No todo es suerte

La suerte no existe pero hay que minimizarla como variable

Cuando hablamos de ¨Sportivo penales¨, ¨teléfono de dios¨, ¨la suerte de los elegidos¨, ¨culo a prueba de todo¨... la mayoría apunta a un mismo nombre, Carlos Bianchi. Que diferencia hay entre Falcioni y Bianchi? Que uno pierde las finales y el otro las gana? Que uno es más vivo declarando? Que uno no se pelea con la prensa sino que la utiliza? Que uno se adueña del club para que no lo caguen y hace y deshace a su antojo? Que uno maneja el vestuario y potencia a sus jugadores mientras el otro se pelea y potencia conflictos? Que a uno se le tolera que haga jugar pésimo a su equipo (sin intención de jugar) y al otro lo masacran? Lo que dejaron ambos en claro es que juegan horrible y no se mosquean en encerrarse en su campo sin generar fútbol o situaciones de gol. Ambos técnicos prefieren trabajar desde lo táctico, lo físico, lo mental y lo defensivo del equipo.

El método de Ramón es distinto, él prefiere motivar al plantel a jugar, a hacerlo protagonista y hacerles entender que son superiores al rival, que deben imponerse con sus armas. Hasta acá estamos todos de acuerdo, sería intolerable jugar como lo está haciendo los bosteros en los últimos años (de hecho, en los últimos años se intentó jugar de otra forma pero se terminó en la misma intrascendencia), la búsqueda de imponer el juego es importante y nos gusta, lo disfrutamos cuando se logra y se duplica cuando se consigue el resultado buscado (vale recordar el partido frente a NOB en el Monumental). No tiene mucho sentido discutir hoy cual sistema o cual entrenador es mejor o cual obtiene mejores resultados, está claro cual es nuestro sistema, nuestro entrenador y con ellos deberemos buscar la forma de conseguir los mejores resultados.

El gran problema surge cuando se dejan cosas libradas al azar. Es cierto que uno de los varios méritos de Ramón Díaz es que suele estar atento a todo e intenta tener todo controlado, sin embargo se equivoca cuando no prevee la posibilidad de patear penales (más sabiendo que se enfrenta con un equipo de Bianchi). Para algunos, practicar patear penales es una muestra de debilidad (?) (es como decirle al jugador que se prepare para los penales y que no podrá ganar) mientras que otros lo hacen independientemente de lo que se planifique para el partido. Hay que terminar con el verso de que los penales son cuestión de suerte. El factor suerte está presente durante los 90 minutos pero eso no implica que dejaremos de practicar. Una pelota puede picar centímetros afuera o adentro del arco, puede desviarse en un defensor para entrar o no al arco, un delantero puede pifiar una pelota y con ello descolocar al arquero o definir como indican los libros pero permitir así el lucimiento del arquero que anticipa la definición, un equipo puede patear 20 veces al arco rival y tener mala fortuna en varias ocasiones mientras el otro equipo ataca una sola vez y se le da todo para que la pelota entre en nuestro arco. En todo puede haber suerte pero es fundamental trabajar cada aspecto del juego para minimizar el factor suerte.

Con los penales pasa lo mismo. La práctica no se limita a patear al arco, el arquero antes de cada partido debe tener a alguien mirando los videos de quienes suelen patear penales (lo suele hacer el entrenador de arqueros. Cual es ese entrenador en el cuerpo técnico de Ramón? Hoy en día, ese puesto cumple una función fundamental) y que le informe (inclusive le puede mostrar la forma en que patean tiros libres y penales), se debe trabajar desde lo mental (hay que prepararse para estar frente a miles de personas y definir un encuentro) y se le debe dar seguridades al jugador (mostrarle las características del arquero rival, mostrarle que se ha estudiado y preparado para depender lo menos posible del error) y fundamentalmente hay que ser lo menos improvisado posibles y ver como está cada jugador fisica y mentalmente.

El martes, antes de patear los penales (supuestamente, si le creemos a Benedetto) había una lista entregada y se cambió sobre la marcha (esto podría ser una decisión luego de hablar con cada jugador), cuando se lo escuchó hablar a Ustari, transmitió una seguridad que dejaba preocupado a cualquiera (su objetivo era acertar el lado donde patearían y obligar a los rivales a ser muy precisos, no tengo dudas que le habían indicado hacia donde patearía cada jugador). 

El nuevo ciclo recién empieza y hay demasiadas cosas para practicar y mejorar pero no es bueno limitarse por prejuicios o no intentar hacer lo mejor posible en un rubro porque creemos que es cuestión de suerte. Lo que señala Vangioni me dejó con la pregunta: debía patear el primer penal (suelen decir que es el principal penal y muchas veces determinante, así como el quinto es el más difícil. Para muchos el mejor pateador debe hacer el primero y para otros dejarle el último) un jugador que nunca había pateado uno? Un jugador con mucha confianza previa pero todos sabemos que una cosa son las ganas y otra diferente es la preparación. Me recuerda a la definción del año pasado en la semifinal de la Copa Argentina cuando el séptimo penal lo pateó un pibe debutante y menor de 19 años. Le puso todas las ganas, pidió patearlo (ojalá lo siga haciendo con es confianza y más preparación) pero no tuvo en cuenta que tendría enfrente a un arquero experimentado. Ayer Rojas no estaba preparado para patear un penal definitorio.

Por Charro.