Siamo fuori

Ni 6 meses...

Hace rato que nos vienen picando las ganas de hablar de las divisiones inferiores porque es un tema delicado y fundamental para el club. Lamentablemente no se daba la oportunidad y por eso lo fuimos dejando, pero hoy hubo un hecho desencadenante que nos lleva a hablar una parte del tema. Desde que lo escuché a Quintás contar que hay gente que paga para que sus hijos vivan algo así como un reality en las divisiones inferiores del club (convivir con algún futuro crack, sentirse como un jugador de fútbol, contarle a los amigos que estuvo en Argentina como jugador...). Esto no me da tan mala espina como el pensamiento de la cantidad de kiosquitos que se deben estar abriendo en el fútbol de inferiores.

En estos años empecé a ver que hay varios extranjeros en nuestras inferiores, cuando tuvimos al colombiano pensaba que era un hecho aislado pero cuando se sumó a la promesa checa, a un camerunés, intercambio con japoneses de los que nunca supimos nada, el haitiano que está en Independiente Rivadavia, empezamos a sospechar y ahora podemos ver al ecuatoriano Cazares y a varios chicos más que van haciendo sus primeras armas en nuestras inferiores (es muy interesante ver los resúmenes de ESPN de los partidos de inferiores), incluida la promesa costarricense que viene desde el Saprisa donde jugó con el Tortuga Fernández. La pregunta que nos surgía era, ¿cuál será la razón para esta inmigración? ¿Se los compra barato y luego se los vende caro? ¿Es más fácil meter a un testaferro? Sin dudas hay un negocio fabuloso y lo que más lamentamos es que dudo mucho que esa plata le llegue al club. Pareciera que esto no es exclusividad de River Plate ya que la AFA, tomó cartas en el asunto y se está analizando un proyecto de cupo de extranjeros en las inferiores, se comenta que serían máximo 2 por categoría.

Preguntando al respecto nos enteramos sobre un pibe italiano, Francesco Serafino, que venía de la Roma. El chico estaba estancado allá, como la mayoría de los jugadores de inferiores de clubes importantes donde las oportunidades de avanzar son mínimas. El padre consiguió un contacto en Argentina por un trabajo y aprovechó para traer al hijo a la mejor escuela de fútbol de América. El chico se integró muy bien al país gracias a la vida en River Plate, entrenamiento y alimentación de fútbolista, escuela, vida de club y amigos. Con mucho esfuerzo se le estaba cumpliendo un sueño inimaginable para un chico italiano, jugar en River Plate. Todo iba bien salvo por un detalle, el chico no conseguía el DNI argentino por un supuesto problema burocrático. La realidad era que su padre no firmaba los papeles porque no quería que su hijo quede atado al club, poder aprovechar la formación del chico al máximo y tener la libertad para sacarlo cuando surja la oportunidad . El chico estaba feliz acá y lo hacía saber, tenía claro que aprender en las divisiones inferiores de River Plate era un lujo que no se podía perder (decía que el nivel de competencia acá es incomparable con Italia). Las autoridades del club (o los encargados del fútbol amateur) empezaron a presionar para iniciar los trámites ya que tenían entrenando a un jugador que no les pertenecía, no lo podían usar en torneos de AFA y no se aseguraba su ficha. Ayer su padre se lo llevó a Europa sin que nadie se entere.

A priori pareciera que de parte de River las cosas se hicieron un poco desprolijas pero con buena voluntad. Eso no alcanza, porque lo doloroso del tema es comprobar una vez más, la fragilidad y desprotección de River Plate ante cualquiera que quiera sacarle provecho a su estructura sin dejar nada a cambio, situación que se repite en todos los ámbitos del club. Esto es consecuencia de la falta de organización, profesionalismo y demás atrasos que sufre River Plate desde hace, como mínimo, una década y que a medida que pasa el tiempo se acentúa cada vez más.

Por: Charro / Enrique