"Se pueden arreglar campeonatos enteros, como el de Boca de Ischia." Javier Ruiz árbitro "Ehhehh, eh yo pienso de que ehhehh eeeehh (?)." DAP "No estén cagados." Daniel Passarella

domingo, 3 de marzo de 2013

La extraordinaria aventura de seguir a River Plate

Ahora es el turno del Nuevo Gasómetro

Para quien lo ve desde afuera, ir a la cancha puede ser considerado un entretenimiento o un pasatiempo (opio de los pueblos para los más radicales) pero para quienes vamos a ver a River Plate sabemos que hay algo mucho más profundo que un mero partido para pasar las supuestas aburridas horas del domingo (para los hinchas de fútbol son las mejores horas de la semana). La pertenencia y el sentimiento suelen ser inexplicables para quienes toman las decisiones (que nos toman como idiotas útiles para sus negocios) y mucho más para la policía (que toma a todos los hinchas como enemigos).

Históricamente ir a la cancha de visitante implicaba una serie de ¨riesgos¨, recuerdo los consejos de mi padre para ir a la cancha y a todos mis amigos se nos permitió ir primero al Monumental (a los 14 mi viejo dejaba que fuera al club a la mañana y después entraba a la cancha) y tiempo después a otras canchas (recién a los 18). Cada uno tendrá decenas de recuerdos de los bestiales amontonamientos para sacar una entrada minutos antes de empezar el partido (había que hacer fuerza para que la marea no te sacara del objetivo que era la ventanilla), de las veces que nos salvamos de ir a la cárcel (las veces que pararon al colectivo y se fueron con algunos a la comisaría), de los rateros de la popu local (siempre se decía que los hinchas de River Plate se debían cuidar más de su barra que de las contrarias y nadie llevaba algo de valor a la cancha), de los enfrentamientos entre barras que tuvimos cerca (los enfrentamientos solían ser con piedras, golpes y alguna vez había un cuchillo pero los enfrentamientos con armas de fuego eran más raros y mayormente eran emboscadas), las veces que puteamos al colectivero para que nos alejara de zonas peligrosas (cuando ibamos a Avellaneda y el otro equipo de Avellaneda jugaba en la Boca, había peligro de encontrarse con las 3 barras bravas) y siempre el mayor peligro era la reacción policial.

Nunca fue fácil ir a la cancha y probablemente eso nos hizo más fanáticos, sin embargo, en mi caso, nunca sentí el peligro y la desilusión como la siento ahora. Recuerdo haber ido un día que podíamos salir campeones en el Amalfitani y llegar sin esperanzas minutos antes del partido, por primera vez estaba dispuesto a esperar afuera para festejar, sin embargo, mientras veía a decenas de hinchas maldiciendo la falta de entradas, yo insistí y conseguí la entrada en la única ventanilla (muy cercana al lugar por donde entraban los locales) que aún vendía entradas. La ilusión de ir a ver al Millonario estaba siempre latente y los sacrificios valían la pena, solo era cuestión de cuidarse y estudiar por donde se podía ir.

El escenario que se le presenta hoy al hincha es lamentable. La seguridad dejó de ser un objetivo para ser un negocio, conseguir una entrada dejó de ser una aventura para ser un negocio, el partido dejó de ser un entretenimiento y la causa para ir a la cancha para pasar a ser el negocio de dirigentes corruptos, barras sicarias, pseudo periodistas partidarios, hinchas de la hinchada, socios aprovechadores de un sistema corrupto de canje, policías que ven un extra fácil, jueces que no se quedan atrás y vaya uno a saber cuantos más.

Todos estos cambios son deprimentes para quienes vivimos las épocas de pasión real (?) pero más se deprime uno cuando ve las soluciones que buscan los dirigentes para que no haya cambios, o sea, para que no haya soluciones. Cada decisión que se va tomando cae en perjuicio de los verdaderos hinchas (que encima somos quienes permitimos que siga vivo el negocio de todos esos sinvergüenzas) y es una piedra mayor en nuestras vidas. Horas innecesarias de canje y colas, 4,5 mil entradas donde pueden ingresar 6 mil, horarios ridículos, canchas vergonzosas, zonas peligrosas, operativos cómplices con las barras... todo es llamativamente horroroso pero cada vez se puede poner un granito más en el horror. Desde siempre sabemos que hay policías menos democráticas que otras y en muchos casos formadas por delincuentes con una chapa que los protege (que encima suelen esconderla para actuar con verdadera impunidad). La policía santafecina tiene un largo prontuario y siempre están organizados con los barras locales. Pasar junto a ellos implica recibir palazos injustificados o la provocación de una situación para poder pegar y tener el supuesto control. Muchas veces su accionar no es solo delictivo sino criminal (por buena suerte, al ser hincha de River Plate, esto se minimiza un poco en la cantidad de gente y la repercusión que hay pero en clubes más chicos es peor aún). Lo que se vio en los últimos partidos en canchas de esa provincia (recuerdo los partidos de Colón y NOB con Belgrano, Unión con Colón y con QAC, Central con demasiados equipos) no tiene nombre y se empieza a hacer costumbre. Ya no es cuestión de impedir que gente con entrada ingrese al estadio, ahora no importa quien ni cuando se hace el descontrol en alguna tribuna, la nueva solución es desalojar a los hinchas visitantes (que tal vez nada tienen que ver en el conflicto), aprovechando que son menos y que son más manipulables para echarlos pero como es una injusticia éstos se quejan y ahí aparecen los bastonazos (que empiezan en forma ¨preventiva¨ para que la gente no reaccione) frente a las cámaras y afuera se suman las balas de goma.

La ¨aventura¨ dejó de ser extraordinaria para convertirse en un pandemonium. La decisión ya no es una solución sino un problema mayor. Vaya uno a saber porque algunos quieren llevarnos al caos pero lo cierto es que en cualquier momento aplicarán la doctrina del shock y aparecerán con alguna locura para justificar sus acciones de inútiles.

Así es... pero eso no impedirá que volvamos a llenar otra cancha y alentar a nuestro equipo.

Por Charro.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Podés empezar por el final. Nosotros seguiremos, lo harán los que nos sigan. River puede eso y más y nosotros vamos con River. También podríamos pedir por ser River más y mejor lugar en trato en donde vayamos. Y también , exigirlo como locales en nuestra casa. ¿Es un exceso pedir a quienes se determinan a hacer política en River un estadio más agrande aún que el Monumental actual? Si después de todos los rigores que Charro muestra en su nota, River es más y más grande más numeroso, ¿no necesitará agrandar la "mesa", cuando en medio de calamidades y despilfarros "la familia se sigue agrandando"? Claro está que esto no invalida y, creo que tambien debe incluirse en la agenda de quienes se proponen ser gobierno a fin de año, "poner" a River en la mesa de las decisiones que, en todos los niveles, Nacional , Municipal, Provincias, Organismos de seguridad varios, deba registrar presencia para cambiar el rumbo de un hecho cultural -el fútbol- que se está hundiendo en sus propias contradicciones y supurando violencia por todas partes. Los que quieran hacerse los giles y repartir culpas "para arriba"- y no hablo de River- pueden elegir ese camino que nada va a cambiar, tal vez crean que asi sus conciencias -si las tienen - descansarán más tranquilas, pero que se compren un lindo casco militar y que se lo pongan porque el techo se les va a caer en la cabeza. Monumumental más grande todavía para un River cada vez el más grande...lejos.Gran posteo de Charro
Saludos
Carlos de Flores

Anónimo dijo...

mañana hablá de lo que fue hoy Ríver.Ramón es una gran mentira,los jugadores tienen un nivel paupérrimo..san lorenzo está 4 goles arriba..seamos realistas..

Anónimo dijo...

ni juego,ni ganas..parecía un equipo grande contra uno del Argentino C..qué desigualdad..No es para tomar a la ligera..ES grave..

El Arcangel dijo...

La violencia siempre fue un gran negocio; partiendo de la venta de armas; y aquí en la argentina vivimos en permanente estado de crispación y enfrentamiento porque es el mensaje para mantener el negocio, ningún dialogo, solo agresión y des-calificación, así nos tratan.
El partido lo empezaron a ganar demorando el micro y hechandolo al pelado, encima un gol al minuto los convenció mas todavía; complicaron con la movilidad y rotación de buffa. y no fuimos precisos, nada para alarmarse ni de gravedad

sarmiento dijo...

Pese a todo(coincido con el relato) que nostalgia y que lindo por aquellos tiempos de ir a sacar entrada sobre la hora.Cuando uno se iba acercando a la cancha y veía la multitud,las filas(si se podían llamar filas)tenía la sensación que las entradas se iban a agotar y empezaba a correr para llegar pronto a ventanilla.Flojo todo River hoy,hasta R Diaz la pifió;temerario agotar de una los 3 cambios ,ni pensó en eventual lesion de algun defensor o arquero.La sacamos barata.

Anónimo dijo...

EL HIJO DE URUEÑA HIZO ENTRAR COMO 400 PERSONAS HOY EN FRENTE DE TODO EL MUNDO... EL CAMBIO, ¿NO?

roberto dijo...

HArto de canje , harto de dirigentes bobos, me canse...