Vamos los pibes...

Un plantel con pibes que esperemos disfrutar en primera división

El trabajo de inferiores no es fácil pero lo bueno es que River Plate tiene la receta de trabajo y buenos ingredientes. Sabemos que el menú que sale de las inferioes es muy rico y ahora sólo falta saber si hacemos el mejor menú de todos. River Plate siempre se identificó por sacar grandes jugadores de sus inferiores hasta que Aguilaucha dio su golpe más certero al haber destruido estupidamente el trabajo que se venía realizando cuando trajo a un personaje que demostró no tener idea sobre inferiores y dejó de lado el pasado glorioso. El gran problema que tiene este trabajo es que los resultados se ven a los 6 años o más y para quienes no estan dentro del trabajo cotidiano, la única forma de saber si se hace bien o mal el trabajo es viendo los jugadores que llegan a primera división (por eso hay que esperar tanto tiempo, el trabajo de enseñanza es cotidiano pero los resultados reales aparecen cuando el chico ¨se recibe¨ de jugador de primera división.

La enseñanza no es para cualquiera e implica grandes conocimientos (en muchos casos mayores a los de un entrenador de primera división). Este trabajo extraordinario perdió el respeto generalizado, por un lado, quienes antes tenían este talento, hoy prefieren estar frente a las ¨luces¨ de las cámaras que dan la primera división y por otro lado, cualquier técnico que no llega a primera opta por llegar a las inferiores. La enseñanza consta de tantas partes y variables que debería tener un grupo enorme y cantidad de preocupaciones (desde abogados, psicólogos, educadores de secundaria, ex jugadores del club, gente que decida los videos de fútbol para ver...). En algún momento en el blog nos plantearon que River Plate se equivocaba al recepcionar decenas de pibes en la pensión en lugar de tomar unos pocos de calidades extraordinarias y formarlos para que sean fantásticos. La verdad es que estos planteos pueden darse una vez que estamos encaminados (buen ejemplo para lo que pasa en la política del club), primero hay que ver que se tomó el rumbo correcto y luego ver si se puede mejorar.

Cuando todas las cosas estaban mal (allá por el 2008), cuando no había plantel y menos había respuestas en las inferiores, todos hablaban de la categorías 91-92 que traían un aire fresco extraordinario (aún eran chicos de 16 a 17 años), jugadores a lo que había que aguantar para no destruirlos en el camino. En ese grupo los más grandes eran Chichizola y Mussacchio (categoría 90) y luego estaban el Keko Villalba, Mauro Díaz, Lamela, Cirigliano, los Funes Mori (todos estos jugadores debutaron anets de tiempo), Pezzella, Gonzalez Pirez, Martinez... esta categoría ganaba en cada torneo de inferiores que jugaba y deslumbraba. A ellos se sumaron los chicos que el año pasado ganaron la Copa Libertadores sub20 (categoría 92-93) donde se vislumbraban otros posibles refuerzos (Kranevitter, Servio, Solari, Silguero, Vega, Espíndola Lopez, Balanta y varios más que aún no debutaron) que se sumaban al ya debutante Lanzini.

El camino de estos chicos es muy ¨delicado¨ y debe ser muy trabajado porque en el medio surgen muchos ¨detalles¨ que antes eran impensados. Esta semana escuché a un hincha que había estado con la anterior gestión de Racing y decía que lo peor del fútbol para un hincha que entra a ser dirigente, es bancarse la cantidad de gente ajena al fútbol que se lleva la plata mientras los clubes siguen pobres y bancarse a los pendejos que ya se creen estrellitas al jugar un par de partidos. Ante tantas ¨distracciones¨, la educación se hace más que indispensable (incluso se debería trabajar con los padres). 

Lo que pasó luego del partido entre argentinos y uruguayos por el partido clasificatorio de la sub 17 para el Mundial es gravísimo, peca en todo sentido en la formación de los chicos y demuestra del valor que tiene un cuerpo técnico formador de jóvenes. Así como se señala la vergonzosa actuación de los chicos al terminar el partido (se empató con un gol ilícito en el descuento con 2 jugadores de menos y allí descargaron todas las cargadas imaginadas por lo que habían soportado durante el partido, se armó una gran trifulca que al día siguiente siguió por internet con frases maleducadas, hirientes y llenas de odio hacia los uruguayos). Es cierto que los chicos de River Plate no fueron los protagonistas de primera fila (había 5 titulares en ese equipo) pero Diussi fue uno de los más terribes por tuiter (aunque al día siguiente salió a  pedir disculpas). 

El haber llegado a la final del mundial de clubes sub17 demuestra otra vez que se está en un camino serio y que solo habrá que replantearse los detalles para mejorar. En la fase clasificatoria se perdió solo un partido y se ganó el resto. Se perdió ante el Real Madrid (y se golpeó la ilusión de los pibes de una forma escandalosa cuando expulsaron tan mal al central Mammana que luego no lo suspendieron y permitieron que jugara ayer la semifinal. De esa falta inexistente llegó el gol de tiro libre. Un buen aprendizaje sobre las injusticias del fútbol) que podría haber provocado una serie de disturbios (por suerte, el DT Messina logró que se mantuviera la mente fría y todos los pibes pudieron jugar el siguiente partido sin ningún suspendido). Ayer se ganó por penales la semifinal ante la famosa cantera del Barcelona (salió 0 a 0 pero River Plate jugó mejor), el arquero Batalla atajó extraordinariamente los 2 primeros penales y todos los chicos metieron sus penales para una ¨cómoda¨ definición (?).

Como siempre pasa con River Plate, esperemos que mañana se le pueda ganar la final al Atlético Madrid pero lo importante para estos chicos fue el roce internacional y la prueba de que trabajando podrán llegar. Como es costumbre, esta final será acompañada por decenas de hinchas de la filial de Madrid y probablemente se acerquen algunas personas de las filiales de Málaga y Barcelona como había sucedido en Perú en la Copa Libertadores sub20. Es cierto, estos chicos recién se sentirán hechos cuando tengan un título con la camiseta de River Plate en primera división pero también se sentirán orgullosos de estos logros y podrán valorar el trabajo con el que llegaron (eso espero).

Por Charro.