Hay actitudes que CIF no borra. Busquemos interlocutores serios

Sin dudas, son formas de ser...

Habitualmente se dice que para ganar vale todo, una frase con la que me permitiría estar en desacuerdo (especialmente porque las malas acciones suelen tener consecuencias perjudicales más allá de que se pueda obtener algunos buenos resultados provisorios que enmascaren los errores). En el torneo pasado se habló mucho del video motivacional que hizo el departamento de marketing del club y los bosteros se mostraron tan incapaces que no tuvieron la suficiente imaginación para hacer algo similar, así que decidieron hacer algo más... ¿burdo? En lugar de buscar llegar a las fibras de los jugadores por medio del sentimiento prefirieron provocarlos en lo más básico (eso que llaman los vestigios animales del ser humano). En lugar de pensar y armar algo digno prefirieron atacarlos sin medir las consecuencias de sus actos. Mientras la dirigencia millonaria les abrió las puertas y los invitó a la mesa y al palco para tener una cena de camaradería y que pudieran ver el partido con las mayores comodidades posibles, ellos prefirieron escupir y ensuciar esas buenas intenciones. Realmente ver esas cosas más que motivar deberían dar vergüenza (tal vez estoy pidiendo demasiado para un jugador que viste esa camiseta).

Los dirigentes no tuvieron la capacidad para motivar a sus jugadores y el cuerpo técnico (o sus allegados) no encontraron mejor manera que pintando las paredes del vestuario visitante y pegando posters. Ante semejante burrada, Arruabarrena tuvo la buena actitud de reconocer el error, pedir disculpas y prometer que se haría lo posible por arreglar lo que se hizo (bajó los decibeles del enojo e intentó dar vuelta a la página para concentrarse en el siguiente partido). Se suponía que era un punto final pero siempre puede haber alguien más idiota, soberbio e incapaz de reconocer sus errores. Siempre hay idiotas que cuando se mandan una cagada prefieren redoblar la apuesta antes que disculparse, agachar la cabeza o llamarse a silencio hasta desviar el tema de discusión. Ayer Angelici tuvo la desafortunada frase "Con Cif tendría que salir lo que pintaron en el vestuario, sino pagaremos los gastos" (si fuera otra persona hasta pensaría que fue un arreglo publicitario con una marca. La empresa respondió con un tuit al presidente bostero y luego escribió #ConCifDeberíaSalir para que todos se pasaran el día buscando chicanas). Si fuera tan fácil limpiar, Angelici podría haber mandado unos empleados para limpiarlo y acompañarlos con una carta pidiendo disculpas.

Lo que no entendió el pobre (un tipo que no entendió que la plata muchas veces no impide que una persona siga siendo pobre) y bruto de Angelici, es que el problema de las pintadas no radica en la dificultad de quitarlas sino en la actitud de pintarlas y dejarlas ahí. El problema es la intención y la agresión y no la plata que haya que poner. El problema radica en la forma de ser y en que millones de palabras no podrán hacerle entender que es un pobre idiota.

El fútbol es un espectáculo millonario que en Argentina da pérdida por varios motivos, entre otros por los pésimos dirigentes que hay. Recién ahora hay algunos ejemplos de dirigentes que pueden demostrar alguna seriedad y capacidad de negocio (todavía falta mucho profesionalismo y voluntad de mejorar la situación económica de los clubes). Uno puede tener muchas discrepancias pero al menos, en nuestra dirigencia se pueden ver intenciones de hacer que el negocio funcione mejor. Una de las tantas difíciles tareas de esta dirigencia será encontrar interlocutores válidos, confiables y dignos de llevar adelante este espectáculo (ojo que entre nuestros dirigentes también hay algunos impresentables y de los que no entienden que muchas veces el dirigente tiene que priorizar esta faceta sobre la del hincha. Puede incomodar o dar bronca pero es una necesidad y una obligación que se toma el día que se decide ser dirigente). Gente como Tinelli, Verón, la gente de NOB, Belgrano, Lanús, Velez y varios otros demuestran que hacen lo posible para que sacar ventajas para sus clubes pero también saben que hay un negocio y que se necesita ser serios a la hora de lograr lo mejor para el club y el fútbol argentino. Sin dudas Crespi está en la sintonía contraria, en la sintonía de los ventajistas a cualquier precio, incluso destruyendo el espectáculo.

La dirigencia está encaminada en vender el espectáculo (espero que entiendan que el mismo depende muchísimo de la gente, es la ventaja competitiva con el resto de las ligas que son muchísimo más poderosas desde lo económico) y conseguir que se compren los derechos alrededor del mundo (será fundamental mejorar los escenarios, no cambiar los horarios, ser previsibles...) además de robar vendiendo algunas entradas a extranjeros. Sabemos que nuestra dirigencia busca recaudar por todos lados y esperemos que no se pasen de rosca (estan buscando jugar muchos partidos en el exterior, lo cual podría ser perjudicial desde lo deportivo y encima saturar el superclásico, un espectáculo que vale la pena cuando se juega en nuestro país), no es mala idea hacer videos para mostrar la pasión (se hizo uno sobre este superclásico) o buscar asociarse a los bosteros para hacer los negocios conjuntos que implican la pasión por el superclásico (ya se registró el nombre ¨clásico mundial¨ para empezar a venderlo alrededor del mundo). Estas son las ideas creativas y recaudatorias que no afectan al hincha y sobre las que se debería ahondar. Lástima que del otro lado no responden con la seriedad que se necesita.

Por Charro.