de su legado para el mundo.
Este lunes se cumplieron 24 años de una de las acciones más salvajes y escandalosas de su mandato y que sirvió para que toda una ciudad la odiara de por vida y sin olvido ni perdón. El principal equipo de la ciudad de Liverpool (que se vanaglorian de Los Beatles y de su odio a ¨Maggie¨) jugó en Hillsborough por un partido semifinal de la copa inglesa y hubo 96 muertos dentro de la tribuna repleta (algo similar a lo que pasó en la puerta 12 del Monumental pero con la diferencia que acá se hizo adrede). La policía cerró las puertas, impidió que se acercaran las ambulancias y así pereció tanta gente aplastada. La acción policial fue tapada por la Primera Ministra y le echaron la culpa a los hooligans y brutalidad de los hinchas para hacer todas las reformas que quería Thatcher. La lucha inclaudicable de familiares e hinchas durante 24 años permitió que el actual Primer Ministro pidiera perdón por el accionar policial y del gobierno de entonces (la nota de Fernández Moores permite recordarlo).
¨Iremos de fiesta, la bruja está muerta¨. La justicia suele ser tardía con muchos...
Por este hecho (sumado principalmente a la masacre de Heysel donde murieron 39 hinchas de la Juve por un ataque de hinchas de Liverpool), Thatcher hizo una reestructuración del fútbol. La mayoría (por desconocimiento) la elogia como punto final de la violencia de los hooligans en los estadios pero muy diferente lo ven los hinchas ingleses (en la nota de Salvemos al fútbol hay muy buenas consideraciones). Para muchos, la Dama de Hierro mató el fútbol inglés. Decidió eliminar a los hooligans impidiendo su ingreso (debían entrar con documento de identidad y hasta intentó que lo hicieran con el pasaporte, esto impedía que las clases bajas vieran los partidos), se modernizaron los estadios (ubicaciones, todos sentados y sin alambrado, accesos seguros...), se sacó a la policía y se puso seguridad privada, cámaras de video, prohibición de vender entradas el día del partido, proliferación de abonos caros, derecho de admisión, registro de hinchas... la buena noticia es que el próximo año, cuando se termine con el registro de hinchas, solo faltará quitar los alambrados y ya no habrá más violentos en nuestras canchas (?).
Como bien dicen, no todo lo que reluce es oro. El modelo trajo al mismo tiempo que las entradas inglesas sean 5 veces más caras que en el resto de Europa, estan las llamadas ¨tribunas familiares¨ (no pueden ir hombres solos (?) sino que deben ir con mujeres) y la cancha ya no es una cuestión de aliento sino de un negocio (negocios de venta por todos lados). La transformación permitió los grandes que eran el objetivo de la Primera Ministra, la televisación estatal fue entregada a la TV prepaga (casualmente a un amigo del gobierno), los clubes cotizaron en bolsa y sus dueños se hicieron millonarios para luego revender sus acciones a capitales extranjeros (magnates rusos y de USA, jeques y hasta gobernantes prófugos de Asia). Muchos clubes tienen deudas inmanejables por los manejos inescrupulosos (incluidos clubes como los de Manchester) durante estas décadas y varios otros descendieron debido a esos manejos que ya los fundieron y no tuvieron capacidad para encontrar un millonario que los salvara momentaneamente (el periodista David Conn tiene su columna en The Guardian y escribió algunos libros sobre el tema). La carnada para estos nuevos dueños son los contratos televisivos que esconden los vaciamientos hasta que son imposibles de sostener.
Varias de estas medidas y consecuencias ya se vivieron en el país y de muchas otras estamos muy cerca (salvo la de eliminar a los violentos). Grondona ya aprovechó para regalarnos buena parte de las medidas salvo la de dar el marco para el ingreso de millonarios (supongo que por una cuestión de poder), la destrucción de la que hablan los ingleses (les cuesta sacar jugadores oriundos de Inglaterra) es un modelo que reluce en su capa superior pero hace muchísimo daño. Nosotros vivimos buena parte de esas medidas y no faltará mucho para completar el resto (de hecho Macri las empezó a implementar en Boca y hoy se pueden ver títulos ¨comprados¨ con tribunas vacías y varias consecuencias que se cubren en la mugre de nuestro fútbol general). Como dice Naomi Klein, la doctrina del shock permite medidas impensadas y destructivas. El vaciamiento del club, descenso deportivo, fanatismo, paracaidistas son algunos de los condimentos para tener un fútbol para algunos pocos. En las próximas elecciones no habrá que olvidar ni cerrar los ojos y la nueva dirigencia tendrá que observar como se moderniza el manejo del fútbol y del club sin entregar el club a un nuevo ¨rico y poderoso¨.
Por Charro.
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