Titanes en el ring

La policía en ningún momento armó una barrera de contención del lado de Central, libre albedrío rosarino

El partido de ayer fue insólito, todos sabíamos cuanto se jugaba y que iba a ser un partido complejo pero todo lo malo que imaginábamos se cumplió con creces. Habiendo tenido un partido definitorio, lo irónico es que lo más importante estuvo alrededor del encuentro y no en los 90 minutos del partido. Sabíamos que íbamos a un partido de alta conflictividad y que no la íbamos a pasar del todo bien pero lo de ayer fue zarpado. En un posteo anterior escribí que las palabras del jefe del operativo sonaban a amenaza y todos sabemos cual es el trato que reciben los visitantes pero haber hecho unas cuantas camas merecen un trato especial. Ayer no hubo muertos en Rosario de casualidad y obviamente merecerá un posteo por la larga cantidad de barbaridades que se vivieron. También merecerá un posteo el trato discriminatorio que está viviendo el hincha de River Plate y la institución, creo que ayer colmaron el vaso y es hora de reaccionar. Haber compartido tribuna y haber quedado a merced de las piedras rosarinas no tiene perdón (hasta lograron que la barra vuelva a tener, después de muchos años, un papel protector y salvador hacia los hinchas).

 Vaya uno a saber que hacían los borrachos en la platea, sí sabemos que quería hacer la policía

Más allá de las barbaridades que vivieron hinchas y plantel, también hubo un partido que podría haber resultado fundamental y terminó con tantas balas de salva como balas de goma tiró la policía rosarina (merecen semejante nombre esos delincuentes? una chapa les quita el calificativo de delincuentes? los delincuentes no manchan a una institución como debería ser la policía?). El partido se jugó como una final donde nadie quiso regalar nada pero finalmente fueron amarretes con la propuesta y con el juego. Las situaciones de gol fueron mínimas y prevalecieron los golpes y roces por sobre los pases y gambetas. Mucho perjudicó a la propuesta el conocer el empate previo de Instituto, ante ese resultado, el empate no era lo ideal pero tampoco era muy perjudicial para ninguno de los 2 equipos.

Ambos equipos tienen delanteras movedizas y peligrosas, un mediocampo que puede resultar aguerrido y dotado para jugar pero sufren con sus defensas. Ayer tuvieron la ayuda de un árbitro permisivo a la hora de los golpes pero que permitió muchos tiros libres desde los costados. Delfino demostró porqué es uno de los nuevos preferidos del Padrino. El típico sacapartido que pierde el tiempo discutiendo con los jugadores y hace correr el reloj, se aleja de las jugadas conflictivas y dirige bastante cerca para no fallar en las sentencias más importantes.

El 3 pegó sin piedad ni descanso. Después de 60 minutos recibió amarilla y fue sacado por Pizzi.

Tan pobre fue el partido que nadie pudo calificar a Vega porque no tuvo un tiro al arco. La pseudo línea de 3 (Sanchez bajó muchas veces y Ponzio tuvo momentos en que hizo relevos defensivos para impedir que desequilibraran los rosarinos), respondió con varios aciertos y más allá de algunos sofocones y errores, impidió que le llegarán al arquero. Ayer cumplió un digno papel la defensa (Gonzalez Pires tuvo un muy buen trabajo defensivo y Maidana jugó con la más feo pero anuló a Castillejos. FM estuvo flojo pero le tocó el papel que no es propio de él de cubrir el lateral izquierdo) y el medio campo no defraudó tanto (especialmente en la contención del doble 5) pero fue la ofensiva la que estuvo insípida. El Chori tuvo un papel fundamental, fue junto a Ponzio el mejor de la cancha, la pidió siempre y se aguantó solo todo el peso del ataque, nadie se acercó para compartir la responsabilidad o para descargar y sobrellevar el peso del partido. Los golpes que recibió se multiplicaban a medida que el árbitro lo permitía. Cavenaghi había tenido un repunte en los últimos partidos cuando se asoció con sus compañeros del mediocampo pero ayer volvió a la lentitud intrascendente (la jugada en que quedó solo por un error defensivos, mostró nuevamente su torpeza de movimientos, tardó tanto en colocarse en posición de tiro que le dio tiempo a la defensa para ser cubierto) y Trezeguet jugó su peor partido (se notó la lesión), puso voluntad para cubrir la salida y corrió bastante pero no ganó la posición en los pelotazos ni en los cabezazos.

La táctica del partido, empujar y golpear para incomodar al rival.

Fue un partido aparte que fue jugado con toda la presión del caso. Los planteles lo vivieron más como un escollo menos para la recta final que como una oportunidad para aclarar el camino de la recta final. Ambos equipos fueron amarretes y temerosos de las consecuencias que pudiera acarrear una derrota, ahora queda un final abierto para las últimas 3 fechas. Que D´s nos ayude e ilumine y que cuide los corazones de todos los hinchas de River Plate, lo vamos a necesitar.

Por Charro.